Las leyendas italianas del goth metal, Lacuna Coil, siguen puliendo su característico juego de contrastes en su décimo álbum de estudio, Sleepless Empire, que llega con su ya habitual pesadez.

Antes de reconstruirse, uno suele pasar un rato mirando las ruinas, viendo cuánto ha avanzado. Esa sensación de resurgir, tanto desde la pérdida personal como desde la frustración con un mundo cada vez más frío y dominado por redes sociales, parece haber marcado Sleepless Empire.

Lacuna Coil es de esas bandas que evolucionan sin necesidad de reinventarse. En comparación con su último disco de material original, el colosal Black Anima (2019), este álbum es en parte una continuación de esa misma atmósfera devastadora, pero, como en todos los trabajos del grupo tano, también supone un sutil ajuste en su energía. En general, se han puesto aún más pesados. “Oxygen” y “Gravity” giran en torno a la lucha por encontrar claridad en una sociedad cada vez más caótica, pero lo que de verdad une el disco es su sonido: las 11 canciones funcionan en conjunto y ganan fuerza cuando se escuchan de corrido.

The Siege” abre el disco con una combinación de percusión demoledora y elementos electrónicos, pero lo que más impacta es lo bien que fluyen las transiciones entre el gutural de Andrea Ferro y las melodías de Cristina Scabbia. Después de más de 25 años de carrera, el dúo ha perfeccionado esto al punto de que sólo queda aplaudir. La voz de Cristina eleva “Oxygen”, encontrando y creando belleza en medio de la densidad de los riffs, pero el momento más alto del álbum es “I Wish You Were Dead”, un himno gótico con filo irónico, que se te queda pegado en la cabeza justo cuando intentas dormir

Randy Blythe (Lamb Of God) y Ash Costello (New Years Day) aportan voces en “Hosting The Shadow” e “In The Mean Time”, respectivamente, pero a decir verdad, apenas se nota. Estas son canciones 100% Lacuna Coil, y la presencia de los invitados solo refuerza lo bien valorados que son los italianos por atreverse a ir más allá. Sleepless Empire es el trabajo de una banda que no necesita refuerzos, y su oscura intensidad te mantiene despierto, dejándote solo una opción: darle play de nuevo.

Por Eduardo Soto González

Profesor de Inglés de profesión, cronista musical por vocación.

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