Tras casi tres años desde la cancelación de su show en octubre de 2019, los estadounidenses lograron concretar su visita en nuestro país ante cientos de fanáticos.
Mucho fue lo que tuvieron que esperar los seguidores de Escape the Fate, pero finalmente llegó el día: los norteamericanos se presentarían en el Teatro Cariola, con un show pactado para las 21:00 horas y en compañía de dos bandas nacionales que darían la previa perfecta para lo que se venía.
Plegaria, agrupación de metalcore, fue la encargada de abrir esta jornada llena de flashbacks adolescentes, saliendo al escenario de manera puntual a las 19:15 horas con canciones como “Fuerza”, “Inquebrantable” y “Oscuras aguas”, todas pertenecientes al primer álbum de la banda, lanzado durante el 2021. Claudio Canessa, vocalista de la banda, pidió al público armar un pogo/moshpit para así dar inicio a “Masacre” con un sonido potente y un breakdown demoledor que invitaba al headbang.
“Si algo bueno podemos hacer, es volvernos personas creíbles”, dijo Alejandro “Kano” Sánchez, guitarrista de Plegaria, a modo de intro para “Promesas”, otra de las pertenecientes al reciente disco de los nacionales. El lugar había llenado alrededor del 40% de su capacidad, cuando Claudio hace un llamado: “Queremos mosh, queremos pit!”, a lo que Kano respondió “es que estamos viejos”, entre risas y haciendo alusión a que todos los que solíamos escuchar bandas de post hxc y core en general durante la adolescencia, ya nos encontramos en plena adultez.
Así llegamos a “Resistencia”, canción acompañada por el compás de las palmas de aquellos que habían llegado temprano al Cariola. “Apoyen a las bandas chilenas, a los conciertos chicos, grandes, de todos los tamaños ya que esto depende de nosotros”, dijo Canessa entre aplausos antes de finalizar con “Toma mi mano”, sin duda una gran presentación.
Entre los presentes se podía percibir una mayoría más millennial, pero también se encontraban personas de todas las edades que disfrutaron de cada momento en conjunto. Los cuadrillés, camisas amarradas a la cintura y la ropa negra, fueron el dresscode casi obligatorio de esta velada que debía continuar.
20:00 horas en punto y Antes de Caer aparece en el escenario para presentarnos una mezcla de easycore, post hxc y pop punk, en resumen, gran parte de lo que se solía escuchar en aquella época a mediados de los 00’s con canciones como “Miseria”, Seguimos de pie” y “Qué sientes”, las que fueron responsables de abrir la presentación con este popurrí que nos adelanta lo que se viene en Paradoja, nuevo disco de la banda próximo a estrenarse.
Con una potencia difícil de ignorar Antes de Caer llamó a armar el moshpit para así recordar aquella época en la que se solía ir a tocatas. “Estamos bien contentos y agradecidos de esta oportunidad, porque no se da todos los días”, dijo Bastián Cisternas entre aplausos antes de interpretar “Píldoras para después”.
Aludiendo a que esta era la previa de todo lo que se venía, la banda invitó a que los presentes se motiven con “No hay cómo detenerme” y, tras la canción, se escucha que alguien del público grita “¡Aguante Antes de Caer!”, a lo que los nacionales respondieron sonriendo triunfantes.
“Mi desempeño” fue la canción que dio el cierre a este acotado, pero destacable show que contó con un público saltando al ritmo de cada estrofa. “Los queremos mucho”, finalizaron.
Iba quedando cada vez menos para el plato principal de la noche y, a las 20:50 horas se apagan las luces a modo de indicar que “algo se viene”, pero no era más que una falsa alarma, ya que la música envasada comenzó a sonar nuevamente y, a las 21:00 horas exactas, vuelve a apagarse todo dentro del recinto y aparece Escape the Fate ante cientos de smartphones grabando y fanáticos gritando “Choose your fate!”, introducción perfecta.
“¡Hola Chile!” dice Craig Mabbit, vocalista de la banda, en español para saludar a sus fans de Chile y fue “Massacre” la canción que dio el puntapié inicial a un espectáculo que constó de 15 canciones, además de la intro. “Estamos muy felices de por fin estar aquí”, fueron las palabras que se escucharon desde el escenario antes de “Issues” y los saltos de cientos de asistentes que no podían parar de corear cada palabra.
Matti Hoffman, guitarrista principal que se integró tan solo el año pasado a Escape the Fate, destacó por su desplante y la potencia en cada solo. Y es que en ETF la guitarra siempre ha sido uno de los elementos más destacados dentro de cada disco.
“Zombie dance” continuó la fiesta, seguida por “Gorgeous nightmare”, sin duda una de las regalonas de quienes se encontraban en el lugar y acompañaron con el clásico “eh, eh, eh”. Luego, la batería de Robert Ortiz -único miembro fundador-, inicia el compás de “City of sin”, canción coreada al unísono por todos los presentes.
“¿Están pasando un buen momento?” Preguntó Mabbit, a lo que el público contestó “¡Sí!” y la velada continuó con “Day of reckoning” y “Lost in darkness”.
El crossover de las guitarras de Matti Hoffman y Thomas “TJ” Bell, contrastaban perfecto con el bajo de Erik Jensen, a pesar de que la acústica del lugar no era la más idónea, eso no fue impedimento para que el show se llevara a cabo de una gran manera.
Así ya llegamos a la mitad de éste con “Prepare your weapon” y una invitación a levantar el puño en el aire para posteriormente, alzar ambas manos de un lado a otro y dar paso a “Aftermath”, momento en el que Craig decide bajar del escenario hacia la barricada para poder estar más cerca de aquellos que se encontraban en las primeras filas de cancha.
Tras lo anterior, Escape the Fate desaparece del escenario entre los gritos de un público que no paraba de llamarlos. No podía ser tan corto el show. Ahí es que vuelve Matti a realizar una serie de solos improvisados entre la ovación de aquellos que se encontraban recordando lo mejor de la adolescencia. Acto seguido, reingresa toda la banda para tocar “Lightning strike”, otra de las regalonas.
“Something” fue una de las grandes sorpresas de la noche, ya que no se estaba incluyendo en las últimas presentaciones de la agrupación estadounidense y decidieron interpretarla en nuestro país, haciendo de esta visita algo aún más íntimo y especial. Pero las sorpresas seguían ya que, en medio del público, había un fan que sostenía un letrero preguntando si podía subir a tocar una canción con la banda y es ahí donde lo invitan a subir al escenario e interpretar “Ashley” en conjunto, tras las palabras de un emocionado joven que afirmó pasar por al menos dos países para conseguir su objetivo. Así fue como llegamos casi a la culminación de este concierto con otra de las esperadas: “Broken heart”, single del álbum I Am human (2018).
“This war is ours (The Guillotine II)” avecinaba el cierre y volvieron a aparecer cientos de smartphones grabando en el mismo momento en que “TJ” Bell pedía armar un moshpit y Craig subía a platea para cantar con aquellos que se encontraban en esa ubicación para posteriormente saltar hacia el público de cancha. Euforia máxima.
Así llegamos al final de esta jornada con “One for the money” entre aplausos, gritos, manos cornudas alzadas y una audiencia que ya se encontraba en su punto máximo.
Sin duda la espera valió la pena, ya que Escape the Fate no solo se preocupó de entregar a los fans su música, sino que además hubo cercanía, humildad y buena onda a tal nivel, que una vez terminado el espectáculo, algunos integrantes se dieron el tiempo de firmar autógrafos y sacarse fotos con aquellos que esperaron pacientemente el regreso de la banda a nuestro país.