Tiempos extraños son los que corren actualmente. Tiempos de encierro, de restricciones y de incertidumbre, en donde la mente se agobia y busca un escape. Algunos no son capaces de aguantar.
Mako Vicari es una mente inquieta, y dejar la música de lado no era una opción viable. Con su banda Octophant parada por la pandemia, encontró el momento ideal para darle rienda suelta a las fascinaciones que esperaban su turno para salir a la luz, en forma de The Time We Got Left, un proyecto solista que a poco andar se transformó en dúo, y luego en banda. Sencillos que se transformaron en EP, y que ya están mutando en un larga duración. Sonidos que de la imaginación nerviosa se transformaron en realidad, y que puedes descifrar en esta entrevista junto a Mako, la mente creadora de la banda.
Rock Legacy: ¿Cómo surge la idea de “The Time We Got Left”?
Mako: Siempre me ha gustado mucho el industrial, el trip-hop, puedo escuchar prog, pero soy bien amplio y me gusta mucho la volada electrónica, y siempre había tenido ganas de hacer algo así, pero en Alcaloid y Octophant, los partner no enganchaban mucho. Entonces, cuando nos encerraron, me traje todas mis cosas y dije: “¡Tengo que hacer algo o me voy a volver mono!”. Piensa que yo ensayaba con la banda tres días a la semana, los otros días estaba maqueteando ideas, así que con el encierro dije es el momento de empezar a probar y ver si logro armar algo con esto, por último, para entretenerme, porque partió como un proyecto muy poco ambicioso.
Compuse algunas cosas que no me gustaron mucho, hasta que maquetié “M.O.A.S.K.” y me gustó. Lo empecé a trabajar y sentí que tenía esa experimentación tipo Steven Wilson del Insurgentes, y en base a lo mismo dije esto necesita un solo de guitarra atómico, de esos mejores de lo que uno puede tocar. Y hace tiempo le había echado el ojo al Rocko Miranda, por el Felipe Leyton. Sabía de la existencia de Nolana pero no los había escuchado nunca, los escuché después y los encontré maravillosos. Habíamos empezado a conversar y le mandé la maqueta, y le pregunté si le gustaría participar con un solito y enganchó. Armamos el tema y los dos quedamos alucinados y al armar el segundo tema dije: “A la mierda, quédate”.
RL: ¿En qué momento pasa a ser una banda con más personas y no sólo un proyecto personal?
M: Cuando invité al Rocko, la idea era hacer un feat. Y pensaba en invitar a distintos músicos a los otros temas, entre ellos tenía pensado a la Celeste y al Carlos. Al final, por la pandemia, era difícil hacer esto. Entró fijo el Rocko, ahí le conté de mi idea de invitar a los otros chicos, hablé con Carlos, a quien invité a cantar en el tercer single, “The one”, porque yo soy súper poco ambicioso en ese tema, ese tema lo podía cantar, pero sin duda a Carlos le saldría mejor. Ahí con el Rocko salió la conversación de lo choro que sería en la banda tener la posibilidad de matizar entre tres voces, así que decidimos quedarnos con los chiquillos y hacer este juego de voces eternamente y todos dijeron que bueno.
RL: ¿Tenías pensado en algún momento hacer todo tú y presentarte con soporte virtual, tecnológico?
M: Pasó por todas las etapas. En un comienzo dije esto lo voy a hacer para mí y jamás lo voy a tocar, después dije que podría subirme a tocar con máquinas, cantar, y después cuando entró Rocko dijimos que deberíamos llevarlo a un formato banda. Y si bien aún jugamos con la electrónica, igual agarró una onda más rockera. De hecho, las cosas que vienen ahora son muy extrañas porque traen más electrónica y a la vez más rock, así que al menos para los shows en vivo tiene que transformarse en una banda.
RL: ¿Qué entrega y/o quita tener más personas involucradas?
M: Yo creo que acá está súper medido, porque hemos ido sumando gente, pero la parte compositiva nunca ha dejado de ser Rocko y yo. Eso se ha mantenido y buena onda, los chicos lo aceptan. Y dentro de esta dinámica, además aportan mucho, no hay cambios en desmedro de la composición, no hay roces tampoco, porque aportan un extra sobre las composiciones.
RL: ¿Qué bandas o artistas inspiran a TTWGL?
