Fotografía: Gary Go

Uno de los debut más esperados por los fanáticos de la música noventera y del indie rock en Chile, el sexteto liderado por Stephen Malkmus logró encantar a un público ávido por escuchar sus clásicos. Con un carisma y una energía que continua igual como en sus mejores tiempos, en el Teatro Coliseo se saldó una deuda que dejó a fanáticos conformes y con ganas de volver a repetir la experiencia.

El frío que ha caracterizado las últimas noches de Santiago no impidió que el debut de los americanos se viviera a todo pulmón y con la entrega total de un Teatro Coliseo lleno. Los emblemas del indie rock sorprendieron con un show cálido desde el primer momento en que Stephen Malkmus puso un pie en el escenario.

Previo al número principal en el céntrico espacio, que inusualmente lleva sonando bien desde hace ya algunos conciertos, Fother Muckers tuvo la no muy difícil misión de calentar los motores en el recinto, considerando la coincidencia en la audiencia presente. “Rondizzoni”, “Lobo Mayor” y “Los Ases Falsos” fueron las escogidas para cerrar un setlist redondo y bien pensado para la ocasión, además de sandías caladas para quienes ya conocían al grupo liderado por Cristóbal Briceño.

Pasado un rato, puntuales a las nueve y media, el grupo comenzó con todo. “Silence Kid” y “Summer Babe”, canciones clásicas de su repertorio, iniciaron una jornada que destacó por ambos lados: una banda que abría las puertas de su casa para hacer sentir a todos como si los conociéramos de años, y un público que se hizo notar su cariño por quienes esperaron desde hace años, incluso décadas.

Con un recorrido por toda su discografía, rondaron incluso temas que se registraron por fuera de sus álbumes, como “Frontwards” y “The Hexx”, los cuales fueron igual de bien recibidos como otros hits cantados a full por todos los presentes, como “Harness Your Hopes” o “Shady Lane”, una de las coreadas de la noche.

Uno de los puntos destacados de la presentación fue la continua interacción de Bob Nastanovich con el público, quien sirvió de anfitrión entre cada canción y contagió a todos con su enorme carisma y energía sobre las tablas.

Así, canción tras canción, como si de una carrera contra el tiempo se tratase, los californianos no escatimaron en tirar lo mejor de su repertorio. “In the Mouth a Desert”, “Spit on a Stranger”, “Stereo”, “Here”, “Gold Soundz” y “Cut Your Hair” sonaron casi uno tras otro, sin descanso, permitiendo olvidar la deuda que por años tenía Stephen Malkmus con sus seguidores chilenos.

Luego de una breve retirada de la banda, cerraron la jornada con broche de oro: “Range Life”, “Serpentine Pad” y “Stop Breathing” dejó al recinto con sentimientos encontrados. Una emoción profunda por finalmente ver a una de las agrupaciones más importantes que nos dejaron los noventas, para quedar permanentemente en la retina de los presentes, pero también con las ganas de seguir escuchándoles en una improbable próxima visita a suelos sudamericanos.

Si esta será la única, o sólo la primera, de sus visitas a nuestro país… sólo el tiempo lo dirá. Al menos nosotros nos quedamos con el corazón satisfecho de haber vivido con la calidez del abrazo musical que nos entregaron los imprescindibles de Pavement.

Produce Ni Vivo Ni Muerto.

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By Jorge Bolton Lagos

Bioquímico, músico y fanático de la música.

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