El heavy metal, con más de 50 años de tradición musical, ha sobrevivido a los tiempos modernos, al vértigo de las cajas de ritmos, al autotune y los pasitos de moda. En nuestro país, el estilo que aterrizara en los escenarios a fines de la década de los ochentas, vive hoy uno de sus mejores momentos, con decenas de bandas profesionales y una afición que se reúne en cada show, como una familia oscura, quienes desenfundan sus espadas al grito de la palabra metal.
La tarde del sábado, en el icónico Teatro Cariola, se realizó el Heavy Steel Fest, un evento que reunió a muchos de los representantes de nuestra escena y que coronó la noche con Riot, una de las bandas fundadoras del movimiento neoyorquino de nuestro amado heavy metal, actualmente autodenominados Riot V.
Las puertas del recinto ubicado en San Diego 246, se abrieron a las 17 horas. Puntualmente, nuestro equipo hizo ingreso para no perder detalles de una intensa tarde, que correría a la velocidad de un motor V8 en dos ruedas y que no esperaría ni un solo minuto en comenzar, ya que la organización de Chargola Pro estuvo a la altura de la ocasión y desde el inicio respetó el cronograma.
Baldur
Baldur es una banda de heavy metal originaria de Rancagua, con sus amplias influencias y una técnica tremenda. Desde las 17:20 fueron los encargados de saciar el apetito de rock con el que los primeros asistentes llegaron al Heavy Steel. Baldur lanzó sus runas y deslumbró. Una gran puesta en escena y teatralidad de Vito, su vocalista, acompañado por el talento de Pablo Gutierrez, convirtieron al recién despierto teatro en un ragnarök que decapitó a los valientes que se aventuraron tan temprano a degustar de nuestro metal nacional.
Witches Sabbath
Ya no es ninguna sorpresa, para nadie, que el rock y el metal hoy presente proyectos donde la presencia femenina sea el cerebro y el motor. Lo que siempre será una sorpresa, es toparse con bandas tan cargadas de energía y que, desde la primera descarga, la adrenalina recorra tus entrañas y viaje hasta la boca para explotar con un grito de rabia. Así fue la presentación de Witches Sabbath. Apenas pisaron el escenario y sonó la metralla de su nuevo baterista Bryan Zambrano, el quinteto no dio respiro. 4 chicas, 7 canciones, mucho speed, pura potencia. Impecables, tremendas.
Galería | Heavy Steel Fest: Witches Sabbath en Teatro Cariola
Tormento
Desde Melipilla llegó y para quedarse. Tormento es un proyecto de heavy metal que vino al rescate del sonido de la década de los 80’s y de las primeras bandas que lo cantaron en nuestro idioma. Abanderados con la esencia misma del estilo, Tormento encendió la silla eléctrica e hizo que la audiencia coreara cada unos de himnos que, como una conexión de alta tensión, hizo vibrar sin respeto y con mucha cercanía.
Cuervo
Nacida en Temuco a mediados de los 90’s, Cuervo voló hasta el centro de Santiago para cegar a todo el mundo con su impecable power metal. Impresionantes. Un show estudiado, ensayado y muy profesional. 7 canciones donde se notaban los años de experiencia y el recorrido de la banda. Bajos prístinos que jugueteaban con las melodías de las guitarras, y todo decorado con la tremenda presencia vocal de Juan Pablo Bañares, quién claramente es el encargado de juntar décadas de heavy chileno y, hay que decirlo, les resulta increíblemente.
Lucifer’s Hammer
Los capitalinos salieron con todo a escena, llevábamos varias horas de música encima y todos queríamos más. Lucifer’s Hammer nos presentó un repertorio notable. Sus coros memorables y su sonido que coquetea con los 80’s hizo que todo el mundo mereciera la cabeza. Sebastián caminaba como un gato en el escenario mientras sus compañeros se mantenían heavy en el escenario. Tremendo show.
Galería | Heavy Steel Fest: Lucifer’s Hammer en Teatro Cariola
Alto Voltaje
La noche estaba prendida y el calor se apoderó de la cancha del Teatro Cariola, y Alto Voltaje salió a hacer lo suyo, tocar excelente y demostrar que su show es uno de los más probados de la escena. Más de 25 años de trayectoria, construyendo una épica cargada de emociones. Letras con contenido y un sonido resaltable, Alto Voltaje se proyecta hoy como una de las bandas más internacionalizables para el mercado latinoamericano. El cariño de la gente se notó en cada una de las 8 canciones de su repertorio, mientras el quinteto hizo propias las tablas del Cariola, donde se movieron como plato fuerte local. Contundentes.
