Nos sobrarían dedos en nuestras manos para enumerar agrupaciones que hayan comenzado en la década de los 90s y que sigan aún activas y -más aún- que conserven la misma formación.
Sevendust -conformado por Lajon Witherspoon (voz), Clint Lowery (guitarra), John Connolly (guitarra), Vince Hornsby (bajo) y Morgan Rose (batería)- es uno de esos raros casos. La banda estadounidense -que lanzó su disco debut en 1997, antes incluso de que parte de sus actuales fanáticos siquiera habían nacido- ha conservado su lugar en el rock y el metal moderno gracias a sus permanentes giras y constantes lanzamientos de nuevas canciones.
Por estos días, han vuelto con “Truth Killer“, su decimocuarto álbum de estudio, nuevamente producido por Michael Baskette -con quien la banda ya había trabajado en “Blood & Stone” (2020) y “All I See is War” (2018)- que también ha estado detrás de las perillas en discos de Slash, los nacionales Temple Agents, Falling In Reverse y Alter Bridge, entre otros.
Algo que distingue notoriamente a la banda es su capacidad para mezclar la dureza con la melodía, tanto en la instrumentación como en las voces. Esta receta continúa en “Truth Killer“, no sin algunas sorpresas. Para empezar, tenemos “I Might Let the Devil Win“, que deja oír una delicadeza poco común en su sonido. Las voces suaves de Witherspoon llegan al oyente y le abrazan, mientras éste suplica que el diablo se mantenga lejos y se dejan sentir sutiles tambores y guitarras. A continuación viene el tema que da nombre al disco, el cual resulta mucho más familiar para los seguidores de la banda, con sus contundentes versos y suaves coros cargados de melodía.
Uno de los puntos más fuertes del álbum no tarda en llegar: “Won’t Stop the Bleeding” muestra las impecables armonías vocales de Witherspoon -destacando particularmente en el estribillo- y los pegajosos y estimulantes riffs de Connolly y Lowery.
En términos generales, “Truth Killer” es uno de los trabajos más melódicos de Sevendust, siendo fácilmente equiparable a “Seasons” de 2003. Esto de modo alguno significa que “Truth Killer” no es un álbum pesado; canciones como “No Revolution“, “Leave Hell Behind” y “Messenger” se encargan de corroborarlo con la contundencia habitual de Sevendust y que ha encantado a sus seguidores por décadas. Al mismo tiempo, los temas tienen un aura más coreable, con una sonoridad más “oreja”, que podría perfectamente atraer a nuevos devotos.
Si hablamos de sonido duro, “Love and Hate” es tremenda, con un Lajon Witherspoon versando sobre las inseguridades que conlleva el estar en una relación, entre líneas de guitarra afiladas de Lowery y Connolly además de la firmeza en el bajo de Hornsby y en la batería de Rose. “Fence” -por su parte- es la encargada de bajar el telón del álbum, con una de las canciones más pesadas de su repertorio. Aquí, la banda expele una muestra de nu-metal veloz, con densas murallas de guitarras y entrecortadas voces.
Sevendust se ha ganado un nombre en la escena fundamentalmente por sus constantes giras y su total entrega en cada uno de sus shows y -aún así- ser capaces de lanzar impecables álbumes de estudio. “Truth Killer” es otro sólido álbum dentro de su extensa discografía que -si bien no es un ejemplo de variedad en cuanto a sonoridad- está magistralmente ejecutado. Con este disco, Sevendust confirma que están lejos de “aguacharse” y sonar como copias de sí mismos. Les queda mucho por ofrecer y eso es una verdad difícil de aniquilar.