¡Qué noche! Simplemente, que tremenda noche y jornada se vivió en el Teatro Cariola, con dos números de peso enorme, incluyendo el debut de los legendarios Obscura en Chile, y dos grandes bandas nacionales que calentaron motores, sorprendiendo a más de alguno.
Todo se inició con ProjectoR, que comenzaron con algunos problemas de micrófono que fueron solucionados por los técnicos, y con la banda sonando fuerte con un death metal de gran factura, con melodías y toques groove muy preponderantes. El vocalista Rodrigo Salazar saludó antes del tema más reciente del grupo: “Corporatocracy”, que comenzó con el acelerador a fondo y un death melódico atrapante, con solos llenos de melodías y ritmos contagiosos a cargo de los guitarristas Rodrigo Bocaz y Felipe Pradenas, más la sólida base rítmica de la bajista Ivon Sepúlveda y el baterista Esteban Ponce. Los gritos y guturales del vocalista se mezclaron con un canto limpio muy bien logrado, que le dio un sabor especial a la fuerte y dinámica música de la banda. “Between The Nature And Ego”, el tema homónimo del primer disco, es una gran canción, y para el final dejaron “Perfect Imperfection”, de notable groove y efecto inmediato en la gente. Gran set y cierre en alto.
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Llegó el turno de Radamanthys, oriundos de Concepción, quienes azotaron con más oscuridad y brutalidad, con una interpretación vocal gutural directa de Sergio Ulloa, presentando un death metal brutal, con algunos cambios de ritmo y melodías que aderezan ese ímpetu. En “Forsaken”, su tema más nuevo, tienen mucho acompañamiento del público, el que disfruta los temas del disco “The War Within” como la inicial “The Hour Of Misery” o el azote con que finalizan el show, interpretando “Deadline” y “Twilight Of The Soul” con los disparos del doble pedal de Gustavo Peña y riffs duros y precisos de los guitarristas Carlos Villarreal y Jorge Rojas, más el bajo aplastante de Rodrigo Acuña. Una puesta en escena simple, pero una actuación aplastante.
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Así, llegamos a uno de los momentos más emocionantes. Los alemanes de Obscura, largamente esperados por todo una fanaticada del death metal más técnico, aparecieron en escena, mientras sonaba el arpegio de guitarra de “Forsaken”, el tema inicial de “A Valediction”, mientras el bajista Alex Webber cautivó de entrada con su interpretación en bajo fretless. El tema explotó y el headbanging fue incontrolable, incluyendo al batero Gabe Seeber, un monstruo que adoleció de mayor claridad en el sonido de sus bombos. Steffen Kummerer se posicionó al centro y lidera un show con múltiples recursos, que se desplegaron para producir un metal alucinante y de alto vuelo.
“Emerged Evolution”, de su disco “Diluvium”, puso una cuota de death más clásico en su inicio, finalizando con exquisitos cambios y llegando a “Devoured Usurper”, en donde hubo mosh, headbanging y muchas manos en alto siguiendo el ritmo frenético y cambiante de la banda. En la clásica “Akroasis” la adrenalina llegó a cada rincón del teatro, con una ejecución soberbia y entregada por completo de parte de la banda, con Christian Muenzner fascinando con sus riffs y solos. Le siguió “Ode To The Sun” y “The Beyond” con una interpretación extrema, headbanging total y mucho acercamiento al público.
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La introducción de arpegio y bajo dieron el vamos a la alucinante instrumental “Orbital Elements”, antes de “Anticosmic Overload” y “Ocean Gateways” y la brutalidad extrema de “When Stars Collide”. “Septuagint” fue coreada por todo el público, preparándonos con su melodía dulce y macabra a la vez, para el blast beat infernal que se venía. Luego de esta gran descarga de energía, Steffen saludó a ProjectoR y Radamanthys en un gran gesto, y anunció el cierre del set con “Incarnated”, que generó un mosh gigante, lleno de felices y emocionados fanáticos que disfrutaron cada segundo de la histórica presentación, que esperemos no sea la última.
La palpable alegría tenía aún más de que alimentarse, y es que el escenario se preparó para la explosión de blasfemia y brutalidad de los griegos de Septicflesh, quienes fueron apareciendo entre la oscuridad y los paneles, con el imponente Spiros Antoniou gritando “Are you ready my friends?” para azotar enseguida su bajo y dar el vamos a los riffs punzantes de “Portrait of a Headless Man”. La respuesta ante este temazo fue inmediata y efusiva y mantuvo la energía a tope junto a “Pyramid God”.
“Neuromancer” es del último disco de la banda, “Modern Primitive”, arrastrado y pesado, y con gran respuesta de la audiencia. “Hierophant” sonó intensa y colosal, demostrando que los temas del último disco crecen mucho en vivo, mientras Spiros provoca y sostiene gran parte del show. Cuando el vocalista pidió mosh, de inmediato se cumplió. El maestro Christos Antoniou mantuvo su posición, uniéndose al cabeceo de cuando en cuando, manteniendo una sólida y brutal pulcritud en su guitarra. Por el lado de la otra guitarra, Dinos Prassas sostenía su propio ritual, con una enorme ejecución y un derroche de energía total. Kerim Lechner, por su parte, no dio respiro en su batería infernal. La brutalidad y el despliegue de energía parecían infinitos en estos cuatro guerreros del metal.
“Martyr” recargó a un teatro en llamas, sumando temas como “Prometheus” y “Desert Throne”, intenso en cada segundo. La siguiente fue “Comunion”, con toda la audiencia cantando la melodía infernal, dando por resultado una bestialidad. “Collector”, de “Modern Primitive”, se sostuvo con gran potencia, y el final llegó con “Persépolis”, del disco “Communion” y una salida doom que llegó al alma. El encore comenzó con “Anubis” y un Dinos extasiado agradeciendo a la gente, para dar paso a “Dark Art”, la última canción de la noche y un cierre que dejó sin palabras, gracias a la pasión y a la comunión banda-público.
No queda más que agradecer por una jornada de metal extremo y técnico asombrosa, con bandas entregadas al 100% y que tienen una calidad excepcional, sin dejar de lado lo bestial y oscuro del metal en absoluto. La unión de dos shows y el trabajo conjunto de dos de las más destacadas productoras del país sólo puede arrojar resultados así: brutales e inolvidables.
Fotos por Cristian Madariaga.