El invierno se acerca y las temperaturas poco a poco comienzan a bajar, lo cual ayuda bastante para el outfit de la vieja guardia metalera, que ayer estuvo de fiesta. Los suecos H.E.A.T. visitaron por primera vez nuestro país, así que sacamos nuestro pantalón ajustado, escarmenamos nuestro cabello y temprano partimos en dirección al Teatro Cariola.
H.E.A.T es una banda sueca de hard rock formada el año 2007 en Upplands Väsby. Desde sus inicios, se destacó por revivir el espíritu del hard rock melódico de los años 80, con pegajosos estribillos, guitarras brillantes y una energía arrolladora. Su álbum debut homónimo del año 2008 llamó la atención por sus influencias clásicas, pero fue con “Freedom Rock” dos años después despidiendo a Kenny Leckremo y su posterior “Address the Nation”, que incorpora al carismático vocalista Erik Grönwall, cuando la banda se consolidó internacionalmente, ganando elogios por hits como “Living on the Run”.
A lo largo de su carrera, H.E.A.T ha cambiado de formación varias veces, pero siempre ha mantenido su compromiso con el sonido clásico del rock melódico, actualizando el estilo con una producción moderna. Con trabajos como “Tearing Down the Walls” del 2014, “Into the Great Unknown” en el 2017, “HEAT II” el 2020 y su más reciente trabajo “Force Majeure” y “Welcome to the Future” que marcan el regreso de Kenny en la voz, han confirmado su lugar como uno de los nombres más relevantes del hard rock europeo actual.
Con toda esta información encima y con una playlist al estilo glam rock, aterrizamos por el Teatro Cariola a eso de las 19:40, esperando el show de apertura de la banda nacional Raff, quienes no se hicieron de rogar y a los pocos minutos nos entregaron su sonido mientras la audiencia abríamos latas de cerveza para entrar en toda la onda del rock & roll.
Raff no salió como una banda soporte, se subió al escenario con toda su potencia a demostrar porqué estaban ahí. Canciones pegajosas que transportaron al público, que de a poco se iba congregando frente a la banda nacional, al mejor momento de principios de los años 80s, cuando reinaban bandas como Kiss, Van Halen y Mötley Crüe.
El quinteto se lució. Nos entregó una tremenda puesta en escena con coreografías, una banda que corean todos los integrantes y por supuesto el trabajo de su frontman, que conectó con la gente, que claramente estaba con el ánimo de disfrutar y alucinar, cantando sus coros y viviendo un tremendo momento que nos presentó a Raff como uno de los exponentes que mantienen viva la esencia del hard rock.
Y como la noche corría a la velocidad de una Harley Davidson, muy poco rato después los suecos subieron al escenario y su fan club se hizo notar. Cantaron cada una de las canciones que H.E.A.T. entregó, bailaron, cabecearon y rieron de buena gana. No estaba abarrotado el Cariola, pero no era necesario: los que estuvieron convirtieron el teatro en una arena donde los vikingos nos entregaron lo mejor de su show.
Desde que sonaron los teclados de “Disaster”, su más reciente sencillo, que fue la elegida para conectar con el público chileno, el quinteto sueco no dejó de mostrar en ningún momento sus caras de sorpresa ante una audiencia que conocía todo su material y que sabía sus canciones, en las que, sin piedad, Kenny Leckremo, hizo lucir sus cuerdas vocales a todo volumen, mientras corría de un lado a otro como un tigre enjaulado.
15 canciones que en un poco más de una hora recorrieron la historia de H.E.A.T., “Emergency”, “Dangerous Ground”, “Hollywood”, “Rise”, “Nationwide”, “Running to You” que dijeron era la primera vez que la tocaban en vivo, “In and Out of Trouble”, “Beg Beg Beg” la cual mezclaron con una tremenda interpretación de la afamada “War Pigs” de Black Sabbath.
Continuaron con un solo de batería acompañado de la música de Queen, que a lo largo del show se sentía como una de las influencias más palpables del quinteto. “Back to the Rhythm”, “Bad Time for Love”, “1000 Miles”. La emoción de los integrantes de H.E.A.T. se notaba cada vez más, Dave Dalone, el guitarrista, cuando quedaba poco para finalizar se veía notoriamente emocionado lo cual hizo que Kenny tomara el liderazgo del escenario y lo arengara conectándolo con el show.
Finalmente “One by One” y para terminar “A Shot at Redemption“, con la que la banda se entregó a y desde una sinceridad brutal se despidieron afectuosamente de su fanaticada que definitivamente dejará marcado a Chile en la memoria de la banda europea.
Una maravillosa jornada, cargada de mucho rock y de muy buena onda, tanto del público, como de los músicos. Una muy buena organización y gran sonido, no hay mucho más que decir, solo despedirnos y esperar que sigan las coberturas para un mayo recargado de shows, de los cuales te contaremos todos los detalles, ya que somos Rock Legacy y amamos nuestro trabajo.