Cuatro años tuvieron que pasar para que en Chile tuviésemos nuevamente a la banda de rock y metal progresivo Caligula’s Horse, y esas ansias por verlos nuevamente se notaron con creces en el Club Chocolate.
Para comenzar esta jornada cargada al progresivo, los encargados de abrir los fuegos para el cuarteto australiano fueron los nacionales de Crisálida, quienes pasadas las 20:00 horas y en un formato acústico e íntimo, nos brindaron temas tales como “Kitral”, “Morir Aquí”, “Irás Al Sol” y “Luchín”, cover del fallecido cantautor y músico chileno Víctor Jara.
La tremenda voz de Cinthia Santibáñez se sintió en cada rincón del local ubicado en Pinto Lagarrigue, la cual fue acompañada por el talento de sus compañeros Braulio Aspé en el bajo y las guitarras acústicas de Damián Agurto y Augusto Maldonado. Cercanos y magistrales, un excelente show de apertura.
Tras una pausa de unos minutos, a las 21 horas con 10 minutos uno a uno los integrantes de Caligula’s Horse se hicieron presentes en el escenario mientras una melodía instrumental sonaba tímidamente: primero ingresó el baterista Josh Griffin, luego el bajista Dale Prinsse, siguió el guitarrista Sam Vallen y finalmente el vocalista y frontman Jim Grey, y todo el Chocolate estalló en vítores y gritos.
Comenzaba así la presentación del cuarteto oriundo de Brisbane con “The Tempest”, tema que abre su último disco “Rise Radiant” y que es el responsable de hacerlos recorrer el mundo en esta gira que llevan realizando por un mes y medio en Europa y ahora Latinoamérica. Después de ese sólido inicio que sacudió las ropas mojadas de todos los asistentes por la lluvia que azotaba a Santiago, Jim Grey saludó eufóricamente a su público, donde también aprovechó de lucir unos chilenismos bien logrados y pronunciados que sacaron risas entre los asistentes.
“Han sido cuatro largos años desde que pusimos un pie en su hermosa ciudad y tengo que decirles es maravilloso estar de vuelta porque nos sentimos increíblemente bien recibidos aquí, así que muchas gracias. Y somos afortunados porque finalmente podemos celebrar nuestro álbum del 2020 ‘Rise Radiant’”, señaló el vocalista y así llegó “Slow Violence”. Este también single es un favorito y se notó con los cantos de la fanaticada. Tenemos que decir esto porque fue notable pero al final de éste, Jim Grey tiró un “¡Viva Chile ctm!” (sic) y fue notable por decirlo menos, totalmente inesperado pero muy bien recibido.
El disco “Bloom” hizo su primera aparición con el tema “Rust”, uno que tiene un inicio muy suave y que combina perfecto con la faceta lírica del frontman australiano, donde se da paso a algo más melódico para entrar a lo más pesado. El final del coro “¡So fuck your prayer for rain, pray for rust!” sonó fuerte y claro junto a los cambios melódicos y a los riffs pesados de este temazo.
Luego la banda pero principalmente Jim Grey nos testeó (y así lo hicieron con todos sus fans en los últimos casi dos meses) a decir la frase típica en Australia -pero también en países británicos- la palabra “G’Day Mate”, que es una manera corta de decir “Good Day” (buen día). No sabemos si los convencimos de haber realizado una buena interpretación de la frase pero al menos se mostraron contentos y las risas no faltaron.
Dejando las bromas un rato de lado, llegó el turno de “Songs for No One” del disco “In Contact”, una canción que según nuestra apreciación marcó uno de los puntos más álgidos de la noche porque nos atrevemos a decir que fue coreada completa. Jim Grey en varias oportunidades dejó el micrófono en el aire para que el público cantara por él. De vuelta, gestos de apreciación y admiración en retorno fueron hechos por el cantante y la verdad, fue algo emocionante de apreciar.
Antes de comenzar el siguiente tema, Jim Grey nos brindó estas palabras: “Cuando crecen esos sentimientos y la idea de vivir el resto de tu vida se vuelve mucho y se vuelve muy pesada… pero quiero decirles esto. Que en esos momentos cuando estás sintiendo esa desesperanza, no tienes que considerar vivir el resto de tu vida, todo lo que tienes que hacer es vivir hasta mañana”. En completo silencio el Chocolate escuchó atento ese mensaje del cantante lleno de esperanza, dándole paso a “Salt” del último largaduración del cuarteto, la que precisamente habla de la perseverancia ante la adversidad en la búsqueda de fe y felicidad.
Ya en la mitad del show presentaron los temas “Oceanrise”, “Bloom/Marigold” y “Firelight”, esta última dedicada a los que ya no nos acompañan en su forma física pero que no dejan nuestro corazón, y es que Caligula’s Horse tiene ese elemento muy emocional que los caracteriza por sobre otros y que hace que nos sintamos tan cercanos e identificados con sus letras. Otro de los momentos más emocionantes del show.
Se acercaba el final del concierto y así lo anunció Grey con la llegada de la canción “Graves”, la más extensa de la noche ya que tiene más de 15 minutos de duración. En esta parte fue donde más se notó esa característica que tiene el público chileno de cantar los riffs de las guitarras, algo que recordaba muy bien Sam Vallen de la primera vez que visitaron Chile y que lo mencionó en la entrevista que le hicimos en el mes de junio. Por supuesto ante ese apañe de los asistentes y en general en varias canciones, el guitarrista sonrió abiertamente en retorno.
Y así finalizaba, supuestamente, el show de Caligula’s Horse. Nos dejaron en ascuas por un par de minutos para volver nuevamente al escenario con el encore que sí cerraría la segunda vez de los músicos en suelo nacional. Y cómo no iban a terminar con uno de sus temas más populares: “Dream The Dead”. El público quemando sus últimos cartuchos, como diríamos en buen chileno, lo dio todo saltando y cantando a todo pulmón cada estrofa de la canción, y por supuesto los riffs también, culminando así 1 hora y 25 minutos de concierto.
Queremos aprovechar de reconocer el talento que desplegó el cuarteto en esta presentación: cada uno de ellos tan único en su posición y siempre mostrándose cercanos, y eso es lo que los hace especiales: no vienen sólo a pararse y tocar sino que buscan crear una interacción y cercanía con su público. Son de esas bandas que da gusto ver y que no nos perderíamos por nada del mundo verlos nuevamente en una posible tercera visita a Chile (dedos cruzados).
¡Gracias por una noche mágica, Caligula’s Horse!
Fotografías por Beth Sabbath – @beth.sabbath- para Rock Legacy ® Webzine