La noche de este viernes, fuimos testigos de la electrizante presentación de Dogma en vivo en Sala Metrónomo. La banda femenina, cuyo nombre resuena cada vez con más fuerza en la escena del rock, ofreció un espectáculo que fue mucho más allá de la mera ejecución musical. Desde el primer acorde hasta el último golpe de batería, la agrupación demostró por qué son una fuerza a tener en cuenta.
Pasadas las 21:00 hrs. Dogma inició su tercer show en nuestro país luego de su paso por la Sala RBX el año pasado, y haber sido la banda invitada por los italianos WindRose al día siguiente.
“Forbidden Zone” suena fuertemente con los acordes de las guitarras de Lamia y Rusalka, aunque lamentablemente el micrófono de Lilith falló en los primeros minutos, generando la ovación del público a pesar del problema. Si bien, este problema se solucionó, luego nos dimos cuenta de que Lilith cantaba haciendo gestos a los técnicos.
Comenzó a sonar “Feel the Zeal”, pero la vocalista se le vio aún incómoda cantando, por lo que, al terminar la canción, la cantante se va para intentar solucionar el problema. Rusalka tuvo que rellenar con un solo de guitarra mientras los técnicos intentaban solucionar el problema, pero Lilith vuelve al escenario y comenta en inglés que no tiene retorno y que intentará dar lo mejor de sí, a lo que el público le aplaudió.
Comienza a sonar la pista de una canción nueva llamada “Be Free”, pero falló nuevamente el micrófono y nos quedamos escuchando a la banda sin la hermosa voz de Lilith por más de 2 minutos. Mientras el grupo continuó tocando, le cambiaron el receptor y el micrófono y logró finalmente terminar la canción. Desde aquí en adelante ya no tuvieron más problemas de sonido, pero Lilith, antes de continuar, y saliéndose del personaje, nos agradece con un “i love you so much, but sorry for that” ríendose. La audiencia la vitoreó aún más para subir la moral de la banda, y es que este tipo de cosas no deberían pasar teniendo en cuenta que hay una prueba de sonido previa. Aún así el show continuó y de muy buena forma.
“My First Peak” es probablemente la canción más conocida de la banda y sonó retumbando los tambores de Abrahel al son de las cuerdas del bajo de Nixe. “Made her Mine” debe ser una de las que más se acercan al speed/power metal sinfónico, pero sin dejar de tener el sello de Dogma.
Cabe destacar que, pasado el inconveniente con el micrófono, todas volvieron a sus personajes, siendo Lamia la que destaca con los solos de guitarra, Rusalka tomando el rol de líder y de interactuar con el público, Nixe como una monja poseída por algún demonio se contorsiona con su bajo durante todo el show, y la prolijidad del sonido de la batería de Abrahel marcando el ritmo. Lilith, con su sensualidad y excelente voz, protagoniza el inicio de la siguiente canción, que será un adelanto del próximo larga duración que están preparando y que ya hemos podido ver gracias al videoclip que hace menos de un mes estrenaron: “Banned”. Si bien no es la primera banda que combina el sonido del tango con el metal, el sello Dogma se presenta haciendo que sea un oscuro y atractivo track.
Luego de un pequeño solo de Abrahel, continuaron con “Carnal Liberation” y luego “Free Yourself”, que es una de las canciones que más destacó por ser la más versátil en sonidos, teniendo un pasaje de jazz/big band que le da un toque de magnificencia a la puesta en escena a la banda.
Con un oscuro arpegio de guitarras sonó “Make us Proud”, para luego dar espacio al primer cover de la noche, “Like a Prayer”, original de Madonna, que con esta versión metalera deja en claro que las influencias son muy variadas como interesantes. “Bare to the Bones”, un track con un estilo más ochentero, advierte a la audiencia que nos vamos acercando al final.
Lo siguiente, también lo hicieron en los shows anteriores en nuestro país, un medley llamado “The Tribute” que comienza con “Walk” de Pantera, “The Trooper” de Iron Maiden, “Master of Puppets” de Metallica, “Symphony of Destruction” de Megadeth y “South of Heaven” de Slayer. Los fans reaccionaron a cada uno de los emblemáticos riffs dejando en claro que el hard rock y el metal clásico es la base para que Dogma exista.
Continuaron con las tres canciones finales de su trabajo homónimo, “Pleasure from Pain”, “Father I Have Sinned” y “The Dark Messiah”, dejando el escenario con una luz roja intensa y un outro que nos hace recordar el soundtrack de la película The Omen. La audiencia no se movió y pedía más de Dogma, pero las luces al público se prendieron y sonó música envasada que anunciaba que el show había llegado a su fin.
En sí, el espectáculo fue prácticamente igual que el ofrecido en el 2024, a excepción de las tres canciones nuevas. Aún así, lo que Dogma presentó en el escenario es de gran calidad, ya sea por su performance instrumental como también por interpretación. Cada una de las integrantes juega un rol y toman correctamente su personaje en específico, y a pesar del inconveniente del sonido que en momentos generó que salieran del personaje, el show continuó como si nada hubiera pasado luego de que la producción lo solucionara. Esto solo habla bien de la calidad como músicos que son las cinco monjas que nos mantuvieron extasiados en su enigmática presencia por más de una hora. Esperamos que sigan viniendo año a año y sacando nuevo material, porque fans en Chile tienen asegurados.
Fotografías por @benjamin_voorhees