Este sábado, el Teatro Cariola se transformó en un mausoleo sonoro, cubierto por la sombra del black y el death metal. En su regreso a Santiago después de más de seis años —y tras sus ya clásicas paradas en otras ciudades del país, como Valparaíso y Concepción, ayer y antes de ayer—, Dark Funeral ofició una nueva misa negra, a la que invocó a los ariqueños Necrodemon y a los suecos A Canorous Quintet para dar inicio al réquiem.
⏰ A las 7:30 PM, Necrodemon hizo retumbar su death metal melódico, lleno de furia, como una ceremonia de inhumación en la que presentaron material nuevo, destacando la demoledora “Spiral of Madness”, que arrastró a la audiencia a su universo de caos. La energía siguió en ascenso hasta el cierre con su clásico “Que Muera el Perro Jesús”, un himno que consolidó su presencia en el escenario. Gritos desgarradores y guitarras filosos como epitafios sellaron una presentación contundente, un digno cortejo fúnebre para lo que venía.
🎶 Luego, los suecos A Canorous Quintet sumaron un matiz sepulcral distinto: una procesión donde la melancolía y la violencia se cruzaron en un duelo musical que hipnotizó a la audiencia. Canciones como “The Complete Emptiness” y “The Black Spiral” acentuaron la atmósfera lúgubre, envolviendo el teatro en un velo de angustia y fatalidad.
Galería | Dark Funeral: A Canorous Quintet en Teatro Cariola
💀 Cuando las luces se apagaron y un silencio sepulcral cubrió el recinto, la expectación se convirtió en un murmullo ahogado. Dark Funeral apareció en escena con la intro resonando como el eco de una cripta recién abierta mientras al fondo el icónico logo de la banda, flanqueado por dos imágenes del Conde Orlok. En cuestión de segundos, “Nosferatu” emergió con la ferocidad de un espectro desatado. Heljarmadr, al frente de la banda con su imponente presencia y su voz desgarrada, invocó su oración fúnebre, guiando a la congregación vestida de riguroso luto en un descenso sin retorno.
💣 Sin dar respiro, los suecos siguieron con “Atrum Regina” y “To Carve Another Wound”, golpeando con la violencia de una lápida sellándose, mientras los blast beats martillaban como el rigor mortis de una tormenta implacable. Lord Ahriman y Chaq Mol, con su destreza en las guitarras, entregaron riffs afilados y arpegios desgarradores que sumieron al público en el abismo. Pero fue con “The Arrival of Satan’s Empire” que el Teatro Cariola se convirtió en un verdadero altar impío. La ovación fue instantánea; la audiencia, una congregación en trance, coreó el estribillo con devoción blasfema.
🌑 Uno de los momentos más oscuros de la noche fue “When I’m Gone”, que se sintió como una marcha fúnebre cubierta de cenizas, su melodía arrastrando a los asistentes a la introspección.
🇨🇱 Después vino el clásico cántico nacional, C-H-I, iniciado por Heljarmadr y seguido por la fanaticada, a quienes agradeció por su apoyo inquebrantable durante estos treinta años. En su honor, les dedicó la feroz “As One We Shall Conquer”. Luego sonó “Unchain My Soul”, otro himno de batalla que hizo temblar el suelo, como si un sepulturero cavara la última fosa de la noche.
🚪 Con “Open the Gates”, Dark Funeral abrió las puertas a un abismo donde las sombras devoraban la luz. Después, “Shadows Over Transylvania” y “My Dark Desires” rindieron tributo a los orígenes de la banda, desatando un frenesí que alcanzó su punto máximo con “In the Sign of the Horns”. El trabajo incansable de Adra-Melek en el bajo y Jalomaah en la batería mantuvo firme el pulso de la oscuridad, mientras la banda afianzaba su dominio sobre el público. Pero fue “Let the Devil In” la que, con su atmósfera hipnótica y cadencia espectral, dejó en claro que Dark Funeral no solo ofrece velocidad, sino que también sabe conjurar el peso de la desesperación en su forma más pura.
⚰️ El acto final llegó con “Where Shadows Forever Reign”, una despedida que resonó como un epitafio grabado en piedra, momento en que el vocalista Heljarmadr flameó una gran bandera negra. Luego, la banda dejó el escenario mientras la outro envolvía el teatro en penumbra, la audiencia se quedó en un instante de quietud, como si se negara a aceptar que la misa negra había llegado a su fin.
🖤 Anoche, Dark Funeral no solo dio un concierto: sepultó la luz y ofició, durante una hora, oscuros responsos que seguirán resonando en su fanaticada por toda la eternidad.