Testament ya es parte de la casa; si vivieran aquí, serían un clásico imperdible del circuito metalero nacional. Considerados como uno de los pilares constructores del sonido thrash estadounidense la banda ha robado corazones desde su primera visita en 1999. Son canciones que con los años se han transformado en hitos, envejeciendo muy bien, tanto en estética sonora, como en actitud. A pesar de que la industria los quiso confundir, como pasó con los thrashers en los noventa, Testament supo mantenerse firme. Hoy regresan en el mejor momento para el thrash en Chile: llenando teatros y viviendo con fervor una tercera ola que crece en afición, puesta en escena y experiencia. Desde el 2023 que no visitaban nuestro país, en esa ocasión fue en el marco del festival Metal Fest, Ahora estaríamos más cerca, solo los fans y su sonido, que cruza desde el hardcore hasta el groove, de la alegría al desazón.

La invitación era clara, a las 20 horas en el corazón político de nuestro país, frente a la moneda, donde los poderosos juegan al ajedrez con nuestras vidas, Testament se presentaría junto a los nacionales Exile, convirtiendo la noche del martes en una fiesta de skate, chaquetas de mezclilla con parches, jeans ajustados, camisas a cuadros  y zapatillas caña alta. Al cruzar la Alameda, los vendedores callejeros cambiaban su toldos azules por poleras negras, posters, chapas y artículos distintivos de la escena, que puntuales hacían fila para entrar, mientras algunos desesperadamente vaciaban latas “al seco”. Nosotros llegamos unos veinte minutos antes de la hora programada y al entrar nos sorprendimos por la convocatoria, esta iba a ser una fiesta.

Exile salió a escena, puntal y devastador. La banda nació en Santiago en 1991, fruto de un grupo de amigos unidos por su pasión por el metal extremo. Su primer demo, Double Face, fue lanzado en 1994, y en 2001 publicaron el EP Divine Word, que se posicionó como un referente dentro de la escena underground chilena. Consagrados dentro de nuestros almanaques del sonido nacional el quinteto se subió al escenario y su música los empujó a la cima. Sonaron espectacular. Sólidos, onderos, bestiales y técnicos. Exile no tuvo temor a nada y simplemente entregó lo suyo, metal chileno de tomo y lomo, hecho sin edulcorantes artificiales y completamente brutal. Las caras de alegría y las expresiones fueron unísonas “Son buenos estos weones”. Nada que decir, desde el motor de la banda hasta los solos de guitarra, todo estuvo genial. ¡Aguante Exile, aguante su búsqueda y salud por ustedes! Y así se pasó volando la primera media hora de show, antes del turno de Testament.

Acostumbrados a festivales que congregan a tres o cuatro bandas, la media hora de Exile fue insuficiente para apaciguar las gargantas del público asistente que coreaba las canciones con las que la producción entretenía a la audiencia mientras en el escenario se probaba el sonido para que subiera en gloria y majestad la banda estadounidense. 25 minutos bastaron, las luces se apagaron mientras sonaba “Fight For Your Rights” de Beastie Boys, luego se prendieron las luces del escenario y el centro neurálgico de Santiago pareció estremecerse en una explosión. Testament salió a escena con toda su artillería cargada, disparando notas a toda velocidad, convirtiendo la cancha del Teatro coliseo en una batalla campal. El mosh no perdonaba y el olor de la ropa mal secada se apoderó del espacio y se mezcló con el aroma a sudor alcohólico, vivimos la verdadera tocata thrasher de meme hecha realidad. Si nunca la viviste no conoces el verdadero infierno. 

Testament es una banda que su trayectoria está marcada no tan solo en sus años de vida, sino también en lo amplio de su repertorio. En esta ocasión los californianos nos dieron el gusto de diferenciar su show completamente de su visita anterior que estaba pensada para un show corto y dentro del marco del Metal Fest. En cambio en su visita de ayer, vomitaron 17 canciones a la vena, donde recorrieron su historia desde sus comienzos hasta la modernidad. 

Para partir con la zapatilla en la boca tres canciones directamente de la década de los 80, “Practice What You Preach”, “Sins of Omission”, “Perilous Nation”. El mosh se volvió loco y no faltaron los pechito de paloma que intentaron empezar una pelea, mientras la cancha giraba desatada con “The Pale King”, “The Haunting”, “Rise Up”. Después el quinteto se trasladó a la década de los 90, donde a pesar de experimentar nunca nos entregaron tremendos himnos como “D.N.R. (Do Not Resuscitate)”, “Low”. Dentro de este set noventero “Native Blood” fue la única más contemporánea, pero continuaron explorando su sonido noventero con “Trail of Tears”, “Electric Crown”, “Souls of Black”, “Return to Serenity”.

Después del solo de batería que siempre sirve para que la banda tome aire y el público también, Testament regresó para despedirse de nuestro país con “First Strike Is Deadly”, “Over the Wall”, “More Than Meets the Eye”, “Into the Pit”. Una gran jornada, con un Teatro Coliseo hirviendo como una olla de presión, con una impresionante demostración de cariño tanto de Chuck, Steve y Alex, quienes no perdieron una oportunidad para hacernos sentir el mejor público de Sudamérica. Definitivamente los shows thrashers se han convertido en eventos que quedarán guardados como pictografías únicas y memorables de esta nueva vuelta del sonido que juntó al hardcore, el heavy y dio vida al death metal. Así nos despedimos y esperamos encontrarte en la próxima visita de cualquiera de nuestras estrellas del rock y el metal.

Fotografías: Miguel Fuentes (The FanLab)

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