Generalmente cuando se habla de Blues, todos nos imaginamos un artista afroamericano con una guitarra eléctrica tipo Chuck Berry, otros se podrían imaginar la leyenda Robert Johnson con solo una guitarra acústica y es que como lo he mencionado en anteriores review del ciclo de Blues & Hemp, el género nació dándole sentido a lo cotidiano, basta con ver videos de aquellos años de esclavitud, donde la comunidad negra mientras trabajaba bajo el yugo de sus propietarios, cantaban con alegría mientras araban la tierra o acarreaban leña.

Como ya es costumbre, nuevamente con gran entusiasmo, me hice presente en un Jueves de Blues acústico en el centro de Santiago, como un hábito ya arraigado, la productora Vudú siendo el buen anfitrión que es, nos abrió nuevamente las puertas del bar cáñamo, para cubrir el artista que seguía en este ciclo. Si ya la semana pasada había presenciado el show de Sebastian Cordova un ex blusero muerto, hoy le tocaba el turno al fundador y cantante de dicha banda; Gatillo Gerald.

A eso de las 22:00hrs Gatillo desenfunda su afilada lengua y comienza su show con natural carisma, que por medio de chistes comenzaba a llenar él mismo el local que, con las risas generadas en el público, generaba sin aun tocar, un ambiente relajado. Con una guitarra acústica en mano, luego de un caluroso aplauso, comienza su show con “Las Paredes de Dios”, canción perteneciente al álbum Sanidad de Bluseros Muertos. Una vez terminada su introducción, nos presenta a quien será su complemento en esta noche; El guitarrista Rodrigo Fritz.

Con una mezcla entre dos guitarras acústicas se nota una colaboración en los dos instrumentos, que dejan en el ambiente la incógnita de que si está grabado lo que escuchamos o realmente se compenetran tanto los dos al punto de confundirnos, y es que mientras uno hace la rítmica otro comienza un puteo bajo esa base, para después ir intercambiando sus funciones a medida que ellos mismos se lo dispongan. Es así como se entona el clásico “Oso” sencillo extraído de la producción de “Hombres que caen en forma de nube” del año 1998.

Continuando con el espectáculo suena como un mensaje las canciones “Háblame ahora” y “Contestadora” que, quizá no estén relacionadas, pero si es predeterminado escucharlas juntas, dando paso así a “Plaza de los 9 meses”, un sencillo con una rítmica pegajosa que te queda en la mente. Mientras esto sucede, en el instrumental de la canción entre los punteos que ellos mismos hacen de forma improvisada, nos llegan acordes conocidos, mientras que Gatillo canta algo que nos suena familiar; “Another brick in the Wall” de Pink Floyd llega como un regalo entre medio de la tonada, sin duda un buen presente para los asistentes que siempre agradecen uno que otro tributo a los clásicos.

Una vez terminado, los aplausos instantáneos se hacen presentes y el blues ya en el ambiente, nos pide algo más, el vocalista de Bluseros Muertos bien entendido con el público, comienza “Yo me hago el Sordo” y pide al público la dinámica de decir “¿Qué?” mientras canta el coro, así hace cantar hasta el más apagado en el bar y saca una sonrisa hasta al más pesimista. Y así como mencioné anteriormente, el blues sale de la rutina y ¿Que más cotidiano en el humano que el deseo de amar?, es así como entramos en un tramo medio romántico con canciones como “Rieles y Mujeres” y “Autopsia de Amor”, baladas bluseras que llenan el entorno con nostalgia, pero también con el ánimo que siempre se transmite en este género, que busca siempre por medio de la guitarra salir airoso de los momentos adversos.

Ya llegando al colofón de su show, Gatillos Gerald nos da un regalo a los asistentes y presenta una serie de Covers; “Te para 3” y “Fue” de Soda Stereo, culminando con “Te recuerdo Amanda” de Victor Jara. Una vez terminadas estas interpretaciones, despide un instante a su acompañante para darnos una muestra de lo que vendrá en el futuro de su banda; “Hey Hey”. Y si ya esto nos deja más que pagados, el incansable frontman, nos propone una última dinámica; pide papel y lápiz al público, y se desafía a improvisar una canción con las palabras que se nombren, es así como toda la esencia del blues que alguna vez me imagine, tomó vida en una magnífica interpretación.

Sin duda alguna, me fui más que pagado en una nueva noche de Blues en el bar cáñamo, y con más ganas que nunca que de asistir a un nuevo evento, que presentara a Lian Sperguell el día jueves 27 cerrando así el ciclo acústico de Blues & Hemp.

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