Tool por fin en Chile: La banda de Maynard James Keenan, Adam Jones y compañia estarán tocando en Santiago el 25 de Marzo en Movistar Arena y cerrando Lollapalooza este Domingo 23.
Si hay una banda que ha construido una legión de seguidores fieles y acérrimos es Tool. Con su metal progresivo cargado de complejidad y misticismo, el cuarteto estadounidense ha conquistado a miles de fanáticos en todo el mundo. Sin embargo en los últimos años, una cruda realidad se ha hecho evidente: gran parte del fandom de Tool se ha vuelto, para muchos, casi insoportable.
El problema radica en una actitud que oscila entre la devoción y la pretensión extrema. Para algunos seguidores de la banda, disfrutar de Tool no es solo una cuestión de gusto musical, sino una iluminación intelectual. Suelen hablar de los intrincados compases de Danny Carey, de la profundidad metafísica de las letras o del supuesto “nivel superior de comprensión” que requiere la música del grupo.
Ejemplos de este comportamiento abundan en redes sociales y foros de discusión: En X (antes Twitter), no es raro encontrar comentarios del tipo: “Si Tool no te gusta, es porque tu cerebro está acostumbrado a la música de fácil consumo” o “Tool no es una banda, es una experiencia que debes estudiar”. En Facebook, los grupos dedicados a la banda suelen reaccionar con burlas o incredulidad ante cualquier crítica. Y en el foro Reddit, las discusiones sobre el grupo pueden transformarse en largos e intensos análisis de patrones matemáticos, como si se tratara de un enigma que solo unos pocos elegidos pueden descifrar.
Por supuesto que este artículo no se trata de negar el talento innegable de la banda ni el derecho de sus fans a disfrutar todo el concepto que ofrece el cuarteto progresivo de Los Ángeles, pero hay una delgada línea entre el entusiasmo y la arrogancia musical que algunos seguidores parecen haberla cruzado hace rato. Tool es una banda con música compleja, bella y desafiante, pero eso no la convierte en un dogma, ni a sus fans en sacerdotes de la verdad musical absoluta.
El problema no es Tool ni todas las bandas que ofrecen ideas artísticas audiovisuales, sino la necesidad de algunos de convertir los gustos musicales en un filtro de superioridad. Porque al final de todo, la música es para disfrutarla, no para convertirla en una competición intelectual.
Y quién sabe, tal vez hasta el propio Maynard encontraría ridícula tanta solemnidad en torno a su banda.
Para el show de la banda en el Movistar Arena las entradas se encuentran agotadas, mientras que para Lollapalooza hay tickets disponibles con diferentes planes, puedes revisar directo en el sitio web pinchando acá