Las nubes siguen con nosotros, pero hay más calor hoy, en la segunda jornada de Primavera Sound Santiago. Eso y más gente también. La gente iría en aumento, mientras la temperatura, todo lo contrario, pero ya nos referiremos a eso.
Santiago Motorizado es la banda de Santi, vocalista de Él Mató a un Policía Motorizado, así que hay muchos fans esperando por su presentación. El cantante entra acompañado sólo por el tecladista, entonando el clásico setentero “Soy Rebelde”, para luego colgarse la guitarra y poner la fuerza rock de “Tanto Tonto”. La audiencia está absolutamente entregada al argentino y su banda, disfrutando sus temas, las versiones de grupos como Las Ligas Menores, así como tangos y canciones que escribió para la serie Okupas, de Netflix. Su público lo celebra en cada intervención.
En el Escenario Pepsi, que el primer día no tuvo artistas, se presentaba casi en paralelo la banda brasileña Terno Rei, quienes llevan a cabo una propuesta cimentada en el shoegaze, agregando ciertos elementos propios, mostrando sus discos “Violeta” y “Gêmeos”, los más recientes de su discografía.
En el Escenario Puntoticket comienza el show de los chilenos The Ganjas, partiendo en ritmo reggae, pero en clave lisérgica, con “Let’s Go To The Beach”. Las melodías pegadas, hipnóticas y psicodélicas se multiplican mientras van mostrando algunos temas nuevos de gran factura e interpretación. Una de estas nuevas creaciones es “Drug Doctor”, otro reggae tipo The Ganjas, dedicado a los fumetas. “La Lluvia No Quiere Caer” cae como anillo al dedo al clima, en un cada vez más aplaudido setlist.
Nos vamos hacia el lejano Escenario Primavera, en donde se disfruta toda la clase de Congelador, quienes hacen y deshacen con canciones de corte indie, en batería, bajo y sintetizadores, agregando algunos bronces y voces que entregan las dosis melódicas necesarias dentro de un ambiente de locura y ensoñación. Invitan a subir a Lore, de la banda Chicarica, y con ella agregando voz y efectos se despachan la última parte del set, completamente en trance, finalizando con los cuatro músicos manejando máquinas, sumando capa tras capa de muros de sonidos al tema. Notables.
Apenas un par de minutos después, comienza el show de los españoles Carolina Durante, quienes llevan la bandera del punk californiano en su más pura representación, con melodías pegadizas, letras que mezclan diversión y problemas de la vida, canciones apuradas que se interpretan con gran calidad y un vocalista efusivo que parece ocupar el escenario para su catarsis, junto a un público muy jóven, en su mayoría, que corea, salta y vive los temas como propios, como lo han hecho distintas generaciones de chicos con sus referentes punk-pop del momento. Potente.
Llega la hora de la experiencia, y no sólo con años de circo, sino que con una maestría única que ha recorrido todo Chile casi desde siempre. Nos referimos a Los Jaivas, quienes comienzan su show con “Tarka y Ocarina”, instrumental del año 1975 que muestra lo más selecto de su composición e interpretación. Fueron más de 15 minutos de rock, folclore y progresivo en una canción soberbia, que a más de alguno dejó con la boca abierta. Y así como se mandan una sección de corte maximalista, siguen con una obra que es parte del cancionero popular chileno: “Mira Niñita” es vivida y coreada por grandes y chicos, que reviven estas melodías con fuerza cada vez que se interpreta. Los instrumentos se escuchan potentes, la batería es una tromba y el teclado es un trueno, porque Claudio Parra golpea las teclas en su estilo propio, forjado en tiempos en que debía buscar volúmen para equipararse al resto en los ensayos. Durante el show oiremos trutrucas, bongós, violines y sintetizadores. Estos últimos nos transportan a la época de oro de la música progresiva con toda naturalidad. Notable lo de esta banda, que rejuvenece entre sus miembros históricos y los grandes músicos que se han unido a través de los años.
“La Conquistada” es una de las canciones más emocionantes de la banda, donde Mario Mutis lleva la voz principal, en reemplazo de su gran amigo Gato, que lo celebra desde otro plano existencial. “Guajira Cósmica” suena impecable, y en un descanso saludan y se refieren a los 60 años de carrera que estarán cumpliendo en 2023. Increíble. Terminan con otra suite instrumental arrolladora, que es “Corre Que Te Pillo”, y la adoración es infinita.
Al frente, hay un debut muy esperado por el público: el de Japanese Breakfast, banda estadounidense liderada por la coreana-estadounidense Michelle Zauner, una cantante efusiva, que deleita a sus seguidores que la esperaban con ansias. La banda es precisa, funciona bien y se complementa con Michelle, que es la que se roba el show, cantando, tocando el gong y animando a la gente. Hay canciones más bailables como “Be Sweet” o la muy disfrutada “My Body is a Blade”.
