Después de ocho largos años, ONE OK ROCK regresó con fuerza a Chile, presentándose el pasado martes 8 de abril en el Teatro Caupolicán de Santiago. Este show, es parte de su gira por Latinoamérica que empezó en Mexico, con un espectáculo lleno de energía, emociones intensas y una conexión única con el público chileno.
Dead Kings: la antesala con talento nacional
A las 20:00 horas en punto, la banda nacional Dead Kings dio inicio al evento con su tema “Now or Never”, seguido de “The Interview”. Su potente sonido y carisma escénico se ganaron rápidamente al público, manteniendo una excelente recepción durante toda su presentación. Cerraron con fuerza interpretando “Crawl Away”, dejando el ambiente cargado de entusiasmo para lo que venía.
Puntualidad japonesa y una descarga de hits
Exactamente a las 21:00 hrs, las luces del recinto se apagaron y los gritos estallaron. ONE OK ROCK apareció en el escenario y arrancó su presentación sin perder el tiempo.
Durante toda la noche, canciones como “Puppets Can’t Control You”, “The Beginning”, “Save Yourself” y “Let Me Let You Go” encendieron al público, quienes corearon cada tema con una euforia desbordante. La interpretación de “Tiny Pieces” marcó un momento emotivo: cada integrante tomó el micrófono para dar unas palabras de agradecimiento. Toru Yamashita elogió al público chileno, diciendo que eran “uno de los mejores del mundo”; mientras que Tomoya Kanki sacó sonrisas diciendo en español que le gustaban mucho “los completos”.
Luego de “Make It Out Alive”, el público empezó a hacer señales de que algunas personas no estaban bien. Probablemente, debido al calor y la larga espera, algunos asistentes se vieron afectados. Fue entonces cuando la banda, liderada por Taka, detuvo el concierto, pidiendo que la gente retrocediera para dar espacio. Mientras tanto, los demás integrantes repartieron agua, demostrando su preocupación y empatía. Tras más de cinco minutos, el concierto continuó con “Delusion:All”, y el ánimo volvió a subir como si nada hubiera pasado.
Un cierre cargado de emoción
Después de “The Pilot </3”, la banda salió del escenario, pero el público no tardó en pedir otra. Los gritos fueron recompensados: los nipones volvieron para el encore, y sorprendieron a todos cuando Taka invitó a una fan al escenario para cantarle “Wherever You Are”. El momento fue mágico y culminó con una poderosa interpretación de “+Matter”.
Aunque muchos esperaban escuchar “We Are” —canción que sí estuvo en su show en México—, la banda optó por no incluirla esta vez. Al encenderse las luces, se confirmó que no habría más canciones, pero eso no empañó la felicidad de los asistentes.
El concierto fue una experiencia inolvidable, marcada por la pasión tanto de la banda como del público. ONE OK ROCK ofreció un show sólido, energético y lleno de humanidad. La conexión con Chile quedó más que reafirmada, y sin duda, todos los presentes se fueron con el corazón lleno y la esperanza de que el próximo reencuentro no tarde tanto en llegar.