La noche de ayer 13 de junio se recordará como el momento en que las fuerzas de la música clásica y el metal se congregaron para crear una velada inolvidable. Los alemanes de Haggard se presentaban en nuestro país luego de 14 años de espera y lo hicieron a lo grande: una gira por Latinoamérica con más de 21 presentaciones programadas durante los meses de junio y julio.
Luego de pisar Brasil, el segundo show de la gira pasó por Chile en la icónica, gótica y flamante Blondie a tablero vuelto, donde además compartieron escenario con las increíbles y místicas músicas chilenas de Kiepja.
Sin más preámbulos nos adentramos directamente al espectáculo, porque siendo las 19:30 horas se presentaba esta banda chilena con fuerza femenina que nos tiene embrujados por el increíble trabajo que han venido realizando a lo largo de los años.
La banda chilena compuesta por Paulina Cádiz, Jav Cartier y Graciela Rosanegra, nos mostró toda esa garra femenil que tanta falta hacía dentro del mundo de la música nacional. Con una performance fenomenal, única en cuanto a maquillaje, vestuario, puesta en escena y sobre todo el multiinstrumentismo que nos tenía en trance entre una canción y otra -sin necesidad de los instrumentos enchufados- hechizaba a todos los presentes que comenzaban a llenar el venue.
Con instrumentos variados de percusión y cantos chamánicos, en total armonía y conexión con las raíces, la madre tierra y las ancestras de nuestra nación y del mundo, en más de media hora se echaron al bolsillo al público que al final de la presentación les mostraba una ovación masiva por tremendo trabajo realizado.
En este show destacamos canciones como su single de 2021 “La Luz del Universo”, “Potencial Luminoso” de su EP del mismo nombre, “El Sol” y canciones de su disco larga duración “Maga” lanzado recientemente, como “Declamación”, “Los Sonidos del Corazón” y “Maga”, canción que le da nombre al álbum, entre otros.
Con un aura de verdaderas magas en un ritual fascinante, finalizaron su espectáculo que nos dejó con ganas de más y también una implícita invitación a investigar sobre la música que crean estas increíbles y talentosas mujeres chilenas.
Pasadas las 20:30 horas y con mucha impaciencia del público por los más de 15 minutos de retraso, fuimos testigos de otro ritual, esta vez clásico pero también rebelde. Una oda a lo sinfónico y una mirada a lo histórico pero también a la fantasía, ya que Haggard se hacía presente luego de más de década y media sin pisar suelo chileno. Y el hambre de su música se hizo notar en los asistentes que los esperaron por mucho tiempo y que repletaron el Club Blondie para recibirlos como se merecen. Porque lo que ellos logran con su música son pequeñas obras de arte intrínsecas, que nos transportan a centurias atrás en el tiempo.
Los alemanes partieron con toda la fuerza de los violines en “In a Fullmoon Procession” y sus sublimes sinfonías y encantadoras voces donde se coreaba el coro con todo para luego proseguir con el clásico “Per Aspera Ad Astra” (Eppur Si Muove, 2004) mientras los fanáticos agitaban sus cráneos en esta formidable pieza musical. Las voces de la soprano Janika Grob y el tenor Frans Schumacher (también en el bajo) entrelazadas con la oscuridad de los guturales de Asis Nasseri, nos dejaban sin aliento.
La primera pausa se produce aquí y es cuando Nasseri agradece a los fanáticos por el amor y el apoyo y por esperarlos 14 años en una ovación absoluta del recinto.
La experticia de cada miembro del conjunto se hizo notar también en los temas que le siguieron, como “Of a Might Divine” predominando el chelo de Johannes Schleiermacher y la flauta traversa mezclados con pasajes de un death metal alucinante. Posteriormente los tres temas al hilo del disco “Tales Of Ithiria” de 2008: “Chapter IV: The Sleeping Child” y sus historias de taberna junto con el cabalgar de las baterías de Maurizio Guola dignas de una canción del heavy metal clásico, el lamento susurrante de un rey en “Chapter III: la terra santa” y lo mejor de lo medieval de la tierra ficticia de Ithiria en “Chapter V: The Hidden Sign” que tuvieron a los presentes atentos a cada cambio de las melodías.
En “Prophecy Fulfilled/ And The Dark Night Entered” sentimos el nacimiento de los poderes proféticos de Michel “Nostradamus” en una Europa medieval y demasiado crédula. Éste corte nos rememoró en algunos compases lo mejor del thrash metal a cargo de Claudio Quarta en guitarras.
La riqueza del lenguaje “In A Pale Moon’s Shadow” donde conviven el latín, el inglés y el alemán como mezcla perfecta para una pieza de arte de 9 minutos repleta de emocionantes variaciones en la ejecución. Aquí se aprovechó de cantar el cumpleaños feliz a un carismático Quarta que estaba sorprendido y emocionado por el cariño del público.
