Hay noches en que distintas calles de la ciudad el rock aún sigue tomando aliento, mediante acordes y voces enérgicas, bares bohemios continúan poniendo resistencia al tsunami de música moderna, que alejado de las composiciones melódicas, pierden el talento de la dedicación, uniendo pistas mediante software que afinan al más desentonado. Una de esas noches, es la que se vivió el martes pasado, donde el bar House Rock and Blues, volvió a exhibir una cartelera nacional que incluía a Desvalijados, una banda ya posicionada en la escena, que actualmente se encuentra promocionando “Inevitablemente”, su ultimo EP y como plato principal The Hottest & Ladybug, grupo que hace unos meses ha estado tratando de sumirse en las olas de la escena, y que dejó los años 70’ plasmados en el local ñuñoino.
La noche comenzó a eso de las 22:00hrs con Desvalijados, la banda de la familia Valeiro acostumbrados a su calidad, sobre el escenario dejaron todo el Rock and Roll característico de la banda, pasando por sus sencillos “Desvalijados”, “No mientas más” y el ya clásico hit “Sigo Vivo”. Con la soltura característica, prendieron a los asistentes que dichosos ya hacían ademanes del gozo de todo amante rockero.
Para cuando llegó su “Tiempo Feroz”, el grupo genero el primer pick de la noche, demostrando cada uno en “Fernando”, su habitual despedida, el talento de cada integrante, y alentando al espectador cual estadio sonase; “Ohhh Rock and Roll”. Y si la banda chileno-argentina nos recuerda el hard rock de los 80, no es de sorprender que dejara el ambiente propicio para luego bajar una década con el plato de la noche.
Horas antes de llegar al House Rock & Blues, me bajaba junto a las almas deambulantes del metro, todas llenas de historias superficiales, saliendo del trabajo, agotados y con evidente hastío social, a excepción de una mujer que, con ansiedad, esperaba por alguien, mirando su reloj, no hallaba la hora de aguardar por aquella persona, supuse que sus nervios eran por una cita mal planificada. Para cuando llegó su acompañante, comprendí que su nerviosismo no era por él, sino por su destino, rauda tomó su mano y adelantó a la gente perdida de Irarrazabal. ¿Dónde iría tan apresurada?, me pregunté mientras notaba que ya llegaba con cierto tardío al evento. Cuando entré al bar, noté mucha gente en el hall principal, la gran mayoría de asistentes con una polera donde se distinguía una chinita, comprendí que era por The Hottest & Ladybug, sin conocer la banda, el ambiente ya me cuestionaba el por qué no, y es que cuando tomé asiento, divisé la pareja del metro en la mesa siguiente.
Dieron las 23:00hrs aproximadamente, y los asistentes ya se notaban intranquilos, de pronto se subían al escenario músicos con una evidente tendencia en su vestuario setentero, aunque no tan excéntricos como su vocalista, que enérgico comenzó la presentación de The Hottest & Ladybug con el sencillo “Darkness”, que con elocuente melodía nos exhibe lo pretendido por la banda, y es que la psicodelia bien compenetrada entre el bajo y el teclado, fueron complementos perfectos para el show del grupo. Finalizada Julio “El divo” nos adelanta afirmando que “Esta es la canción del verano 2025”, es así como suena “Young Glamorous Woman”, que nace de una notoria prenda de una mujer en el metro, esto bien interpretado por su vocalista que libidinoso cantó con todo, para luego bajar revoluciones y con elocuentes palabras decir “esta es corta venas” dando así la bienvenida a “Welcome Miss Deception”.
Continua cantándonos “Railroad to Hell” a capela, confirmando su calidad vocal, para luego la banda sorprender con “Broken Heart Blues”, signando su estilo en el escenario, en particular su frontman, que con histrionismo ya tomaba todo el escenario, para luego simplemente adueñarse del local, y la metáfora llega a ser algo literal en lo que continuó, puesto que para cuando interpretó “I Feel Fine”, subió a las mesas, prosiguió por los asistentes, incluso cantándole a esa pareja del metro cara a cara, coqueteando tanto con hombres como mujeres, subió a las sillas y canto frente a todos, logrando así que su apodo sea reconocido como tal: “El Divo”.
Mientras nuestro extravagante cantante, que a estas alturas debiera estar muy cansado, desapareció del escenario, para dejar a la banda apaciguar el fuego que él mismo había enardecido. En manos del bajo de Ladybug (Caro Corral), y la gran armonía del teclado (Nacho Kreither), dan a relucir la guitarra de ‘la sensación’ Pancho Gutierrez, que bien guía la batería de JC (Juan Carlos Olguin), en este momento es que aparece con vestuario cambiado El Divo que, comienza una vez más su alarde con “(You Are My) Superstition”, con la energía de un show que te recuerda a esos años de Jim Morrison o Janis Joplin. El incansable cantante toma una pausa para cantarnos “A Lady In A Rose”, mismo nombre que tiene su EP en Spotify, una bella canción, alejada del ímpetu de su show, pone así una bella pausa.
Llegando ya al colofón del show, la banda nos pasma con una canción en español “El Diablo suelto en Puerto Montt”, gestado en el principio del milenio, donde los ojos de los noticiaros estaban con la leyenda de la Región de los Lagos, y para sorpresa de todos, continúan con un clásico; se entona “Hush”, el hit de Deep Purple, deleitándonos y ya hacer sentir a más de alguno que su entrada estaba más que compensada, y es que para cuando se despidió con “She Has The Devil Inside” muchos ya aplaudían con entusiasmo, pidiendo una más, aunque por restricciones de la comuna, no se pudiera.