Interpol comienza a eso de las 19 hrs ante una multitud que se nota entusiasmada. El cantante Paul Banks se oirá constantemente saludando en español y comunicándose muy bien en el idioma, gracias a los días en que vivió entre México y España. La banda luce tonos principalmente oscuros en su vestimenta, haciendo juego con las nubes cada vez más amenazantes que se pasean sobre nuestras cabezas. La música mid-tempo y el clima nos transportan a otros estados, pero el ánimo nunca decae. “Fables” es muy celebrada, y canciones como “Passenger” nos meten en un viaje introspectivo con ambientes de sintetizadores marcados. Algunos temas aceleran el pulso y ponen a la gente a saltar y aplaudir. “The New” tiene arpegios profundos y un crescendo que intensifica el ánimos de forma palpable. “Slow Hands” finaliza el set, ante un público que quería más y que disfrutó a concho una interpretación de maestría.
Phoebe Bridges es otra artista que ha marcado a fuego a una jóven generación de seguidores, quienes se rindieron de inmediato ante el show de la estadounidense, entusiasta y cercana, al punto de bajar y saludar a la audiencia mientras avanza por el pasillo central durante “Scott Street”. A esta altura, las gotas de agua eran una realidad, pero bastante débil.
La talentosa Lorde se presentó ante un público ansioso, que se agolpaba feliz frente al Escenario Puntoticket, gritando a rabiar ante la aparición de la artista, quien desplegó toda su magia en una presencia hipnótica de diva contemporánea, la cual tuvo que aguantar el momento en que el cielo finalmente explotó. Una lluvia torrencial empapó a todos, incluyendo a Lorde, quien, incluso, dijo que comprendería si los fanáticos debían irse. Por supuesto, eso no ocurrió, y mientras la lluvia caía con fuerza, dando algunos minutos de descanso a ratos, los fanáticos coreaban y gritaban cada vez con más entusiasmo, lo cual emocionó a la cantante, que lució su voz y actuación de manera estoica y brillante. El agua hizo que el Escenario Bits, destinado a los DJ’s y al baile, debiera cerrarse, pero, en general, el resto siguió funcionando bien.
Y con “It´s Not Unusual” de Tom Jones a modo de intro, aparece el número principal de la noche, los Arctic Monkeys toman posesión del lugar y ahora sí, la emoción es máxima. Alex Turner parece un crooner clásico, y en una entonación llena de profundidad canta “There’d Better Be a Mirrorball”, con la banda dando el vamos de gran forma. Así, habiendo calentado los motores, disparan “Brianstorm”, que resulta en una explosión para los fanáticos que dejan todo ante las canciones de sus vidas. Arctic Monkeys es una banda que ha sabido evolucionar, lo cual no les gusta a muchos fans del rango más viejo y conservador, pero que los ha hecho despachar grandes canciones y traspasar generaciones, transformándose en íconos de jóvenes que quizás ni habían nacido cuando la banda debutó y se hizo revelación. Además, la cara de niño de Alex Turner parece sortear el paso del tiempo y se mantiene como objeto de deseo, repitiéndose los gritos y declaraciones de amor durante toda la noche. El vocalista tiene un timbre identificable a lo lejos, siendo el complemento perfecto con una banda que suena de mil maravillas.
“Snap Out of It” enciende más la llama, la cual nunca se apagará, otorgando clímax notables entre un público emocionado y activo y una banda potente. “Why’d You Only Call Me When You’re High?” desata efusividad y es cantada de principio a fin. “Potion Approaching” coloca otro clímax a la noche, como lo hizo también la gran “Do I Wanna Know?”.
En el momento de la despedida, “505” excitó notablemente al público, y es que esta canción se hizo viral en Tik Tok, y ante eso la tromba no se detiene. El público quedó totalmente prendido, y sólo el encore pudo calmarlo, con “Body Paint”, “I Bet You Look Good on the Dancefloor”, su primer éxito, también gracias a internet pero ante otra forma y generación y “R U Mine?”, intensa, fuerte y coreada hasta la saciedad. Un lujo de banda y audiencia.
Nada detuvo esta segunda jornada de Primavera Sound, que fue una vorágine de principio a fin. Mucha más gente que el viernes y números que llevaban al éxtasis general de manera amplificada, con un sonido excelente en general, y espectáculos absolutamente profesionales y jugados. A pesar de la lluvia, seguimos en pie, esperando el último día y lo que se percibe como un gran cierre.