Hay una familia metalera en Chile que mantiene su entusiasmo, sus ganas de juntarse, su buen humor y su hambre de metal, y esa es la familia dorsálica. Dorso es toda una institución en nuestro país, y cada evento se vive con la mayor ceremoniosidad, y un ambiente que sólo lo puede entregar una banda tan llena de actualidad como de clásicos eternos.
Warehouse fue la localidad escogida en esta ocasión, un lugar pequeño pero de lujo, con una ubicación ideal y características técnicas de primera, presentando un gran sonido e iluminación mientras los fanáticos repletaban la zona del público, intentando moshear, pero con cuidado de no caer hacia el escenario, ya que te encuentras literalmente encima de la banda.
El show corresponde a la finalización de una serie de recitales homenajeando al clásico “El Espanto Surge de la Tumba”, para deleite de todos, comenzando rápido con la emoción a tope y la interpretación de “Deadly Pajarraco”. Como siempre, la ejecución es tremenda y el público se va soltando poco a poco.
El disco suena completo y en órden, la gran “Ultraputrefactus Criatura” sigue sacudiendo y “El Espanto Surge de la Tumba” hace que el coro masivo del público casi opaque la voz del Pera. El frontman de Dorso es el perfecto maestro de ceremonias, cantando de diversas formas, gritando y ejecutando su bajo de manera brutal. “Silvestre Holocaust” es otra que remece y pone a todos a cantar y saltar con su particular historia, digna del folclore nacional más bizarro que puedas encontrar. Los relatos son, sin duda alguna, otro clásico de la banda por sí mismos.
El disco completo se interpretó, escuchó y disfrutó de las mil maravillas. “Horrible Sacrifice” estableció otro clímax, junto a “Vampire of the Night” dedicada a “Chargola”, el dueño de casa , y la juguetona “Zombies from Mapocho”, previo al cierre con “Terror Carnaza” que te hace sentir tal como dice su bien puesto nombre.
La noche siguió bien arriba, y como no si los músicos de Dorso son increíblemente buenos y potentes. Las guitarras de Álvaro Soms y de Gamal Eltit se lucen con digitaciones muy técnicas y riffs brutales por doquier, cada uno en su estilo. Y la batería a cargo de Fran Muñoz, una masa potente en manos de un músico entregado en cuerpo y alma.
Los puntos altos suman y siguen, y es que en una carrera brillante y de tantos años, encuentras canciones geniales para repartir. “Cíclope”, del clásico “Bajo una Luna Cámbrica”, entrega brutalidad junto a secciones progresivas ideales para entrar en trance, y que forman parte del sonido Dorso en su máximo esplendor y locura. “Nasty Ritual”, de “Disco Blood”, entrega dosis de groove para terminar de prender a cualquiera. “Madre de las Tinieblas” nos devuelve al gran, y muchas veces incomprendido “Romance”, dando rienda suelta a todo lo intrincado que puede ser el sonido de la banda, en una composición que es un lujo total.
La clásica y siempre esperada “Hidra” desata el caos como es usual, finalizando con “Vuela en tu Dragón”, definida por el Pera como la canción “más speed metal y rockanrolera que Dorso ha hecho”. Ahora si la adrenalina quedó a tope y no queda energía por entregar. Se dio todo y se espera por más, porque Dorso sigue sorprendiendo, no sólo con sus shows, sino que con sus nuevas composiciones y discos, siempre llenos de temazos.
Un agrado y un deber, el cual pueden conocer viendo esta misma tocata en el perfil de Youtube de Warehouse, quienes lo transmitieron en vivo, y del que se pueden imbuir cuántas veces quieran, en cada ritual en vivo al cual sean llamados por esta máquina del horror.