Esta banda de los Balcanes está plagada de instrumentos que van desde los metales, las flautas, los teclados, las cuerdas y otros arreglos más, que crean una amalgama interesante y convincente.

Ciccada es una banda de rock progresivo nacida en Grecia, Atenas, la capital del país. Este grupo tiene dos discos bajo el brazo, el primero “A Child In The Mirror” (2010) y “The Finest Of Miracles” (2015).

El grupo está compuesto por Dimi Spela (voz), Evangelia Kozoni (voz), Aggelos Malisovas (bajo con y sin trastes), Yiannis Iliakis (batería, percusión y voz de apoyo), Yorgos Mouhos (guitarra eléctrica y acústica, y voz), Marietta Tsakmakli (saxofón soprano, alto y barítono, y voz de apoyo) y Nicolas Nikolopoulos (flauta, clarinete, saxofón tenor y barítono, piano, piano eléctrico, órgano, mellotrón, sintetizador, clavecín, clavicordio eléctrico y voz de apoyo.

En ambos álbumes, nos posicionamos ante dos trabajos en el que se destacan los sonidos de toda la época dorada del rock progresivo, pero más cercana a grupos como Gentle Giant, Camel, Jethro Tull, Gryphon y Hatfield And The North.

Pero no sólo eso encontramos, también estamos ante una combinación interesante entre jazz, sonidos folclóricos y por supuesto rock progresivo. Esta línea sonora se repite en el tercer álbum de Ciccada, donde pueden diferenciarse distintos tipos y subgéneros de rock progresivo lo que nos da cuenta de las múltiples influencias del grupo.

Lo principal de este trabajo es la multiplicidad de sonidos, instrumentos y las variadas capas que se pueden encontrar en el álbum. En canciones como la que abre el disco, “Eniania”, estamos ante una introducción que comienza a abrir el camino para lo que viene: cambios de ritmos, con muchos momentos instrumentales donde se acoplan hasta cinco instrumentos o más.

Pero desde “Open Wings” hasta el final, nos muestra como cada tema tiene una sección rítmica que se presenta como un bloque sólido y apelmazado. A veces es jazz, a veces es folclórico balcánico, o rock progresivo.

The Old Man And The Butterfly” suena épica y llena de variantes, desde el inicio de la guitarra acústica, a la entrada del saxofón y la guitarra, todos comienzan un viaje que luego se adereza con ese mellotron tan sesentero, los cantos a dos voces de Dimi Spela, Evangelia Kozoni, hacen a la composición enigmática. El tema sigue con entradas y salidas de los distintos instrumentos y sus giros hasta un final épico.

El inicio de la segunda mitad del álbum abre con “No Man’s Land” que comienza un solo de guitarra muy floydiano, muy a la David Gilmour, pero luego de este entramos en una onda muy psicodélica con el teclado, las flautas y el saxofón en torbellino instrumental atractivo y cautivante. Hay un espacio más reflexivo sólo con la voz de Kozoni, el teclado y la batería, pero predominan claramente los sonidos influenciados por Jethro Tull.

El cierre del disco, “Queen of Wishes” es un resumen de todo lo visto en el disco, desde los espacios folclóricos, el jazz, las influencias del rock progresivo más emparentado con Gentle Giant, Camel y Jethro Tull. Las secciones de cuerdas, las flautas y los metales de los distintos saxos, además de los teclados que van desde el sintetizador al clavicordio.

Lo que llama la atención de la propuesta de los griegos de Ciccada es que no se pierden en su propuesta. No están sobrecargados. Los distintos elementos se acoplan bien unos con otros y a pesar de que hay varios arreglos e instrumentos, estos crean una masa uniforme y atractiva.

Claramente es un disco que requiere más de una escucha para apreciar los distintos colores y variantes que puede tener.

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