El cuarteto estadounidense fue el encargado de bajar el telón de las guitarras en la jornada inaugural del festival y también del Axe Stage, que durante el día vio desfilar otros actos de rock como Friolento, Hot Milk y Modest Mouse. Con “Re-Education (Through Labor)” de su quinto álbum “Appeal to Reason”, dieron el puntapié inicial a un potente show que repasó principalmente sus discos “Endgame”, “The Sufferer & the Witness” y “Siren Song of the Counter Culture” pero también se dio espacio para música de esta década como lo fue “Nowhere Generation” extraída del disco del mismo nombre lanzado en 2021.
Fueron también parte del setlist canciones como “The Violence”, “Architects” (precedida de una introducción de parte del vocalista/guitarrista Tim McIlrath en donde señalaba que la canción trata sobre construir tu futuro con tus propias manos), “House on Fire”, “Ready to Fall”, “Satellite”, “Chamber the Cartridge” y “Give it all”.
El líder de la banda se dio tiempo para interactuar constantemente con el público. Por ejemplo, le preguntó a la concurrencia si habían visto a otras bandas que se habían presentado durante la jornada como Mother Mother o Modest Mouse, agregando que “la música nos une” y para ello le pidió al público que levantara su puño, acto que fue acompañado de gritos que decían “¡Rise!, ¡Rise!, ¡Rise!”; recordó también su anterior visita en 2017, cuando fueron el acto de apertura del -que a la postre- sería la última presentación de Linkin Park junto a Chester Bennington en Chile; reflexionó sobre lo difícil que a veces es la vida y el mundo, viendo todo oscuro, pero al mismo tiempo recalcando la importancia de encontrar la luz, tras lo cual insta a los asistentes a alzar sus teléfonos celulares con las luces encendidas.
Créditos: Lotus
Hacia el final sonaron la reposada “Swing Life Away” (McIlrath solo con su guitarra acústica) y, la que -probablemente- sea la canción más reconocida dentro de su repertorio, “Savior”, que fue la encargada de cerrar su presentación. Con esto queda certificado (si es que ya no lo estaba antes) que la banda -que completan Joe Principe en bajo, Brandon Barnes en batería y Zach Blair en guitarra principal- ya juega en las grandes ligas, a la altura de icónicas bandas del género como Bad Religion o Social Distortion.
Prometieron no demorarse tanto en volver la próxima vez, como quien se rebela ante algo (o ante todo). Como sea, de este lado del planeta se les estará esperando, ya sea en solitario como el sideshow en el Teatro Coliseo o en el contexto de un festival.
Increíble banda, sonaron excelente, ojalá vuelvan pronto