La fría tarde otoñal del 3 de mayo del 2024, quedará en la retina de los que asistieron al Teatro Caupolicán como una jornada imborrable cargada de energía y recuerdos.
Pero vamos por parte. Siendo las 19:00 hrs., salió a escena la agrupación nacional Queenmilk, los que tuvieron la misión de abrir los fuegos frente a un recinto que con suerte estaba a un tercio de su capacidad con público, lo que no fue impedimento para que la banda descargara un show de buena factura y con mucha actitud por parte de los músicos. Abrieron con “Golden Silver”, para seguir con “Wounded Mind” y “The World is yours”. Siendo los puntos altos de esta jornada “Sweet Love” y “Smash”, los que tuvieron una buena recepción del escaso público presente. Los nacionales cumplieron de buena manera, con una impecable presentación.
Cuando el reloj marcaba las 20:00 hrs. en punto, fue el turno del ex vocalista de “Skid Row”, “Sebastian Bach”, quien, en esta oportunidad, sorprendió a la audiencia con un repertorio, en su gran mayoría, perteneciente a su antigua banda. Aunque inició con “What do i got to lose” de su material como solista, acto seguido siguió con “Here i am”, mientras alternaba leyendo un papel con frases en español, para interactuar con un Teatro Caupolicán que ya estaba casi con aforo completo.
La fanaticada presente pudo disfrutar de los clásicos ochenteros “Big Guns”, “Sweet Little sister”, “18 & life” (uno de los puntos altos de la noche) y “Piece of me”. Podemos ver a un frontman de gran factura, cantando a un gran nivel y de muy buena disposición con los fans, dándose el tiempo para firmar algunos discos y estrechar la mano de quienes estaban en las primeras filas.
En el último tercio del concierto, descargó “Monkey business” entremezclada con una versión muy bien lograda del clásico “Tom Sawyer” de los canadienses “Rush”. El blondo vocalista se permite homenajear a los ya fallecidos “Neil Peart”, “Lemmy Killmister” y “Ronnie James Dio” entonando, además, a capela junto al público las emblemáticas “Heaven and Hell” y “Wasted time”.
Finalizando una contundente y sólida presentación, Bach interpretó la power-ballad “I remember you” la que fue coreada por todos los asistentes. Y para terminar, la canción elegida no podía ser otra que “Youth Gone Wild”, con la que el teatro se vino literalmente abajo, cerrando así, a juicio de este redactor, la mejor presentación de Sebastian Bach en suelo nacional.
Faltando 10 minutos para las 22:oo hrs., pisa el escenario el plato fuerte de la noche, “Mr. Big”, quienes de inmediato envían una descarga de tres canciones, “Addicted to that rush”, “Take cover” y “Price you gotta pay”, con una ejecución musical impecable, quizás con un “Eric Martin” algo disminuido en relación a sus días de gloria, pero cumpliendo un buen cometido de todas formas.
Acto seguido, y para el deleite de los seguidores de la banda, interpretaron de forma íntegra el disco de 1991 “Lean into it”, sobresaliendo “Daddy, brother, lover, Little boy”¸ “Alive and kicking”, “Green tinted sixties Mind”, “Just Take my hearth” y “To Be with you”.
A estas alturas, la banda ya tiene a la audiencia en el bolsillo. El despliegue técnico es realmente impecable, el desempeño de “Billy Sheehan” y “Paul Gilbert” sobre el escenario es realmente de otro planeta.
Otro punto alto de la noche fue “Wild World”, la que fué entonada por los asistentes como si se tratara de un coro gigantesco. Ya entrando en la parte final de la presentación, le toca el turno a los solos de guitarra y bajo respectivamente, los cuales son interpretados de forma majestuosa por dos eximios intérpretes, quienes además gozan de una gran popularidad y cariño entre el público chileno.
En un despliegue de virtuosismo y versatilidad, interpretan la penúltima canción intercambiándose los instrumentos, pasando Eric Martin al bajo, Paul Gibert a la batería, y Billy Sheehan en las voces. Al finalizar, se despiden con una versión del tema original de The Who “Baba O’Riley”.
Una despedida que deja la sensación de una banda que podría entregar más y por más tiempo. Si los volveremos a ver otra vez o no, el futuro lo dirá. Por lo pronto, podemos decir que la noche de este viernes 3 de mayo de 2024, sin duda alguna, estará en los recuentos de fin de año como una de las grandes jornadas que pudimos presenciar.
Por: Octavio Mendoza Quiñones