Próximo a su presentación en el Club Blondie, les presentamos esta review del nuevo álbum del grupo italiano, el cual los trae a nuestro país con un trabajo bajo el brazo que se presenta como un trabajo enganchador desde el principio.

Hablar de Lacuna Coil, es referirse a una de las bandas de metal más importantes de los últimos 20 años, gracias a una sólida y extensa carrera, varios discos notables en sus espaldas.

Los italianos visitan nuevamente nuestro país con un nuevo álbum bajo el brazo y una gira de promoción, llamada ‘Black Anima’, que también le da nombre a su nueva placa.

El grupo nacido en Milán se presentará en Club Blondie este jueves 20 de febrero y espera deleitar a sus fanáticos, pero ¿qué nos depara ‘Black Anima’? ¿Qué podemos decir de él?

Desde un inicio, el sonido que nos presenta el grupo es el que han venido modificando desde sus comienzos, pero con pequeños cambios que han ido puliendo, como quien mueve perillas de arriba para abajo, cables de aquí para allá en un mítico sintetizador moog.

En rasgos generales, estamos ante una producción repleta de coros, que más de uno se te meterá en la cabeza, con riffs muy buenos que se apilan y comprimen en 45 minutos de puro metal que tiene potencial para ser muy masivo.

Es así como ‘Sword of Anger’, nos escupe y abate con toda su furia, avasallando con todo a su paso. Se nos presenta un tándem opuesto pero complementario entre la voz gutural de Andrea Ferro y el canto melódico de Cristina Scabbia. Un tema elegido con pinzas para abrir cualquier creación musical que se precie con ganas de masificarse: corto, enganchador y certero con letras memorizables.

Si Ferro destaca en la pista anterior, en la siguiente, ‘Reckless’, Scabbia, también busca su protagonismo y lo logra de manera soberbia. No dejar de lado el tremendo solo de Diego “Didi” Cavalotti.

La labor de la dupla Ferro-Scabbia se puede ver nuevamente en ‘Layers of Time’, en que ese contraste, que vimos antes, se evidencia aún más. La pieza es contundente gracias al trabajo de Marco Coti Zelati y el nuevo baterista, Richard Meiz.

‘Apocalypse’ tiene una buena instrumentación, que se escucha esforzada, pero es una composición de otro género, sin la potencia de los anteriores, lo más bajo, salvo una cosa, otro buen solo de la guitarra de Cavalotti. Esto sucede también con ‘The End Is All I Can See’ y ‘Save Me’, donde suenan a otra banda, no es la que nos encontramos en ‘Sword of Anger’, si no a una que se muestra repetitiva y sosa.

Esto pasa un poco con ‘Now or Never’ que no se siente tan fuera de lugar gracias a esos intrincados riffs con el añadido de la voz delicada y dulce de Cristina, pero que suena un poco a Nü-Metal.

‘Under the Surface’ te agrede con una velocidad insospechada y desenrollando todas sus notas con la banda dando un soporte a este tejido auditivo que por medio de guitarras rítmicas bien coordinadas y aceitadas, junto a la precisión de Richard Meiz te abruman y dejan nocaut. La dupla de Ferro y Scabbia sigue dándole a la creación esa variante que sazona a ‘Black Anima’.

‘Veneficium’ es la parte más épica. Esto porque estamos ante seis minutos con coros majestuosos sumado a ese aire orquestal que rodea esta canción, que se muestra bombástica y explosiva, coronada con una performance vocal soberbia de sus dos líderes, que no deja atrás el tremendo solo de guitarra melancólico, usando toda la rica instrumentación del grupo.

Concluimos con ‘Black Anima’, que le da nombre a este disco, que cierra con esa dupla Ferro y Scabbia que jugó en casi todo el álbum, que está presente en los mejores momentos de este, además de tener una instrumentación interesante.

El nuevo disco de Lacuna Coil es interesante, no increíble, pero bueno, ya que nos presenta composiciones disfrutables, gancheras, modernas y enfocadas, dirigido por electrizantes y carismáticas interpretaciones vocales con una base musical concisa y contundente. A veces no necesitamos más.

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply.