La noche del 21 de octubre, el Estadio Monumental se transformó en un coliseo vibrante, completamente lleno, para recibir a Imagine Dragons. El público agotó todas las localidades, creando una atmósfera de expectación que la banda de Las Vegas no decepcionó. Con puntualidad casi británica, a las 21:08 hrs, la banda encendió el escenario.

El concierto fue un despliegue de energía pura y efectos visuales impactantes. El setlist, bien equilibrado entre temas nuevos y sus grandes himnos, comenzó con la potencia de “Fire in These Hills“, seguido por el ya clásico “Thunder” y “Bones”, inyectando adrenalina desde el primer minuto. 

La primera parte del show continuó con “Take me to the Beach”, en donde pelotas de playa gigantes rebotaron al ritmo del nuevo éxito de la banda. Le siguieron “Shots” y “Whatever it Takes”, demostrando la gran calidad musical del grupo y la impecable voz de Dan Reynolds. 

Es preciso detenerse en el frontman de la banda, quien se mostró carismático y en total control escénico. Repetidas veces coreó un “chi chi, le le” que el público presente contestaba con un “viva Chile”.

Un cambio de ritmo se produjo con el set acústico. Al son de “Its Time” y “I Bet My Life”, la banda logró una conexión íntima con las miles de almas presentes, demostrando que su fuerza no reside solo en la grandilocuencia, sino también en la emotividad cruda de sus letras.

La tercera y última gran parte del espectáculo fue un auténtico festín de éxitos que desató la euforia total, sobre todo cuando Dan ya termina por sacarse su camisa y quedar a torso desnudo, haciendo gritar incluso a las menos fans de la banda. 

Clásicos como “Bad Liar”, “On Top of the World” y, por supuesto, la efervescente “Radioactive”, mantuvieron al público saltando y coreando cada frase. Temas como “Demons”, “Natural” y “Walking the Wire” reafirmaron la versatilidad de la banda, sobre todo en esta última que vino acompañada con un discurso sobre vivir la vida y disfrutarla.

Visualmente, el show fue un derroche. El confeti, una constante festiva que cayó sobre la multitud en múltiples ocasiones a lo largo de la noche, sumó un elemento lúdico y de celebración. 

El final fue apoteósico: tras “Sharks”, el theme de la serie Arcane; “Enemy”, “Eyes Closed” y la hermosa “Birds”, la banda cerró la velada con su más grande himno, “Believer”. El coro masivo se mezcló con una espectacular exhibición de pirotecnia, que iluminó el cielo y puso el broche de oro a una noche inolvidable.

Imagine Dragons ofreció más que un concierto; fue una catarsis colectiva, una demostración de poderío sonoro y una conexión genuina con su multitudinaria base de fans chilena. Sin duda, una de las grandes citas musicales del año y que esperamos que se repita ya que en palabras de Dan Reynolds, Chile lo hace sentir como en su casa y nos prometió volver a nuestro país en cada una de las giras de la banda.

Galería | Imagine Dragons en Estadio Monumental 2025

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