La banda también nos tendría un doblete de clásicos con “Heavenly Damnation/The Final Victory” que no necesitan mayor presentación, sólo decir que en ese momento los fanáticos estaban en un éxtasis total con los increíbles acordes de este clásico que nos recuerda los mejores años de la banda y también nos rememora los años de colegio.
“Chapter I: Tales of Ithiria” demostró el talento de la soprano Janika en un nivel excepcional. La guitarra acústica y la flauta juegan un rol fundamental junto a los violines. Acto seguido tocarían otro clásico con “The Observer” y podríamos sentir en cada segundo el conflicto de Galilei con la iglesia y Dios mismo a través del piano de Licia Missori mientras la pieza era cantada de principio a fin.
La agrupación nos sorprendió al incluir “Seven from Afar” inspirado en los cuentos de los hermanos Grimm y que no ha sido lanzada en ninguna plataforma digital. Se reconoce como un tema inédito que, por cierto, dejó a todos encantados. Y estábamos acercándonos al encore por lo cual podíamos percibir en el aire el track que se avecinaba, hablamos de la estrella “Awaking The Centuries” que hacía su entrada en gloria y majestad en una Blondie desbordada viniéndose abajo a los primeros acordes. Se cantó a todo pulmón por los presentes y no se pudo evitar sentir desde el espectador cómo se erizaban los pelos con cada frase cantada por Nasseri, Grob y Schumacher en una mezcla más allá de lo increíble.
Volviendo de la pausa del encore, una gran pieza ejecutada a la perfección fue “Herr Mannelig” y ya hacía presagiar que quedaba menos para el final. Con melodías desbordantes, a ratos calmas y reflexivas, y a otros explosivas y poderosas logra encantar a las más de mil personas en el recinto santiaguino, y en un juego con el público aparece Claudio Quarta en los escalones de la barra del club tocando su guitarra mientras era rodeado por guardias.
Pero esto no es todo ya que vendría “Chapter II: Upon Fallen Autumn Leaves” con 8 minutos de duración que se sintieron tan cortos debido a la dinámica de la palabra clave “Moonrise” junto a Nasseri provocando risas por lo parecido con “1,2,3 María” de la canción de Ricky Martin, pero que al ser ejecutado en el tema mismo daba aún más fuerza a su interpretación.
Se tomaron la molestia de aprenderse el himno nacional chileno, el cual fue interpretado por las cuerdas y el piano, sin duda fue un momento un tanto conflictivo y de bastante impacto debido a la situación del país que se ha vivido estos últimos años, provocando que hacia el final se gritaran palabras en contra de la letra del himno mientras otros lo cantaron tal cual era. Para la anécdota.
Faltando dos temas para el cierre y con el venue a reventar presentaron “Eppur si muove”, en el que Janika se roba el protagonismo por su canto y destreza vocal sacando aplausos instantáneos.
En “Hijo de la Luna” y con la cantante mexicana Lullyta Garza como invitada estelar a la canción -tema cantado a todo pulmón y que sacó más de una lágrima- Haggard comenzaba a decir adiós a sus fans chilenos que los estuvieron esperando por 14 años.
En más de 2:40 horas de una presentación impecable, los teutones repasaron lo mejor y más selecto de su carrera musical saldando la deuda después de tantos años sin pisar nuestro país. Una clase magistral donde la música docta es la protagonista, pero rebelándose para abrazar el metal y las historias alucinantes contadas por estos 10 músicos impresionantes. La cercanía con sus fanáticos fue notable cada vez que se tomaban el tiempo de hablar entre canciones, agradecían e incluso dejaron claro que los esperarían en el hotel para conversar y tomarse fotos con los que llegaran.
A pesar del paso del tiempo y sin sacar nuevo material, siguen en la retina de su público que generó el sold out del evento. Esperamos que nos vuelvan a deleitar con nuevos e increíbles relatos para seguir saboreando la historia de la humanidad contada desde una mirada diferente y sublime o rebeldemente docta como sólo Haggard lo sabe hacer y que lo convierte en único en su clase. Que buena noche para estar vivo.
La vez anterior no pude asistir por otro compromiso que fue el mismo día. Sin embargo, la larga espera fue compensada con creses en un presentación impecable.
Imposible que la piel no se erizara al escuchar su apertura con in a full moon procession… esperemos vuelvan pronto y ojalá con nuevo material
Un regreso que esperé mucho y me fui más que contento. En 2009 tuve muchos problemas para ir y casi me que quedo afuera, acá fue todo bajo control y además fue larga duración que no se pudo en 2009.