“Supercharged Worldwide Tour” es el nombre perfecto para la gira que trajo de vuelta a nuestro país a los californianos. Y es que la energía creada por la sinergia entre la banda y el público se tomó la noche del 18 de marzo. Con un show electrizante cargado de hits, demostraron que están más vigentes que nunca, deleitando a toda la generación de treinteens presente en un Movistar Arena repleto.
GUFI ABRIENDO LOS FUEGOS
La previa de la noche estuvo a cargo de la banda nacional Gufi, quienes, en aproximadamente 30 minutos, pudieron calentar motores con sus éxitos más importantes. Con un impecable sonido, el trío de punk rock “chileforniano” logró cautivar a los primeros asistentes que se acomodaban en el gran domo del Parque O’Higgins. Un show preciso, impecable y aplaudido por los asistentes, directo para anotar al currículum.
SUPERCARGADO DE PUNK ROCK CALIFORNIANO
A eso de las 9:15, aproximadamente, comenzó a aparecer en las pantallas una especie de introducción interactiva, con muchos chistes y referencias populares a la trayectoria de The Offspring, dando paso luego al inmortal himno de AC/DC “Thunderstruck”, con un conteo de minutos en reversa junto a un esqueleto animado que, mientras bailaba, parecía recibir cargas eléctricas. En esos momentos, el público ya comenzaba a emocionarse. Un punto a destacar en todo el espectáculo fueron las increíbles visuales, que aportaron en gran medida al concierto, siendo protagonistas en varios lapsos del show.
Luego de la introducción audiovisual, la banda apareció en el escenario y comenzó el concierto con “All I Want”, haciendo explotar al público, seguida inmediatamente por “Come Out and Play” y “Want You Bad”. Solo con esas tres canciones ya se presentía una noche eufórica. Previo al intermedio, le siguieron las potentes y bien ejecutadas “Staring at the Sun” y “Kick Him When He’s Down” (esta última no se había tocado en vivo en años). Luego llegó “Hit That” para empezar a darle el toque bailable a la noche.
“Original Prankster” fue acompañada de los infaltables “¡Olé olé olé chileee!”, donde la conexión con la fanaticada se sintió en todo el Movistar Arena. “Hammerhead” debutaba en el tour con potencia, seguida por la única canción del nuevo disco, “Make It All Right”. Esto puede parecernos extraño, pero esta práctica de tocar un solo sencillo de material nuevo era muy común en los 90.
Hubo un interludio interactivo donde el guitarrista Noodles y compañía repasaron clásicos del rock de la talla de Black Sabbath, Kiss y The Ramones. El sello de The Offspring en vivo es poder generar una gran cercanía con el público, más allá de ejecutar canciones de manera impecable. Esto es logrado gracias a los tremendos Todd Morse en el bajo, Brandon Pertzborn en batería y Jonah Nimoy como multiinstrumentista.
La madurez musical e interpretativa de la banda se vio reflejada en la siguiente parte del show, ya que los tracks “Bad Habit”, “Gotta Get Away”, “Why Don’t You Get a Job?” y “(Can’t Get My) Head Around You” fueron repasados impecablemente. A esto le siguieron los esperadísimos “Pretty Fly (for a White Guy)” y el himno de toda una generación, “The Kids Aren’t Alright”, para el clásico final falso de los conciertos.
Luego de la ovación, la vuelta al escenario estuvo a cargo de “You’re Gonna Go Far, Kid” y “Self Esteem” para cerrar una noche enérgica y cargada de hits, con un recital lleno de complicidad entre The Offspring y el público chileno.
Una demostración de la vigencia de una banda que ha sabido pulir todos los detalles de un show que nada tiene que envidiar a las agrupaciones más grandes del mundo.