Este es el segundo álbum de la banda australiana que se destaca por su metal progresivo, el que tiene muchas personalidades y capas sonoras que se van exponiendo a lo largo del disco y que interactúan entre ellas, haciendo de este un trabajo muy variado y de gran calidad.
The Stranger es una banda australiana nacida el 2013, cuando el guitarrista Kale Austin y el baterista Daniel O’Brien abandonaron su antiguo grupo de metal sinfónico, Alpine Fault, en el que estuvieron trabajando durante cinco años en la ciudad de Brisbane. Usando el material grabado por Austin y luego de sumar a Tom Frayne (vocalista), Brendon Blanchard (bajo) y después a Andrew Taylor (guitarra), grabaron su primer disco que se llamó igual que el grupo.
Blanchard dejaría el grupo, y en su reemplazo llegaría Linc Morse con quien The Stranger grabó este nuevo álbum, “Kaleidoscope”. En esta placa la primera pista, “Eleventh Hour” golpea una entrada enérgica y simbólica de lo que será el álbum: una mezcla de sintetizador con varias capas más pesadas. A nivel de letras es un canto de protesta contra el cambio climático.
Esta dualidad entre los teclados y el metal, aderezado por toques de djent, se presentan enfrentados o siendo partes de un todo más grande. Dentro de intrincadas estructuras, dentro de ritmos oscuros y enigmática. No solo estos elementos aparecen, hay arreglos de guitarras acústicas que también se complementan correctamente con todo el material más grueso.
La voz de Tom Fayne también entra en este jugo de dualidad, presentándose grandilocuente por momentos, agresivos en otros y también emotivo. La batería de Daniel O’Brien lleva el peso de algunas canciones como en “Siren”, o a veces esa misión recae en el sintetizador. En ese sentido, “The Gemini” es uno de los fieles representantes de esto. Y es que a nivel instrumental todos los temas son buenos, ninguno desentona y escuchamos como cada uno de los miembros del grupo se acopla de manera perfecta con su compañero.
A pesar de que es un pequeño interludio, otro de los temas que me encanta es “Coming Home”. Es un dueto a dos guitarras, una acústica y otra eléctrica, en donde ambas conversan y a veces cada una tiene su espacio para expresarse. Es solo un minuto y 59 segundos, y uno queda con gusto a poco. Por lo mismo, sería interesante ver más temas de este estilo en el repertorio de The Stranger.
En el último tercio de “Kaleidoscope” encontramos “The Devil You Don’t” un tema donde el sintetizador, los arreglos, las guitarras, batería, bajo y las distintas voces confluyen como en ningún tema del álbum. También estamos frente a cambios de ritmos que dan cuenta del manejo compositivo de los australianos.
“Kaleidoscope” es un muy buen álbum que tiene muchas facetas y capas sonoras que van a volar tu cabeza. The Stranger es una banda que usa todos los recursos que tiene en su mano para crear canciones únicas y convincentes. Desde los sintetizadores, pasando por la guitarra eléctrica más pesada, con esos riffs que te invitan a quedarte pegado en el álbum; o la guitarra acústica; la dualidad de voces desde los growls o el canto más melódico. Ni hablar de la batería o el bajo que en sus momentos de protagonismo no desentonan y además que sin ellos la música de los oceánicos no sería la misma, siendo todo un conjunto bien compuesto y coordinado.
Esta es una banda que se nota influenciada principalmente por Opeth y Dream Theater, por ahí también se escuchan cosas de Tesseract o de The Pineapple Thief, pero que toma todas estas influencias, las combina y les da su propia personalidad.
Este disco ha sido una de las sorpresas de abril para mí. Sin lugar a duda The Stranger seguirá dando que hablar y espero que el próximo disco consoliden las ideas aquí propuestas.