La tarde de ayer en el centro de Santiago fue la última fecha de la anunciada despedida de la banda escocesa The Exploited. El cuarteto recorrió nuestro país desde la semana pasada, dejando sin aliento y exhaustas a las audiencias de La Serena y Concepción, y por fin era el turno de Santiago.
Preparamos nuestro outfit y sin dudarlo partimos hacia el Teatro Caupolicán, dónde a eso de las 21 horas los británicos saldrían a escena, pero eso no era todo, los encargados de abrir el show serían la banda crossover – hardcore chilena Gordom y Moratory, agrupación metal – punk procedente de Rusia.

19.30 horas en punto, Gordom se subió al escenario de teatro ubicado en San Diego 850 y a pesar de la poca audiencia, entregaron todo. Hay que decirlo y pegar un tirón de orejas a la escena punk, que a diferencia de otras escenas del under, no es tan fiel con los show de apertura.
Sin embargo, Gordom se lució, entregó media hora de descarga antifa, con una violencia que recordaba a la escena hardcore brasileña de los 80s, canción tras canción su sólida batería, la potencia y presencia escénica hicieron que cada uno de sus riff se grabaran en las paredes del recinto, dejando claro porque están viviendo un gran momento.

Al pasar de unos cortos minutos, el escenario recibió a la banda Moratory. Formados en San Petersburgo, Rusia el año 2011, con tres álbumes a su haber, hace unos días se encuentran por nuestro país.
Pasadas las 20 horas, el cuarteto se posó en el escenario del Caupolicán y simplemente prendieron fuego, como una metralleta dispararon sin piedad su música uno tras otros los tracks de su repertorio, encendiendo al público, que ahora sí empezaba a llegar y a posicionarse en la cancha del local.
Duros, violentos y mordaces, así fueron los temas lanzados por Moratory, que lucieron una destreza, recibiendo cariño de la gente. Seguramente se van con una buena imagen de Chile, ya que en estos días también se presentaron en Viña y en Curicó.

A eso de las 21 horas, The Exploited empezó lo que al parecer será la última vez que visiten nuestro país. La gente estaba expectante y definitivamente había venido con todo el ánimo de despedir con grandeza a Wattie y compañía.
“Let’s Start a War (Said Maggie One Day)” fue el grito de guerra con el que los escoceses comenzaron y el Caupolicán se derrumbó en delirio y devoción. Los punks de todas edades simplemente habían esperado suficiente y era el momento de bailar. El mosh no se detuvo ni un solo instante en la hora y quince que duró el show.
8 discos avalan la historia de la banda, todos ellos cargados de himnos que desde 1979, han construído no solo la historia de Exploited, sino también la de un movimiento, el street punk. Bastiones fundamentales de la movida UK82, qué declamó al mundo entero que los punks estaban vivos y por siempre.
A pesar de ser un show corto, la verdad es que los británicos tocaron 25 canciones, dónde recorrieron gran parte de su historia. “Fight Back”, “Dogs of War”, “The Massacre”, “UK 82”, “Chaos Is My Life”, el publicó deliró y cantó cada palabra de las canciones, girando sin parar y saltando desde las vallas papales.
“Alternative” “Noize Annoys”, “Troops of Tomorrow”, ya parecía todo una batalla campal entre punks de distintas tribus.
“Never Sell Out”, “I Believe in Anarchy”, “Drug Squad Man”, y la gente coreaba una y otra vez “sex and violence, sex and violence”, pero el cuarteto no perdonaba y como un batallón seguía al pie del cañón disparando su rabia en cada coro.
Hay que decir que Wattie se veía feliz, casi bonachón, fascinado de despedirse de la audiencia que con cariño hasta le regaló una chaqueta sin mangas que se puso un poco rato, ya que seguramente con el calor del escenario le fue insoportable.
Así continuó el show, que corría a la velocidad de un río después de un diluvio invernal, “Rival Leaders”, “Beat the Bastards”, “Affected by Them” y “Cop Cars”, la audiencia implorando más, como si fuese un castigo merecido.
“Disorder”, “Don’t Forget the Chaos”, “Fuck the System”, “Porno Slut”, “Army Life” y la infaltable y coreada por todos “(Fuck the) U.S.A.” con la que la banda abandonó el escenario por primera vez.
La gente no lo podía creer y el vitoreo prosiguió hasta que los británicos volvieron rebosantes de punk y hardcore y comenzaron a tocar los primeros acordes de “Sex and Violence” y delirio se convirtió en éxtasis y uno a uno empezaron a intentar subir al escenario, mientras la seguridad se daba por vencida o simplemente dejó que fluyera.
El escenario se llenó, toda una locura, los músicos inagotables mantuvieron sonando la canción y finalmente el espectáculo fuimos toda la audiencia. Al finalizar la canción se armó un gran silencio. Los baños se repletaron y mucha gente pensó que era el final y simplemente se fueron.
Sin embargo, Exploited no había dado su golpe final y volvieron para rematarlos. “Punks Not Dead” y “Was It Me”, dos estocadas, una al cuello y la última al corazón. Pero como de punk se trata, los que quedaban ahí cantaron y gritaron hasta la última de las palabras y se despidieron de Wattie por última vez.
Así finalizó la visita de The Exploited a Chile. Mientras la calle se llenaba de chaquetas de cuero, mohicanos y bototos, reflexionamos sobre si este fue definitivamente un show de despedida de la banda o la última calada de la droga más adictiva que existe, robar un poco de vida al público para seguir viviendo.