La tarde estaba radiante, preparando la que prometía ser una jornada caliente y llena del mejor metal noventero de la mano de los estadounidenses de Prong, quienes hacían su debut en Chile. Eso sí, el ambiente se armaba muy lentamente, con la gente llegando de a poco, como se ha hecho costumbre con los recitales que comienzan temprano.
A las 18:30 hrs en punto Atomic Genocide comienza su show, con una intro y el primer ataque de su set con la canción “Por el Metal”, todo un himno de la banda, que suena potente y veloz. El sonido no es claro, pero de a poco se va arreglando.
“Hijos del Acero” es la siguiente en sonar, con toda la técnica y fiereza que la banda imprime en cada uno de sus miembros, excelentes en su interpretación y siempre al servicio del conjunto. Suena “Días Desiertos”, una gran canción, ejecutada con intensidad, redondeando el mejor tema del set.
“Águila de la Soberbia” es un muy buen tema, perteneciente al disco “El Ocaso de Uras”. Lamentablemente no pudieron completar el set en un 100% por horario, pero fue una actuación totalmente a la altura de las circunstancias, que esperamos poder disfrutar en otra instancia con un sonido más definido que haga justicia a lo que entregan.
Adelantándose unos minutos, a eso de las 19:22 hrs, comienza el show de los brasileños Valvera, quienes han acompañado a Prong en toda su gira latinoamericana. El sonido de la banda es más moderno, por el tipo de riffs y afinaciones, con mucha ligazón al hardcore que tanta huella dejó en los 90´.
“Nothing Left to Burn” suena con mayor claridad que el primer acto, pero aún hay acoples y detalles que se van solucionando. “Glow of Death” y “The Damn Colony”, junto a la primera canción, forman parte de su disco “Cycle of Disaster” de 2020. El estilo se afianza como una muy buena antesala a lo que será Prong, ya que escuchamos fuerza, groove y ese tipo de rabia muy propia del metal nacido en los 90´ y 2000.
Hay una onda muy contagiosa, muy notorio en “O.S. 1977”, tema que el público disfruta mucho antes de “Demons of War”, última canción del set, composición muy lograda con variaciones que le entregan un sabor extra.
Se acerca la tan esperada hora. Ya se nota que no tendremos un sold out, pero sí un gran ambiente, con bastante público que espera ansioso por el gran cierre. Se aplaude la aparición del nombre y logo de la banda en pantalla, y se ameniza la espera con cervezas y conversa. La espera no ha sido sólo este momento, sino que una de varios años.
A las 20:30 la banda sube a escena y el entusiasmo se hace patente. Suena la intro de “Test” y la celebración de la audiencia es notoria, se desata la alegría y euforia con la gran canción que cierra el clásico “Cleansing” de 1994. Y es que este disco a veces sufre la injusta definición de ser “el disco donde aparece Snap your fingers…”, el gran hit de la banda, pero es muchísimo más que eso, lo sabemos. Es un disco lleno de buenísimas canciones, riffs afilados y mucho groove tema tras tema, todos con potencial para haber sido tanto o más grandes que su canción más reconocible.
“Whose Fist Is This Anyway” es el segundo tema, y es imposible que ese ritmo y esos riffs melódicos y contagiosos no penetren bajo tu piel. Se desata la locura y todos saltan en una especie de danza de desahogo.
En “Disbelief”, que sin duda es la canción más thrashera hasta ahora, el bajista Jason Christopher incita a un mosh que se arma de inmediato. El maestro de ceremonia indiscutido es el guitarrista y cantante Tommy Victor, quien maneja al público, salta, se mueve y los empuja a entregar cada vez más. Tommy ha sido el único miembro constante en la banda, encargándose de mantener con vida el legado de Prong.
Suenan canciones históricas, como “Beg to Differ” del disco del mismo nombre de 1990 o “Lost And Found”, pero el siguiente clímax se vive con la tremenda “Cut-Rate” del “Cleansing”, ejecutada a la perfección por Tommy, Jason y el baterista Griffin McCarthy. El trío suena apretado y de mejor manera que los números de apertura, ayudados por su conformación de menos instrumentos.
“Broken Peace” es anticipada por Tommy, así que parte con terreno ganado y el público coreando con entusiasmo la ganchera melodía vocal, al son de “Pick up, pick up… pick up the broken peace”. La noche ha estado plagada de onda y ritmos que pueden bailarse fácilmente.
El groove de “Another Wordly Device” sigue contagiando de locura a la Blondie, preparando lo que se viene. Una introducción conversada mientras se escucha la batería y el bajo gangoso, antesala del éxito mayor de la banda: “Snap Your Fingers, Snap Your Neck”. El público abre el clásico círculo, la clásica ronda que prepara el mosh, y es que ante tamaño hit, la reacción no podía ser menos. Fiesta total.
La última canción, “Revenge… Best Served Cold”, es intensa, pero bailable, con esa amalgama que Prong sabe hacer a la perfección. Por supuesto que hay encore con las celebradas “Close the Door” y “Prove You Wrong”, para después anunciar la última de verdad. Antes de lanzar “Third From the Sun”, Tommy Víctor agradeció al público y pide locura para el cierre, la que se logra fácilmente, terminando realmente en alto este esperado show.
No hubo lleno total ni reacciones masivas, pero la euforia estuvo. Se esperaba esta visita, de parte de quienes crecieron con esta forma de hacer metal, de parte de músicos, locutores de radio, dueños de tiendas de música, personajes icónicos que se vieron disfrutando como niños ante la banda. La euforia estuvo y el recuerdo de este gran show no se irá en mucho tiempo.