Tras el mutismo musical que mantuvo por más de una década -con la excepción de los singles “Blood Red Moon” (2015), “I’m Alive” y “Good Samaritan” (2019)- la banda sueca se vuelve de ultratumba con su más reciente trabajo, cuyo título permite adentramos en la historia de un supuesto sexto miembro de The Hives, quien sería su manager y también su único compositor.
Un comunicado de la banda reza lo siguiente al respecto: “Tras el reciente descubrimiento de un obituario oculto y un poema críptico en un diario local del norte de Vastmanland de donde The Hives es oriundo, los integrantes fueron guiados hasta la tumba de Fitzsimmons. Al indagar en el terreno recientemente excavado, el grupo encontró no un cuerpo sino que varias cintas, trajes, y un papel con la frase “’The Death Of Randy Fitzsimmons” escrita como título. ¿Fue una tomadura de pelo o la primera movida de Fitzsimmons? Está por verse. Las cintas descubiertas incluían demos que se convertirían en las doce nuevas canciones de “‘The Death of Randy Fitzsimmons’”.
Respecto a este nuevo trabajo, el frontman Howlin’ Pelle Almqvist señala: “No hay madurez ni nada como esa mierda, porque ¿quién chucha (sic) quiere que el rock n’ roll madure? Ahí es donde siempre la gente se equivoca, yo encuentro. ‘Es como rock n’ roll pero adulto’, ¡nadie quiere eso! Eso es literalmente quitarle la huevá (sic) buena. El rock n’ roll no puede crecer, es un perpetuo adolescente y este álbum se siente exactamente así, el cual se debe a nuestro entusiasmo -y esa huevá (sic) no se puede fingir”.
En esta nueva entrega -la sexta dentro de su discografía- los europeos vuelven a compactar sus nuevas composiciones en poco más de media hora, como lograron efectuarlo en la mayoría de sus trabajos anteriores.
El álbum principia con el primer sencillo que conocimos, “Bogus Operandi”, en el que la banda se muestra más oscura y agresiva que de costumbre pero manteniendo esos riffs de guitarra veloces y esos coros contagiosos. El clásico sonido garage punk está también presente en temas como “Trapdoor Solution” y en el single “Countdown to Shutdown”. “Rigor Mortis Radio”, por otro lado, puedes seguirla con las palmas y con los pies.
Llegando al quinto track, nos encontramos con la primera señal de novedad: “Stick Up” es dramática como ninguna canción lo ha sido en el repertorio de los Hives, aspecto que se ve acentuado por la inclusión de un instrumento de viento como la trompa. Luego “Crash Into the Weekend”, con retazos de su inconfundible y clásico sonido pero con un “F5” de por medio. Entremedio viene “Smoke and mirrors”, que remite al sonido más punk de los Ramones. “The Bomb” es -en efecto- explosiva, vertiginosa y en tu cara.
Otro atisbo de renovación sonora viene casi al final con “What Did I Ever Do to You?” que a punta de sintetizadores y máquinas de beats acompaña a un interpelante vocalista que desea saber qué hizo para merecer el trato que inspiró a esta canción. El cierre llega con “Step Out of the Way”, energética, como ha sido la tónica de los suecos. Su mero título invita a todo aquel que se encuentre en la vía a salir de la pasada porque aquí vienen los Hives, en su máxima expresión. Un cierre de álbum a la altura de una banda que sigue, veinte años después, despercudiendo cabezas con su desbocado sonido.
The Hives regresará a Chile para presentarse el lunes 27 de noviembre en el Teatro Caupolicán y las entradas se encuentran disponibles mediante sistema Punto Ticket. La jornada contará con la banda nacional Alectrofobia como invitados.