Una banda que sin duda ha dado que hablar a lo largo toda su carrera, y no sólo por temas estrictamente musicales, han sido los autodenominados reyes del metal de “Manowar”. Y es que los norteamericanos, nunca han pasado inadvertidos ya sea por su estética, postura y polémicas declaraciones a través de los años.

Lo cierto es que los neoyorkinos, formados en 1980, han influenciado a muchas generaciones de bandas culturas del heavy metal más ortodoxo y de corte clásico. En esta ocasión vamos a revisar su trabajo del año 1987, titulado “Fighting the World”.

El disco parte con la canción que le da nombre al disco, la que inicia una batería sólida y machacante, precediendo al coro “fight, fight” (interpretado por la banda) como si se tratase de una arenga a las tropas antes de marchar hacia una batalla. Bien vale la pena consignar que es uno de los himnos de la banda.

En segundo término seguimos con “Blow your Speakers”, en un estilo hard rockero muy propio de los gloriosos 80’s, en una declaración en contra de la, en ese entonces, poderosa cadena televisiva MTV. La tercera entrega es “Carry On” la que después de una comienzo sublime e íntimo, como si fuese una power ballad, da paso a un potente y ganchero coro que se entremezcla con unos riffs onderos y cargados al heavy metal mas comercial, hacen de esta una canción que te pone a mover la cabeza al instante, un punto alto del disco sin duda. En cuarto lugar suena  “Violence and Bloodshed” , que inicia con unas sirenas, explosiones y disparos, siguiendo con unos guitarreos mas agresivos que en los temas anteriores, y en sí, este tema es mucho más cargado al heavy de corte más clásico. No es casual que la letra esté orientada a la defensa del uso de armas, en la parte vocal un fraseo incesante y agudos de gran factura., destacando además la guitarra de Ross “the Boss” Friedman en el solo final de la canción.

Podríamos decir que de aquí en adelante el disco entra en su parte más épica, entrando de plano en ello con la voz del gran Orson Welles recitando una carta póstuma de un padre a su hijo (grabada originalmente para el primer disco de la banda, sin embargo fue desechada en ese momento), la que a los dos minutos se entremezcla con el gran trabajo vocal de Eric Adams y la banda perfectamente cohesionada, logrando otro punto alto del disco. 

Continuamos con “Drums of Doom”, una breve ambientación con tambores y sonido de fondo de un campo de batalla es la introducción perfecta para “Holy Wars”, la que con unos estribillos y doble bombo machacantes se unen de manera perfecta a un bajo potente a cargo de Joey De Mayo y la guitarra monstruosa de Ross The Boss, elementos que conforman una gran canción de tintes oscuros y coros majestuosos, otra de las notas altas de esta placa.

La penúltima entrega es “Master of Revenge”, que es un corte introductorio, de características lúgubres y oscuras, que pavimentan el camino de manera magistral para el último corte de este álbum, “Black Wind, Fire and Steel”, que inicia con un bajo aceleradísimo y DeMaio recitando los primeros versos de la canción, pasando a un coro majestuoso y épico, que está presente durante todo el desarrollo del tema, logrando así una comunión perfecta entre la letra y la interpretación musical que de manera simple logra construir un gran cierre para éste disco.

Esta obra, es considerada como una de las principales de la discografía de Manowar, y también en lo que pasó a denominarse como Power Metal, sin duda un imperdible para todos los amantes del género. 

Creo no equivocarme, al afirmar que al menos escucharemos un par de canciones pertenecientes a este álbum, en el concierto que los norteamericanos ofrecerán este 24 de septiembre en el Teatro Caupolicán.

 

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