Siempre me ha encantado la experiencia de escuchar un disco completo en orden. Quizás sea una costumbre antigua, la de disfrutar el ritual por partes. Viudo de los cassettes y vinilos, que prácticamente te obligaban a escuchar la pieza completa, en esas instancias es cuando uno finalmente descubre la esencia de un álbum y su concepto. De esta misma forma enfrenté este desafío: sentarme y escuchar el más reciente trabajo de Metallica, “72 seasons” de principio a fin, para empaparme de su sonido y poder hacerte una idea de lo que se trata. Esta es la onceava vez que los californianos nos presentan un trabajo con canciones originales y desde Rock Legacy queremos que las conozcas.

 

“72 seasons”

Pusimos play y la canción que da nombre al disco nos recibe con todo el misterio de su introducción. La verdad, es una gran canción que devuelve la energía thrasher a nuestros oídos y, como una declaración de principios, pone el rostro para comenzar una nueva batalla, esta vez contra sus propios demonios, la angustia y la desesperación de vivir limpio y seco en un mundo lleno de excesos que los ha acompañado por más de cuatro décadas.

La letra está desencantada y aparentemente habla de los primeros 18 años de vida de una persona, y cómo su educación está cargada de malas influencias que construyen a un ser enfurecido que con desesperación busca la forma de romper con esa autoridad que quiere someterlo. Con un coro pegadizo que tiene reminiscencias a “Enter Sandman” y la energía de su álbum predecesor, podríamos decir que es un cañonazo.

 

“Shadows Follow”

 

El segundo track del disco mantiene la búsqueda sonora energética de los primeros trabajos de la banda. Es una canción con una letra oscura que habla de los temores y la medicación, del miedo y los fantasmas que persiguen a un individuo que, como todos sabemos, ha sufrido mucho con su último proceso que lo ha mantenido en tratamiento antiexcesos y control del ego. 

Esas instancias nos han presentado a un James más vulnerable, lo que hasta esta canción nos muestra al líder de Metallica con una honestidad brutal, abriendo su mente y sacando provecho para derribar a sus demonios convirtiéndolos en canciones. La banda se siente fresca a pesar de ser canciones que de alguna forma van en busca de sus antiguos éxitos. Sin embargo, hay pequeños lujitos que Kirk, Lars y Rob entregan, lo que hace sentir la canción muy orgánica en contra de todo lo que se escucha hoy en la música. Es una gran canción que podría formar parte del repertorio de “…And Justice for All“, y nos deja con ese sabor de entender cómo habría sonado esa placa con bajo.

 

“Screaming Suicide”

 

Esta canción fue uno de los adelantos del álbum. Ya la teníamos en memoria con un sonido que nos recuerda a Metallica versionando a su ídolo Dio y un sonido más clásico del heavy metal. Dentro del retrato del álbum, queda claro que es un trabajo conceptual que, en cada canción, profundiza en la cabeza de James. 

En esta canción, Hetfield nos habla del miedo al suicidio y cómo esta sombra misteriosa le persiguió en los callejones de su mente, controlando sus acciones y exigiéndole excesos en busca de la felicidad. Para ser franco, en el contexto del sencillo, no me llamó la atención, pero ahora, siguiendo el relato del álbum, creo que es una tremenda canción coherente. Me gusta mucho ese interludio con una remembranza a “Creeping Death“.

 

Sleepwalk My Life Away”

 

Con una introducción completamente diferente a todas las canciones de la historia de Metallica, Rob Trujillo pudo hacer notar toda su calidad, aportando un arreglo creativo y sencillo que dio forma a esta canción. La angustiosa letra retrata la soledad que sienten los adictos en sus momentos más oscuros. 

A estas alturas, la temática del álbum podría parecer monótona, sin embargo, la excelente interpretación de James, quien al parecer aprovechó bien el tiempo y llegó en uno de sus mejores momentos vocales, nos sumerge en la narrativa y nos presenta el más reciente sencillo del cuarteto. 

Es una canción que nos transporta al Metallica de los años 90, pero en sus buenos tiempos. Es un tema tremendo que podría haber nutrido perfectamente al “Black Album” o quizás a “Load“. Tiene un aire escondido a “Enter Sandman“, seguramente será una eterna búsqueda para descifrar qué hizo que esa canción fuera inolvidable o simplemente una apelación a la nostalgia. Me dio mucha curiosidad saber con qué repertorio girarán este álbum, ya que al ser un trabajo que reúne canciones largas (esta tiene una duración de casi siete minutos), lo más probable es que no nos topemos con un show que toque todas las canciones del disco.

