La banda italiana Måneskin, una de las últimas sensaciones del rock y la música popular, arribó a Santiago como parte de su RUSH! World Tour dejando una postal de fiesta inolvidable para sus fanáticos. Lamentablemente, por la hora de acreditación, ningún medio de prensa pudo ver el show de Frank’s White Canvas, de seguro brillante, como nos tienen acostumbrados.
A las 21 hrs se apagaron las luces del Estadio Bicentenario y Thomas Raggi aparece, haciendo chillar su guitarra, creando un ambiente de expectación junto al baterista Ethan Torchio, al cual se unió la bajista Victoria De Angelis y finalmente el vocalista Damiano David, ante una audiencia que gritó y saltó tal como enseñaron los manuales de la Beatlemanía.
“Don’t Wanna Sleep” es la escogida para dar el vamos ante la locura principalmente juvenil del público. Hacia el final aceleran el pulso para unirla con “Gossip”, que causa enajenación generalizada. Los temas pertenecientes a su exitoso disco “RUSH!”, precedieron a “Zitti e Buoni”, del disco “Teatro d’ira vol 1”. Damiano saluda en perfecto español desatando el delirio de la fanaticada, que continúa enardecida cantando “are You Coming?” a todo pulmón, al son de “Honey (Are U Coming?). “Supermodel” pone a todo el estadio a saltar, y para dar respiro, Damiano pregunta “¿estamos listos para llorar un poquito?” y van con una emotiva, íntima e intensa “Coraline”.



La fiesta continuó con el superhit “Beggin'”, la canción más veces tocada en vivo por la banda, muy coreada y disfrutada, mientras la carismática Victoria bajaba hacia la barricada para compartir con el público mientras tocaba. “The Driver” es uno de los nuevos temas, que viene en la versión deluxe de “RUSH!”, próxima a editarse, y luego de aquel, se anunció el tema favorito de Thomas: “For Your Love”, que tiene una segunda mitad muy intensa, con Damiano tomando un foco gigante para jugar con la banda, mientras Thomas lanzaba sus notas como un hechizo y Victoria con Ethan llevaban una fabulosa sección rítmica, con la bajista nuevamente bajando hacia el calor del público. “Gasoline” desplegó fuego hasta en el micrófono, haciendo justicia al show en llamas que estamos viendo, finalizando así la primera mitad en alto.
La sección media trajo una sorpresa, y es que la banda se trasladó hacia un escenario más pequeño justo al medio de la cancha, donde Thomas y Damiano interpretaron “Timezone” acústica y anunciaron el cover especial de la noche: “Tu Falta de Querer” de Mon Laferte, ante la respuesta furibunda y emocionada de la gente, que se la cantó toda. Momento inolvidable.
Una sección de bajo y batería sigue enardeciendo a la gente, mientras vuelven al escenario principal Thomas y Damiano, para dar un golpe certero con “I Wanna Be Your Slave” y la fiesta segura que alegró a la multitud. “Mammamia” fue dedicada a los italianos presentes, mientras que “Humble”, cover de Kendrick Lamar, cumplió con mantener el show en pie. “In Nome del Padre” es tan intensa como pueden ser los italianos, con Damiano abrazando y cantando con el afortunado público de las primeras filas. “Bla Bla Bla” comenzó misteriosa y subió hasta casi explotar, para dar el paso a la última canción de este set: “Kool Kids“, en donde subieron al escenario fanáticos que vivieron el sueño de tocar a sus ídolos y bailar junto a ellos, en un final en éxtasis que, obviamente, dejó a todos rogando por más.

El encore partió con Thomas llevando a cabo un solo de guitarra emotivo y punzante, que finalizó con una sección con eBow que sirvió de puente hacia la bella “The Loneliest”, en una interpretación emocionante que dejó a varios al borde de las lágrimas. Así, y para irse enfiestados, descargaron la sección final de “I Wanna Be Your Slave”, que nuevamente subió los ánimos y puso los gritos y bailes en primer lugar, como lo fue normalmente en esta noche de goce.
Måneskin, a pesar de sus poses de chicos malos, comparten pura alegría, traen la fiesta a donde estés y te contagian con un espectáculo que entra por todos los sentidos, en donde el baile nace espontáneo, y la emoción termina de redondear una noche intensa y contagiosa en todos los niveles.

