Paul Davis es el músico inglés que hoy encabeza este proyecto musical que en comparación con sus dos anteriores trabajos queda cojo al simplificar la propuesta musical.

Vienna Circle es el proyecto solista del músico y multinstrumentista inglés, Paul Davis, quien comenzó su trabajo en la localidad de Pewsey en el condado Wiltshire en 2006. En 2009 lanzó su primer álbum, “White Clouds” y en 2013 su segundo disco, “Silhouette Moon”.

Hace pocos días, el 30 de abril de este año, Davis publicó su tercer y último trabajo, “Secrets Of The Rising Sun” junto al baterista Alex Micklewright.

Antes de lanzarme a escribir esta reseña, decidí escuchar los anteriores trabajos de Vienna Circle, el primero “White Clouds”, que es un cruce entre Porcupine Tree, Pink Floyd y Marillion, y aunque para algunos oídos no suene muy progresivo o poco experimental, posee arreglos interesantes: líneas vocales y solos interesantes al igual que los riffs. Si tenemos que buscar un símil claro de este lanzamiento, podría ser el trabajo hecho por Steven Wilson y Aviv Geffen en Blackfield. Por otra parte, en este primer álbum, Paul Davis tocaba con su hermano, Jack, quien estuvo en Vienna Circle hasta el segundo lanzamiento.

Pero lo sorprendente viene en su segundo álbum, “Silhouette Moon” (2013) donde los hermanos Davis agregaron más instrumentos y arreglos a su sonido que se llena de matices. El sonido se aleja de Blackfield y se mete de lleno en lo ecléctico y progresivo, pero con una marcada tendencia a los sonidos del progresivo de los 80.

La gran pregunta es: ¿después de ocho años y con Jack Davis fuera de la ecuación, cómo será el sonido del grupo?

El inicio del álbum es un tema de diez minutos con cuatro segundos llamado “Golden Sunset Roulette”, donde todos los instrumentos grabados por Paul Davis y la batería de Alex Micklewright suenan muy influenciados por Genesis de “Foxtrot”, pero a su vez hay influencias del neo-prog más ochentero como Marillion. Es un tema que suena más como una suite con partes muy diferenciadas y definidas que forman un todo. Los riffs suenan cautivantes y se te quedan grabados en la mente, al igual que los solos.

En la segunda pista “Ghost Town Hideaway”, tenemos un dueto de guitarra y teclado, ambos interpretados por Paul Davis, donde nos enfrentamos a la creatividad comprimida en ritmos y giros progresivos.

Carnival” es escuchar a Santana, pero ojo no es una copia: Paul Davis lo interpreta a su modo, lo desarrolla junto a flautas, teclados, batería y percusiones con otro riff que te hará tararearlo de vez en cuando y un solo que se te quedará en tu cabeza.

Paul Davis
Paul Davis

La cuarta pista es “That Night”, la primera que tiene voz, la que es puesta por Gemma Davis en un estilo que recuerda por momentos a Fleetwood Mac. Es una canción que se asemeja a ese estilo más de Blackfield, que mencionamos anteriormente.

Y esa es una de mis preocupaciones o lamentos. El sonido conseguido en “Silhouette Moon” estaba cargado de matices, había arreglos por montón, además de los aportes de los metales, el clarinete, las flautas y otros instrumentos que mejoran la propuesta de Vienna Circle. Ojo, “Secrets of the Rising Sun” no es un mal álbum, no suena mal, pero es un retroceso respecto al trabajo realizado entre 2008 y 2013. ¿Habrá sido por la salida de Jack Davis?

Rivers” es una canción que entre los tambores, la sinuosa guitarra y la ambientación propuesta por el piano, crean un clima etéreo, una atmósfera que evoca el mar y la playa.

Luego en “Sunset Revolver” nos volvemos a encontrar con el mejor Vienna Circle, el de los giros progresivos y riffs colosales junto a los cambios de ritmos, los compases irregulares y de los distintos instrumentos que van tejiendo una maraña acústica que a momentos recuerda a los mejores momentos instrumentales de Rush.

Volvemos a un tema reflexivo con “Fly Lady Fly”, en el que dialogan guitarra acústica y piano, mientras que por encima y por primera vez canta Paul Davis. Al igual como lo hace en “Secrets of the Rising Sun” que es un tema más rockero y enérgico, tomando en cuenta la línea que ha seguido la banda y que se diferencia de muchas de las cosas que ha hecho antes, dentro de este álbum y en su trayectoria. Hay influencias muy setenteras del tipo Aerosmith o Kiss, pero que en algunos momentos no se aleja de su veta experimental.

Canyons” es el cierre del álbum. Una canción más en la línea de “Rivers” y “Fly Lady Fly”, donde la guitarra toma el liderazgo de la composición que luego alterna con el teclado en largos pasajes de lucimiento en un tema instrumental que tiene claras influencias de Pink Floyd y de King Crimson, que no tiene nada que envidiar a los grandes colegas de su género.

“Secrets of the Rising Sun” de Vienna Circle no es un mal disco, pero me quedo con gusto a poco. Comparado con los anteriores lanzamientos del proyecto, hoy comandado por Paul Davis, pareciera que hay un retroceso en arreglos e instrumentación. A nivel compositivo el nivel sigue siendo el mismo, pero me faltaron matices y escuchar más cosas como lo propuesto en el tema “Carnival”. Lo repito no es un mal trabajo, pero se debe pulir.

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