 

“You Must Burn!”

 

Una hija bastarda de “Sad But True”, es la primer placa del disco, que nos presenta algo más esperanzador. Desde el suelo y derrotado, debes quemarlo todo, me da la sensación que es un arengazo que invita a convertirse en un fénix. Me gusta el solo de Kirk. Los cortes característicos de la batería de Lars ayudan a pasar a las modulaciones con que la canción nos va presentando su estructura. Canción de estadio en todas sus dimensiones. 

 

“Lux Eterna”

Temazo. Podría pasar y no escribir nada más, se ha hablado mucho de esta canción, pero es que es un gol de arco a arco. Hermana cercana de todas las que conforman el “Kill ‘Em All” y un claro homenaje al disco de Diamond HeadLightning To The Nations” (si no conoces esta placa, es un requisito obligatorio para la felicidad, incluso su versión 2020), es simplemente una canción muy fresca, pegajosa, vacilona, incluso californiana. Al parecer representa el golpe energético y la luz en este proceso tan oscuro, una clara muestra de resiliencia e incluso da la sensación de entre leerse compañerismo. “Un mar de corazones latiendo como uno solo”. Desde el día uno sin palabras, creo que vimos nacer un nuevo clásico para la fanaticada de Metallica Inc.

 

“Crown Of Barbed Wire”

Otra canción con una intro interesante que muestra el trabajo de la banda en conjunto. El relato continúa y ahora nos habla de la difícil ruta pendenciera de un Cristo redentor con su corona de espinas y la dificultad de mantenerse firme en el camino de las ideas y ante las miradas de todos. Emparentada con “Murder One”, “Cyanide”, “Slither”, “2X4” y “Of Wolf And Man”, esta canción nos presenta su lado más Re-Load del álbum o la influencia que Danzig dejó en la banda. 

 

“Chasing Light”

Una canción jugada, dentro del estilo del anterior track, apostando a su época más comercial. Metallica nos presenta al narrador del disco con una nueva mirada, ahora es un ser que ayuda a otros a alejarse de la oscuridad. Una batalla entre la luz y la oscuridad a la velocidad “Fuel”. Bien, Kirk otra vez.

 

“If Darkness Had a Son”

Otra canción de estadio. Diseñada para que las audiencias salten y coreen, el sencillo habla del peligro que se vive cuando se supone superada la adicción. La tentación se plantea como un demonio pequeño que podría ser el hijo de la oscuridad. Me gusta esta canción, es ondera y muy Metallica

 

“Too Far Gone”

Otra buena canción. Buen riff. Podría haber formado parte del “Death Magnetic”, con su ritmo acelerado y su marcha incansable que por cuatro minutos y medio va construyendo el relato de las dificultades de las separaciones. No tiene nada de raro que esté esta temática, ya que el año pasado se anunció la separación del vocalista de su esposa después de más de 25 años de matrimonio y 30 de relación. 

“Room Of Mirrors”

El disco ya agarró vuelo y no espera detenerse. La placa se vuelve bastante luminosa después de “Lux Eterna”, lo cual hace que corra rápido. Es un disco para la carretera o para moverse por la ciudad, no se tropieza, no desentona. La letra de esta canción habla del proceso terapéutico, de sentirse expuesto, vulnerable y desconfiado. Cansado. Suena a Metallica post 2006. Para ser la penúltima canción del álbum aún mantiene humeando la máquina. 

 

“Inamorata”

La última pieza del rompecabezas que conforman las 72 estaciones que recorre este trabajo de Metallica. Emparentada con “My Friend of Misery” es un buen relato de cierre. Una canción menos oscura que nos presenta a un James menos oscuro, pero melancólico, aceptando sus oscuridades. Una canción de más de once minutos de duración, que permite desarrollar el estilo más sureño de la banda. Dejando espacio para la musicalidad y el rock and roll americano más clásico. Armonizaciones y solos sinceros. Un aire Morricone recorre la pieza que cierra el álbum. 

Cuatro tipos cercanos a los sesenta años, que han vivido de todo nos presentaron un trabajo honesto y sin muchas pretensiones. Quizás esa es la mejor apuesta del disco, marcar presencia y decir que a pesar de ser quienes son, son lo que son: los putos amos de la industria del metal y que aquí siguen caminando y construyendo sueños y éxitos. 

 

 

 

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