La tarde de este sábado 2 de septiembre congregaba muchas poleras negras afuera del Teatro Cariola, que esperaban vivir una jornada igual de oscura y densa junto a los legendarios Brujería. Literalmente legendarios, pues supieron crear una historia de leyenda, misteriosa y cautivante, en tiempos donde no había tanto acceso a la información y era más fácil confundir los límites.
La convocatoria era a un festival lleno de buena música, que iniciaba con Roasted Goat Leg a eso de las 18:30 hrs. La banda dió inicio con un aplastante death metal, mientras su vocalista Maldito Prema desplegaba su poder con un micrófono adosado a un calavera de carnero, y usaba una polera de Squad, dedicando el show a la memoria del gran Chris Castro, vocalista, recién fallecido, de la legendaria banda.
Aparecieron los primeros mosh de la noche, sobre todo con “Furia Asesina”. “Pussy” tiene toques rockanroleros que explican la definición “Death and Roll” que se colocan, mientras ingresa al escenario una exuberante artista a realizar una sensual y gótica performance que acompaña la sección final de la actuación. “Cerdos” también tiene riffs hard rock, desembocando en una brutalidad y un final de show en alto, que debió sortear un sonido complejo, pero que prendió a los asistentes.
Conspiración es la siguiente banda, quienes ingresan con toda la onda hardcore de frente, mientras sus dos vocalistas animan al público al son de una intro con mucho groove, característica que se mantiene durante toda su presentación, sumándole mucha energía y fuerza en sus riffs, así como una gran conexión con la gente. El show es prendido, gracias a temas como “Contrincante” y “Cáncer”, o la excelente “Dura Calle” y el final enérgico con “Santiago Hardcore”.
Social Crisis continúa con el hardcore, también con dos vocalistas enérgicos y mucha rabia en sus letras. La banda desenfunda canciones como “Prisioneros del Sistema”, “Grito de Protesta” y “En Defensa de mi Barrio”, haciendo constantes alusiones a la fuerza policial, nombrados como sus principales enemigos. Toda esa rabia es bien representada en su música y en lo que transmiten, energizando al cada vez más numeroso público. “No Todo Está Perdido” comparte un mensaje más esperanzador, pero también con las revoluciones a tope. “No Sé Da La Mano” fue un punto alto, mientras se ganan un encore luego de “Maldita Ley”, breve y punzante, para finalizar con todo.
Teofobia fueron los siguientes protagonistas, desatando toda su larga experiencia sobre el escenario, presentando riffs duros, oscuros, pero también melódicos que dejaban servida la mesa para el canto gutural y profundo del vocalista Jorge Aedo, mientras el bajista Luis Garri acompaña con muy buenas voces gritadas. “Sotanas de Sangre”, “Ultratumba” y “Parricidio” fueron algunos de los temas que azotaron la noche, mientras su clásico “Teofobia” bajó el telón con una ejecución precisa y apasionada.
Así, el Teatro iba asimilándose a un infierno poco a poco, hasta que suena la “Cumbia de Satanás” que pone a todos a bailar, sabiendo lo que se viene. “Pura de Venta”, la intro del clásico disco “Matando Güeros” da inicio a la fiesta satánica, que aniquila la tranquilidad con “Leyes Narcos”. El ambiente se excita, mientras el bajo de Sergio López sonaba aplastante, para que los riffs de El Criminal, nuestro Anton Reisseneger, crujieran duros y firmes, ante el peso y pulso acelerado de la batería de Svo.
Juan Brujo se adueñó de inmediato del lugar, junto a su compadre El Sangrón, desplegando “Sacrificio”, “Santa Lucía” y “Seis Seis Seis” con intensidad sin respiro. No había momento para descanso y la gente en la cancha así lo entendía, entregando todo de sí. Llega el momento de presentar al querido Pinche Peach, el único que siempre aparece sin la clásica pañoleta que cubre la identidad del resto de la banda. “Cruza la Frontera” ruge gracias al coro de toda la gente, en éxtasis total a esta altura.
“Greñudos Locos” pasa de la urgencia grindcore al mid tempo y groove de un momento a otro, dejando furia desparramada por todo el recinto. “Matando Güeros” cumplió 30 años, y la celebración ha estado totalmente desbordada de emociones, mientras pasan los temas del disco. “Narcos Satánicos”, “Desperado” o la oscura “Machetazos” siguen arrasando con el recinto, mientras abajo se forman mosh y se disfruta con toda la energía que un cuerpo humano puede entregar. Increíble. Con “Castigo del Brujo” el headbanging es automático, y se da una de las pocas pausas del show, donde presentan a la banda. Por supuesto que la ovación a Anton es la más estruendosa.
“La Migra” y “Colas de Rata”, del otro clásico “Raza Odiada”, dan inicio a la sección final de un recital lleno de momentos altos, y donde repasan hitos de sus otros discos. “Hechando Chingasos”, del mismo álbum, deja uno de estos recuerdos memorables, con una canción muy coreada y que sonó aplastante, mientras Pinche Peach pasea a “Coco Loco”, la cabeza inspirada en la portada del disco, que descansó durante todo el show sobre el mástil la bandera mexicana apostada en el escenario.
“La Ley del Plomo” pone en pausa esta sección de clásicos del disco de 1995, dando paso a “Marcha de Odio”, del disco “Brujerizmo” del 2000. Retoman “Raza Odiada” con “Revolución” y “Consejos Narcos”, en un ambiente que ya no puede ser más fervoroso, llegando a un final de ensueño con “Brujerizmo” y la que faltaba del disco celebrado, la homónima “Matando Güeros”, donde los asistentes terminaron de estrujar su garganta, mientras reservaban las últimas energías para el bailable outro “Marijuana”, al ritmo de la Macarena. Aunque muchos extrañaron la polémica “Molestando Niños Muertos”, la alegría y disfrute se sentía en el ambiente, cerrando una fiesta total que contó con la complicidad de todos los actores presentes, dejándonos una noche para la memoria.
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Fotos por Nicolás Soto