Hablar de Wim Wenders es hablar de uno de los grandes directores del siglo XX – XXI. Con películas como “Paris, Texas” (1984), “Bis ans Ende der Welt / Until the End of the World”, entre otras. Nos presenta su fascinación por el cine, la poesía y la música, con soundtracks más que excelentes.
En esta ocasión les vengo hablar de una de sus películas más alabadas “Wings Of Desire” (también tiene una precuela que se realizó un par de años después que se llama “Tan lejos, tan cerca” que es igual de buena por si les gusta esta primera). Es una introspección en el alma humana en busca de respuestas, poesía en movimiento con cuestionamientos al modo de cómo llevamos nuestro día a día tanto en las penurias como en la felicidad, criticando los regímenes que ocurrían en aquellos turbulentos años ochenta en Alemania, y por otra parte rendirle tributo a sus grandes maestros como lo fueron Yasujiro Ozu, Andrei Tarkovsky y Francois Truffaut.
Un film ejemplo de cine de autor con alegorías al cuadro existencial, a su vez una fantasía de lo romántico con reflexiones sobre las relaciones personales y humanas. Reflejando los cuestionamientos éticos, morales y filosóficos sobre los cielos grisáceos de una Alemania bajo régimen que dividió no sólo de forma física sino de manera de pensar, intelectual y personal.
La trama, que a buenas y primeras podrá verse de una forma sumamente por encima ya que del cielo bajan dos ángeles Damiel y Cassiel a “ver” desde las alturas de los edificios a la gente en Berlín de los 80 con algunas reminiscencias a los años de reconstrucción después de la segunda guerra mundial. Ellos funcionan como dioses en la tierra, escuchando lamentos y plegarias de todos los que sufren. Esta película se muestra en tonos monocromáticos y en sepia, como dando a entender los momentos grises y de nostalgia que invaden no tanto en la ciudad sino a cada una de las personas y estos ángeles.
Ellos por otra parte son meros espectadores, no sintiendo absolutamente nada ante las miserias a pesar de que sirvan de guías espirituales, donde dan consejos o están ahí en los peores momentos acompañando al que más lo necesita.
El “drama” transcurre cuando Damiel comienza a sentir cariño, amor por una trapecista de un circo llamada Marion que necesita ayuda a todo nivel. Él con sus cuestionamientos de ángel siente deseos de bajar de su “categoría” a un mortal, y es aquí cuando comienza a cambiar el color de la película (literal) a colores. Y conoce a Marion en persona.
Esta película explora un sinfín de sentimientos, códigos morales, humanidad como Tarkovsky lo hace en sus películas en especial “Nostalghia” sobre ese escenario nostálgico de una vida que anhelamos o Yasujiro Ozu con sus películas sobre el amor fraternal como podemos ver en “Late Spring” que nos muestra unas relaciones interpersonales, penas, dudas que lo expresa de forma magistral.
En cuanto al soundtrack, esta película tiene nada más y nada menos que a “Nick Cave And The Bad Seeds” tanto en formato vinilo como en una presentación en vivo con el tema “From Here to Eternity”, con toda la entonación dramática que caracteriza a Nick Cave. Y como un dato rosa, ¿recuerdan a esa película llamada “Un ángel enamorado” donde actúa Meg Ryan y Nicholas Cage? Bueno esa película es una adaptación de “Alas del deseo”, que no le hace justicia en ningún aspecto a la película de Wim Wenders.
Una película tremendamente recomendable. Si te interesa el drama, filosofía, música, poesía y arte en general, esta es una película que te hará reflexionar sobre temas inherentes al humano, y cuestionarse la vida, haciéndola casi una película obligatoria si eres amante del cine menos comercial.