La extensa carrera de Journey ha dejado huella en el mundo de la música, con una multitudinaria legión de fanáticos que han disfrutado las composiciones de Neal Schon, Jonathan Cain y Steve Perry, principalmente, con letras que han calado hondo y, sin duda, han marcado hitos en la vida de muchas personas. Repasaremos la historia de dos letras emblemáticas en la carrera de esta banda, y que ayudan a entender por qué ocurre esta identificación tan fuerte con sus seguidores.
“Separate Ways (Worlds Apart)” – 1983
Esta canción, perteneciente al álbum “Frontiers”, fue compuesta y escrita en conjunto por Steve Perry y Jonathan Cain mientras estaban de gira en 1982. El tecladista ha mencionado que “Steve y yo trabajamos en una idea en backstage y todo se dio. Trabajamos en la melodía esa noche y en la letra la tarde siguiente”.
Eran años duros en materia personal, pues junto con disfrutar del éxito del disco “Escape”, Neal Schon y el bajista Ross Valory estaban pasando por divorcios y momentos desafiantes en sus vidas. Ante ésto, la reacción de sus compañeros fue reflexionar sobre estos difíciles sucesos, buscando lo positivo en una letra que se centra en reconocer que el amor ha terminado, y concentrarse en encontrarlo de nuevo. La canción conectó con la audiencia desde el primer momento en que la tocaron. Alguna vez Neal Schon dijo al respecto:
No importa en qué lugar pongamos esta canción, siempre tiene un fuerte efecto en la audiencia, desde la primera vez que la tocamos, incluso desde antes de grabarla. La hicimos durante el tour y la lanzamos en vivo para ver como funcionaría. La audiencia tuvo una reacción asombrosa sin saber qué era.
“Don’t Stop Believin’” – 1981
Un himno clásico, perteneciente al exitoso disco “Escape”, ha sido considerada como una de las más grandes canciones en la historia del rock. Tiene una estructura que la hace explotar hacia el final, luego de una introducción mágica y unas líneas de guitarra icónicas que le otorgan una emoción única al tema.
La letra pertenece en su mayoría a Jonathan Cain, y el título proviene de la frase que le repetía a menudo su padre, cuando el tecladista no lograba encontrar el éxito en su incipiente carrera musical, luego de mudarse a Los Ángeles en busca de una oportunidad. Cuando las cosas no se daban y Jonathan pensaba en devolverse a casa, su padre le decía “Don’t Stop Believin’”, o sea, no dejes de creer, animándolo para que siguiera intentando alcanzar sus sueños. Y cuánta razón tenía.
Steve Perry aportó algunas cosas al finalizar el tema, como el “South Detroit”, lugar inexistente en la jerga de los ciudadanos de esa ciudad, pero que simplemente le sonaba bien al cantarla. Además, agregó la frase “gente en la calle que vive solo para encontrar emoción” luego de mirar a la gente en la ciudad posterior a un espectáculo.
Así, una gran cantidad de temas del cancionero de esta clásica banda han llegado al fondo de muchos corazones, que corean como si ellos mismos fuesen los protagonistas de la historia. Del mismo modo, corearemos cada hit y cada tema del set que interpretarán el próximo 17 de septiembre en el Estadio Santa Laura, en una jornada que los unirá con Deep Purple, quienes acaban de estrenar su disco “=1”. El show será abierto por Aleste, y las entradas se pueden adquirir aún vía Puntoticket en este enlace.