Noche de sábado en la excelente Sala SCD de Plaza Egaña, y tenemos el placer de asistir a un tremendo show de los chilenos Crisálida. La sala tiene una gran acústica, los músicos son de una calidad suprema y el público respondió llenando el lugar casi en su totalidad.
La jornada se anunciaba como especial, y vaya que lo sería, así que nos preparábamos mientras la banda desplegaba la gran “Bajo Tierra” con total entrega y una interpretación potente, con la fuerza incontrarrestable de un temazo del disco “Solar” y esos versos de “Alturas de Machu Picchu” de Pablo Neruda que engrandecen una canción ya de excelente factura.
Los riffs aplastantes de “Mi Libertad” mantienen la adrenalina a tope, ocupando sonidos grabados para recrear las texturas y arreglos que estas canciones tienen. Este recurso se utilizó y sonó de gran manera, acompañando la sólida interpretación de la banda, por supuesto. Braulio Aspé se luce acá (y constantemente) con algunos tappings y solos de bajo que embellecen el cuadro. Cinthia Santibañez es la maestra de ceremonias con su impecable y expresiva voz, además de su carisma contagioso que anima al público siempre. Augusto Maldonado es el miembro más nuevo, con sólo unos meses en guitarra, y se ve acoplado a la perfección, sonando de maravilla en una banda que tiene las mayores exigencias del medio. Y por supuesto, tenemos a Felipe Cortés en batería, un grande que azota como ninguno y entrega fills que llenan todos los espacios.
En “Bosque Triste” aparece el bajo fretless de Braulio con su exquisito sonido, bajando un poco las revoluciones. Así, llegamos al momento del primer invitado de la noche, con el conocido y querido Damián Agurto, ex guitarrista de la banda, que deleita con su especial sensibilidad para acompañar a Augusto con arpegios, rasgueos y solos durante tres canciones. Primero, la gran “Kawesqar”, que crece sin parar. “Violeta” es intensa, mientras que “Cabo de Hornos” sabe penetrar el alma, como un sueño que luego se vuelve más pesado. Entremedio, Cinthia pregunta: “¿Quién quiere que Damián vuelva a la banda y toquemos con dos guitarristas?”. La imaginación vuela visualizando aquello, ¿Será posible? Esperemos.
“Hidromachi” trae los sonidos autóctonos al frente, con un inicio ceremonial hipnótico, dando paso a “Atacama”, con una dedicatoria especial a la zona norte del país. Llegaba el momento de la segunda invitada, la gran guitarrista Angeline Bernini pero unos problemas técnicos retrasaron todo, lo cual nos permitió disfrutar de un tremendo “relleno”, como fue el alucinante solo de batería de Felipe. Cuántos recursos, técnica y buen gusto. Realmente se pasó. Debieron cambiar de planes e invitar a Gabriel Hidalgo, con quien interpretaron la pesada “Raco” en un altísimo momento que adquirió más potencia que lo habitual. La banda se dio el gusto de tocar dos temas nuevos: “Volcano” y “El Niño” de gran factura y que hacen mirar con ansias el futuro esplendoroso de Crisálida. Se logra superar el inconveniente técnico y Angeline vuelve al escenario para ofrecer una enorme actuación, a su altura, tanto en guitarra como en segunda voz del clásico “Solar”.
La noche no paraba de atrapar y sorprender con un sabor muy agradable ya que la banda no se repite, se preocupa de entregar un show completo y de impecable sonido y con una fuerza abrumadora que hace crecer cada tema. Y quedaba más, ya que se une la insigne Cler Canifrú hacia el final para una notable versión de “Morir Aquí”, unos de los más clásicos temas de la agrupación que creció y tomó nuevos bríos en esta formación. Realmente de primera calidad.
En medio de la presentación, Cinthia hace un alto para contarnos una triste noticia, y es que Felipe ha decidido dejar la batería del grupo por motivos personales, ante lo que se avecina una nueva mutación en la banda. Una fuerte pérdida, sin duda, que de seguro sabrán resolver como siempre.
La noche se va con “Araucana” y ese vendaval que puede tirarte con fuerza si te pilla desprevenido. Cuánta pasión y potencia hemos presenciado y sentido, en un despliegue total y firme, digno de uno de los mejores representantes del metal chileno, quienes, a pesar de los cambios y adversidades, sólo saben de avanzar. Que siga siendo así.