El trío ruso de post-punk se presentó en el recinto santiaguino, conquistando a las más de 200 personas con su sonido que hace remembranzas a ese estilo que conquistó los 70 y 80, con el cual el grupo oriundo de Moscú, experimenta a través de su presentación en distintas estructuras o armonías.

Human Tetris, grupo de post-punk ruso nacido en Moscú, se presentó en la Blondie en un espectáculo al que asistieron más de 200 personas, donde los asistentes vibraron, bailaron y disfrutaron los 19 temas que el trío tocó sobre el escenario del recinto santiaguino.

La presentación la abrió el grupo nacional Intimate Stranger en una actuación que duró nueve canciones. El conjunto liderado por la inglesa-croata Tessie Spoljaric-Woodgate, se fue ganando de a poco a los asistentes que iban llenando una de las pistas del espacio de Alameda 2879.

Con sus sonidos etéreos, muy en la línea del dream-pop, pero a su vez, no perdiendo esa esencia post-punk, además, la voz melosa de Tessie, cautivó a los espectadores invitándolos a perderse en los temas de Intimate Stranger.

Además, sin olvidar el contexto donde hoy estamos, la agrupación colgó un lienzo que decía “Chile Despertó – Fuera Piñera”, incluso en un momento del espectáculo, la líder del trío pregunto a los asistentes: “¿Les gustó mi cartel?”. Asimismo, el trío, subió con parches en el ojo, conmemorando a las ya más de 200 personas que han perdido sus globos oculares en medio de las manifestaciones. Por último, la guitarra de Lautaro Vera decía “Fuera Piñera Qlo”.

A medida que la Blondie se fue llenando, las canciones iban recibiendo los aplausos y los vítores de los asistentes, cuando ya al final de la presentación de Intimate Strangers, estos se fueron entre aplausos, siendo reconocidos por su sólida presentación.

Antes de que el trío moscovita saliera en escena, el público no olvidaba lo que hoy pasa en nuestro país y cantaron “El que no salta es paco”, “Piñera culiao”, “Chupalo Karol Dance” y “Las balas que nos tiraron van a volver”.

Minutos después, cuando ya no cabían más personas, llegó el acto principal: Human Tetris apareció arriba de la tarima comenzando con un ritmo enardecido haciendo bailar y saltar a los asistentes.

Mientras las canciones se iban desarrollando, tocando una detrás de otra, estas se movieron dentro de un espectro que va desde el post-punk más clásico, muy en la línea de Joy Division, pero a su vez también rozando sonidos y armonías más oscuras, algunas más melancólicas, pero no perdían, ni variaban mucho el estilo del grupo, haciendo que los temas tomaran ciertos elementos del shoegaze, casi rozando el dream-pop.

La gente no le pedía desplante al grupo, o grandilocuencia en el sonido, solo quería escuchar lo que eran capaces de crear entre la guitarra y la voz de Arvid Kriger; el bajo y el teclado de Tonia Minaeva; y la batería de Ramil Mubinov, quienes solo con tocar sus temas y agradecer al público, consiguieron hacer vibrar a sus fanáticos.

La sólida actuación de los rusos hizo que los asistentes pidieran más canciones cuando estos se despidieron, agradeciendo “por venir y compartir este momento con nosotros”.

Así Human Tetris se despidió a lo grande: haciendo bailar, cantar, aplaudir y saltar a su público, en una actuación sólida, que dejará un recuerdo imborrable a los fanáticos del grupo.

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