M: Uuuf… ¡muchas! (risas). Claramente hay algunas bien marcadas, hay mucho de Nine Inch Nails, mucho de Steven Wilson, harto Massive Attack. Con el tiempo hemos incorporado otros elementos sobre todo en la parte guitarrística, esa parte noventera media Faith No More. Pero las primeras bandas que arman la idea de donde empezamos a movernos son esas tres que te nombré, además de algo de Radiohead. Por ahí va la línea principal.
RL: ¿Qué temáticas tratan las canciones de TTWGL??
M: Si tratas de buscar una cohesión entre las letras, hay un ánimo apocalíptico bastante importante, muy inmerso en mí. Tengo algo de misantropía empírica y hay harto de eso. Hay canciones con una línea más melancólica como la misma “TTWGL”, pero si la mirai es súper apocalíptica igual. Hay harto del comportamiento y emocionalidad de la gente, pero debo decir que siempre con una perspectiva bien negativa. “M.O.A.S.K.” habla de un asesino en serie, “Decoder” es como un pencazo tratando de decir que estamos sumidos en algo y la única forma de salirse es decodificarse y perder algo. “The one” es distinta, un palo a la iglesia.
RL: Y el concepto como tal del nombre de “TTWGL” también tiene una connotación bien pesimista
M: Sí, pero en inglés se produce un juego con esta frase, ya que se puede leer como “El tiempo que nos queda” y también “El tiempo que dejamos atrás”, entonces se genera un rollo como de tiempo espiral, donde no sabes si va hacia adelante o hacia atrás. Va en la línea de lo que estaba escribiendo, pero con esa vuelta que va de la mano con un concepto armado medio sin querer, apocalíptica pero también medio melancólica. Hay ambigüedad en el concepto y en la música igual.
RL: Quiero que me cuentes sobre Vertebral Music, como creador de este colectivo
M: Una de las cosas en común con el Rocko es que ambos hemos participado siempre en bandas súper poco convencionales. Acá si tú tienes una banda stoner tienes un nicho súper marcado y sabes hacia donde apuntar, death metal, lo mismo, es difícil para todos, pero hay escenas que tienen su nicho, pero qué pasa con los que están en medio, que no se identifican con nada.
Yo con mis bandas no calzamos en ningún lado, en Octophant hay riffs bien pesados y unas melodías que podrían ser de los Backstreet Boys, ¿cachai? Entonces empezai a cachar muchas bandas que están en eso, y en ese tiempo conocí a Sebastián Cobas, bajista uruguayo de una banda llamada Cormorán, banda que le abrirá a Soen en Uruguay, y tenía la misma problemática. Y surge la idea de juntar a las bandas que caen en esto y los juntamos a todos juntando sus públicos, y partir además entre Chile- Uruguay, ya hay una ganancia ahí, y así partió la idea de armar Vertebral Music, tratando de definir qué queríamos hacer y cuánto podemos abarcar, no podemos meterlos a todos de una. Se ha sumado gente de México, Panamá, Perú, la idea es hacer el intercambio, pero con la pandemia no se puede mover mucho, ahora está en stand by pero apuntando a darle cabida y ampliar el público a bandas menos convencionales.
RL: ¿Se viene un disco de larga duración?
M: Estamos en eso, lo estamos tomando con calma, porque igual trabajamos con nuestras otras bandas. Estamos trabajando en el álbum, está compuesto el 90% de los temas, dentro de los cuales se incluyen los seis tracks ya publicados y estaríamos cerrando con unas cinco canciones nuevas más.
RL: ¿En qué está Octophant?
M: En este momento después de harta para, recién retomamos las grabaciones del nuevo disco y estamos full en eso. Las baterías están grabadas, se fue el bajista y Sebastián Cobas de Uruguay nos va a grabar los bajos. Estamos pimponeando ideas, maqueteando guitarras y esperando que a fin de año el disco esté listo. Si sale todo bien saldría el disco de Octophant y TTWGL juntos.
Mako proyecta que The Time We Got Left podría estar listo para presentarse en vivo en el verano, así que más vale darle una vuelta desde ya al material que han colgado para escuchar en streaming, y prepararse para recibir este disparo apocalíptico en cuanto se dé la posibilidad. Imperdible.