Este año se cumplen 20 años de uno de los discos más importantes de la vía que Katatonia comenzó a tomar, cuando comenzaron a alejarse del metal puro e indagaron en terrenos más progresivos, aunque igualmente oscuros.
La banda se movió hacia una forma de canto más tradicional de parte de Jonas Renkse, dejando de lado paulatinamente el gutural, posterior a “Brave, Murder, Day” (1996), pero no fue hasta los 2000’ cuando la formación de la banda se asentó y editaron cuatro discos alucinantes: “Last Fair Deal Gone Down” (2001), “Viva Emptiness” (2003), “The Great Cold Distance” (2006) y “Night is the New Day” (2009). Escogimos “Viva Emptiness” porque representa mucho de lo que estaban haciendo en su nueva evolución, y porque cumple justo 20 años ahora que la banda regresa a nuestro país.
El disco empieza con guitarras duras pero pasadas por efectos y ecualizaciones más propios del metal del nuevo milenio que del death metal clásico, el cual muchos de sus fans extrañaban. La música sigue siendo pesada, con riffs que sólo ellos podrían interpretar de esa manera, y es que con “Ghost of the Sun” el comienzo es una tromba, y se torna inquietante con esos arpegios de guitarra limpia que luego se mezclan con doble pedal y gritos que grabó Daniel Liljekvist, y que en vivo realizó el baterista Mattias Norrman.
“Sleeper” comienza como si fuera una banda indie o grunge rasgueando su guitarra, de manera melódica, pero buscando incesantemente la oscuridad. Y es que esos sentimientos se mantendrán inamovibles en Katatonia, sólo que buscando conmover con otros recursos. La distorsión llega a tomar su posición, de mano de las guitarras de Fredrik Norrman y Anders Nyström, pero no es algo obligatorio para ellos. En “A Premonition” el recurso se usa poco, y son los sonidos preciosistas y de ensueño los que se toman el mando, en una canción que te transporta, como un viaje de múltiples texturas y arreglos cuidados. Alucinante.
El disco mantiene un halo oscuro, podríamos decir doom, pero no es al estilo clásico, en absoluto. Y aún así, la banda ha seguido dominando con maestría aquel mundo, moldeando todo a su antojo. Canciones como “Will I Arrive” siguen demostrando una gran calidad compositiva, manteniendo cautivo a quien ingrese al mundo de “Viva Emptiness“, al igual como ocurre con la genial “Burn The Remembrance” y su ritmo hipnótico y lleno de groove.
Hacia el final las joyas compositivas siguen y le dan un cierre tremendo al disco, con los rasgueos absorbentes y coros antémicos de “Evidence” o de la misma “Omerta“, para cerrar con la canción que, probablemente, más se acerca al Katatonia antigüo: “Inside The City Of Glass”, hecha en base a melodías de guitarra fascinantes y un fondo poderoso e hipnótico que Jonas aprovecha a la perfección con su voz intrigante y seductora.
Un disco que fue producido por la misma banda, en una decisión que siempre les generó ruido, y que hizo que lanzaran una reedición con nueva mezcla, masterización e incluso arreglos. “Viva Emptiness” es un disco muy valioso, cautivante, pero que también sufrió en ciertos aspectos. A 20 años de su lanzamiento, homenajeamos su recuerdo y legado, esperando que este miércoles lo vivamos con la misma intensidad y emoción.