Hablar de la banda, habría que remontarse a varios años atrás cuando eran amo y señores del metal progresivo a nivel mundial hasta esa dolorosa partida para muchos de Mike Portnoy. Pero los neoyorquinos se las supieron apañar, reinventándose y sacar unas seguidillas de discos en busca de una sonoridad fresca, técnica y que pudiera reencantar a sus más devotos fans, la crítica o simplemente para la persona melómana que quiere disfrutar de una aventura. Aquí partimos en un viaje complejo, llamativo y que hay que explorar con cautela.

 

En búsqueda del contacto del tercer tipo.

Una invitación a encontrar el rumbo y seguirles el paso. A quienes afirman que en la era actual no hay nada que revisar. Otros a su vez, no pierden la esperanza de encontrar el rumbo necesario que una vez los dejó en la cima del progresivo. Y los últimos, los “fanboys” aquellos seguidores incondicionales que a cada disco le encuentran ese ingrediente principal, esa esencia que mantienen hasta el día de hoy. 

Desde la llegada de Mike Mangini ya han pasado varios años, donde se hicieron discos sumamente diversos, desde “A Dramatic Turn Events” (2011) paseando por el homónimo “Dream Theater” (2013) y el que quizás es el más diferente de toda su discografía, el “The Ashtonishing” (2016), y casi cerrando el círculo “Distance Over Time” (2019). Este último y “A Dramatic Turn Events” mantienen esa esencia, virtuosismo a caudales en el que muchos fans coinciden que Dream Theater no estaba muerto, sino encontrando ese camino hacia el olimpo progresivo.

A View From a Top Of The World”,  un disco el cual se podría situar como uno de los mejores discos de la segunda era de la banda, pero que no es fácil de procesar. Este disco crece a cada escucha, cuesta agarrarle el ritmo a la primera, donde podemos encontrar varios matices, secciones que lo hacen bastante atractivo de escuchar, al pasar las escuchas el disco comienza a tomar una forma más estructurada y cohesionada.

Explorando los diversos caminos a la cima

Sin duda, este disco sigue una línea bastante parecida al “Distance Over Time”, el cual le rindió frutos por los fans y los no tanto. Su estructura en si, es bastante pesada, con ciertos toques a “Black Clouds And Silver Linings”. El disco arranca con “The Alien”, “Answering the Call” e  “Invisible Monster”, tres cortes que le dan una potencia de entrada al álbum que de cierta forma no arriesga mucho en su sonido. Son canciones bastante directas, haciéndolas disfrutables con secciones que se pueden corear o simplemente sentir esa dinámica tan particular de la banda que entrega en cada nota. En este disco se nota un Mike Mangini más suelto, más desatado, demostrando por qué pertenece a esta institución llamada Dream Theater, aportando con su conocimiento en composiciones. Se nota que influyó en el armado del disco.

 

Buscando el equilibro

En la medianía del álbum nos encontramos con uno de los cortes altos del álbum. Riffs ejecutados a la perfección, con teclados bastante setenteros que entregan un sonido fresco. En este sentido les comento de “Sleeping Giant, un tema que posee muchos elementos como lo fue su álbum anterior, recordando pasajes y ambientes del “Octavarium”. Sin duda todos los integrantes aportan lo suyo en este tema, despertando al gigante dormido. 

Con “Transcending Time” seguimos rumbo a la cima, este corte es mucho más calmado y corto, pero no menos intenso en comparación al resto (es la canción de menor duración del disco). Muchísimo más melódica, incluso con melodías positivas, donde en el sonido recuerda a  “Solitary Shell”, que sin tener una letra alegre lograba emocionar por esas melodías menos densas, además se suman  con unos coros bastante coreables. 

Entramos a un rumbo mucho más Groove con “Awaken the Master”. A ratos recuerda a riffs que encontraríamos en el disco “Systematic Chaos”, con toques épicos de mano de Jordan Rudess, dándole una ambientación variada y orquestal transformándola en el punto más alto del disco.

 

Llegando a la cima del mundo

El final del camino, lo que podríamos decir también la guinda de la torta: Dream volviendo a los temas extensos (20 minutos), el que da nombre al disco: “A View From A Top Of The World

Este es quizás uno de los cortes que más atención se llevará, como todas las composiciones de largo minutaje que ejecutan. Un tema que a simple escucha hacía sentir que algo le hacía falta. Un toque muchísimo más épico o una chispa que te hace emocionar y erizar la piel, como es “A Change Of Season” por ejemplo. Algunos podrán decir que hace rato no sacaban un tema largo y bueno, pero a mí parecer en la “era Mangini”, sacaron la muy bien lograda “Illumination Theory” que el tiempo le dio la razón , haciéndola un difícil rival que nos lleva de lleno a este cierre que nos proponen.

Un desafío bastante grande tenía Dream, dar un cierre al  álbum con un tema que todos quisieran escuchar por lo extenso (indirectamente sé que varios irán por ese tema por sobre los demás). Un tema que va creciendo con riffs pesados que se van mostrando en todo el disco con partes cantadas por James Labrie que intenta mostrar una cierta “epicidad” en algunas partes de la canción. 

Siento que, de cierto modo, intentan darle un papel no menor en la interpretación, pero quizás una de las partes más bajas, pero no quiere decir que menos importante ya que Dream a estas alturas tiene la marca registrada a nivel vocal con James. Posteriormente cada uno, como es de conocimiento público demostrarían todo su virtuosismo, incluso hasta el bajo tomando protagonismo, armando unas líneas de bajo de Myung que nunca fallan. 

Para qué decir los solos de John Petrucci y Jordan Ruddes en esta “batalla” que equiparan las fuerzas sin dejar nada al azar. Una canción bien estructurada, con elementos sumamente interesantes, que a su vez la hacen accesible a la gente que no está acostumbrada a escuchar temas tan largos. Con el pasar de las veces que se reproduce la canción, más se le va agarrando un gusto mucho más dulce que en las primeras dos o tres veces que uno lo escucha, encontrando diversas texturas, o ese plus que la gente fanática de la banda siempre encuentra cuando escucha este tipo de canciones. De seguro es una canción que quedará dentro de las buenas canciones de Dream Theater que no caerán en el olvido.

Producción

La producción del disco suena mucho más sólida, no tan artificial como es el caso de “A Dramatic Turns Events” pero se asemeja más al disco previo “Distance Over Time”. Pero podemos apreciar que cada instrumento y la atmósfera suenen mucho más cálidas y orgánicas, dando una mejor experiencia al oyente que quiere captar esos detalles que no pudimos escuchar mucho en discos previos.

Conclusiones

No es un disco fácil de digerir, no hay que ir con pretensiones de querer escuchar un “Scenes from Memory 2” o una continuación de “Awake”. Pero podemos encontrar un disco con harta personalidad que queda bien parado dentro de la discografía de los neoyorquinos.

Tiene puntos flojos como las primeras tres canciones que son un poco más genéricas pero a medida que avanza el disco se hacen mucho más atrayente con remembranzas de discos pasados que siempre es grato de escuchar en bandas como esta. 

Un disco que se transforma en uno de sus buenos lanzamientos de esta nueva era de la banda. Detonando, caudales de virtuosismo demostrando que siguen ahí sacando cosas más que interesantes. 

Tal vez nos aproximamos a la cima del mundo para ver cómo sale de a poco ese sol que tanto extrañábamos.

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