La noche de ayer, el Teatro Coliseo y sus asistentes se vieron envueltos en una estela de hard rock ya que por tercera vez nos visitaba el supergrupo estadounidense The Winery Dogs, ocasión también donde abrieron los fuegos la banda Velvet Chains. Es por eso que a continuación, desde Rock Legacy Webzine te relatamos lo vivido ayer.
Velvet Chains
Sin lugar a dudas la banda fue la sorpresa de la noche, desde el primer riff el hard rock se apoderó del Teatro Coliseo. Radicados en Las Vegas, EE.UU, Velvet Chains cuenta con dos compatriotas entre sus filas, los músicos nacionales Ro Vipper en voz, y Nils Goldschmidt en el bajo. Con un sonido clásico que a ratos recordaba los primeros discos de Stones Temple Pilots, lograron rápidamente ganarse a un público ávido de rock and roll.
Partieron la noche con “Wasted”, “Back on the Train”, y “Pass the Disease”. Después de tal ráfaga de rock and roll, la banda se dió el tiempo de presentar un cover recién trabajado en honor al mismísimo rey del género Elvis Presley y su inmortal “Suspicious Mind”. Posteriormente le seguirían “Can’t Win”, la presentación de un tema inédito, y la balada “Last Drop”. Finalmente, anuncian su último tema presentando a los músicos: Jason Hope (batería), Larry Cassiano (guitarra rítmica), Laurent Cassiano (guitarra líder), Nils Goldschmidt (bajo), y Ro Vipper (voz), cerrando la noche con “Tattooed”.
The Winery Dogs
El super grupo conformado por tres monstruos como lo son Mike Portnoy (batería), Billy Sheehan (bajo), y Ritchie Kotzen (voz y guitarras) ya posee una fanaticada consolidada en el país. Y está más que claro, la agrupación no sólo es una muestra alucinante de virtuosismo, la pulcritud técnica de estas tres leyendas de la música, contrasta totalmente con la potencia y energía que logran transmitir en cada una de sus canciones.
Con un Teatro Coliseo lleno a tope, los norteamericanos se presentaron por tercera vez en el país, con un setlist cargado de éxitos en el marco de su “2022 III World Tour”.
La banda abrió la noche con dos temas de su nuevo disco “III”, las canciones “Gaslight” y “Xanadu”, seguidas de “Captain Love” y “Hot Steak”, ambas de su primera placa, y “Desire” de su segundo disco. Luego de ese bombardeo sin descanso, Portnoy y Kotzen se darían el tiempo de saludar a un público que gritaba extasiado.
Llegaría el turno de “Breakthrough” y “Time Machine”, con lo que terminadas estas canciones, Portnoy de pie desde la batería pidió luces para ver a un Teatro Coliseo lleno y un público ferviente por más. Esto dió paso a que Kotzen presentara el tema “Stars”, seguido posteriormente de un clásico “Damaged”, Portnoy por su parte, se daría el lujo de hidratarse mientras interpretaba el tema sólo con una mano.
Le seguirían las canciones “Mad World” y “The Other Side”, retirándose Portnoy y Kotzen, para dejar a Sheehan en el escenario, el cual por poco más de 7 minutos interpretaría un feroz solo de bajo que dejó aplaudiendo a todo el teatro.
Posteriormente Portnoy y Kotzen se reintegran al escenario para interpretar “The Red Wine”, tema que no podía finalizar sin que Sheehan tomara una botella de vino desde su amplificador, la usará como slide en un bajo a full gain, para que al terminar aventara esta botella a su roady, quien se encontraba tras bastidores.
La noche no podía terminar sin clásicos, por lo que los norteamericanos continuaron con “I’m No Angel” y “Oblivion”. Posterior a estos temas, los músicos se despiden y se retiran del escenario, no obstante luego de unos minutos de clamor popular, el power trío volvería a ataque, en esta oportunidad abriendo Kotzen la obertura en piano para “Regret”, donde luego de un par de acordes se incorporaría Portnoy, esta vez vistiendo una camiseta de la selección chilena.
Para finalizar no podía ser otra que “Elevation”, una muestra más, de que estos monstruos del virtuosismo y el rock and roll siguen más vigentes que nunca.