Riot
Riot es una banda de heavy metal originaria de Nueva York que se formó en 1975. Fundada por el guitarrista Mark Reale, la banda ha pasado por varios cambios de formación a lo largo de los años. Su primer álbum, “Rock City” (1977), fue bien recibido, pero fue “Narita” (1979) el que consolidó su reputación en la escena del heavy metal. En los años 80’s, Riot experimentó con una alineación cambiante y con diferentes estilos, pero alcanzaron un punto culminante con el álbum “Thundersteel” (1988), que se considera un clásico del heavy.
La banda siguió sacando álbumes y manteniendo una base de seguidores leales a pesar de los cambios en el line-up. En 2012, Mark Reale falleció, pero la banda ha continuado con diferentes miembros y sigue activa en la escena del metal. Es en este contexto que por primera vez los estadounidenses aterrizan en nuestro país.
La jornada ha sido larga y extenuante. La cerveza y el humo se han convertido en euforia y no podemos esperar más. En el escenario el cambio de batería y de equipos parece una escena de ficción que transcurre en cámara lenta y los fanáticos vitorean una y otra vez “Riot, Riot, Riot”.
A eso de las 22:45 se apagan las luces y se desata una de las bestias de acero que dio origen en el país del norte a nuestro amado heavy metal. El despliegue de Riot hace virtud de su conocida habilidad para combinar riffs agresivos con melodías pegajosas y el porqué su influencia perdura hasta el día de hoy.
La voz de Todd Michael Hall reverbera en el teatro con su alto registro en “Hail To The Warriors”, sencillo de su más reciente material “Mean Streets”, lanzado apenas hace unos meses y que es el motivo que los trae a nuestras tierras: promocionar y demostrar su vigencia.
Sin descanso, la banda nos transportó a su mejor época, y sin compasión los guerreros de las calles nos lanzaron “Fight Or Fall”, y la audiencia respondió y al unísono coreó con el puño en alto. “Fire Down Under”, del trabajo de 1981 homónimo, e inmediatamente “Outlaw” del mismo trabajo. “Victory”, “On Your Knees”, y así la banda saltaba de décadas presentando su trabajo entre canciones de la década recién pasada a su trabajo de principios de los 90’s.
“Feel the fire”, “Road racin’”, y el quinteto de Nueva York sin compasión disparaba canciones de su nuevo trabajo y remataba con un clásico. “Heart Of A Lion”, “Warrior”, “Bring The Hammer Down”. El show ya estaba a la mitad y había corrido a una velocidad impresionante. Nos faltaba una buena dosis de speed para soportar el cansancio de una jornada tan extenuante, y en el escenario, Don Van Stavern, el miembro más antiguo de la formación, lucía y presumía su amor por el tequila, empinándose la botella y compartiendo con los fans.
Mike Flyntz en completa forma dispara solos y riff de canciones como “Johnny’s back”, “Restless Breed” y “Bloodstreets”. Riot nos estaba empujando a su época de gloria. Uno podía mirar alrededor y sentirse parte de otra época, de otro momento. Cabellos largos, jeans ajustados, cinturones con tachas, zapatillas caña alta blancas y clásicos del heavy metal, un disparo a la nostalgia que llegó directo a la emoción. Una máscara de la foca bebé Johnny, mascota de la banda, cayó al escenario y Todd la levantó con orgullo para todos.
“Take me back”, “Love beyond the grave”, la banda ya estaba en calor y recibía el cariño del público, dejando espacios cercanos de comunicación. “Flight of the Warrior”, “Swords and Tequila” y la esperadísima “Thundersteel” y se esfumó todo. Como una noche de sexo, drogas y rock and roll, Riot fue fugaz y memorable.
Así llegó a su fin la jornada. Cerveza en mano, caminamos por las calles del centro de nuestra capital, pensando y recordando en toda le entrega y calidad de este sábado, en toda la gente que desde las cinco de la tarde se movilizó para apañar a la escena nacional, y en lo afortunados que fuimos en vivir una experiencia que, sin duda, quedará en la memoria de muchos y permanecerá escrita en las placas del metal que contarán las historia del heavy en Chile.
Reseña escrita por: Ticho Mendoza