La jornada en el recinto de calle Santa Isabel contó con Black Messiah como banda invitada.
Hablar de Bitterdusk es hablar de un ícono dentro del doom criollo. Y como tal, el anuncio de un nuevo trabajo discográfico, más aún tras largo años de silencio, concita enorme interacción de su fanaticada así como de quienes siguen el rock y el metal nacional.
En este caso, “Guardián del Valle” era el movil de esta oscura velada a la que la banda Black Messiah fue convidada como aperitivo. El quinteto aprovechó la ocasión para hacer un repaso por su trabajo “Church of Pain” lanzado en 2022 con canciones como “Stay in the Dark”, “In the Shadows”, “The Abyss” (dedicada a Sergio Melnick, exministro de la dictadura recientemente fallecido) y la homónima que le da nombre al disco.
Tras el enfervorizado aplauso de los parroquianos que se dieron cita en MiBar esta fría noche santiaguina, el plato principal conformado por Leonardo Alvarado (bajo, voz), Fabián Alvarado (guitarra), Sebastián Puente (guitarra) y Kurt Heyer (batería) se plantó sobre el escenario para dar inicio a su presentación con una introducción instrumental para luego dar paso a “The Inward Battle” de su trabajo “Pantheon” de 1997. A continuación sonó “Árbol Cósmico”, parte del trabajo del mismo nombre que hasta antes de “Guardián del Valle” era lo último que se le conocía al cuarteto nacional.
Luego de eso vino una seguidilla de cinco canciones de este nuevo trabajo (“Guardián del Valle”, “Ascensión del Sol Interno”, “Ojos de la Montaña”, “Rezo Antiguo”, “Implacable Amanecer”), evidencias grandilocuentes del leitmotiv de este álbum: la conversación entre el valle de Santiago con el paisaje y con la fuerza de la naturaleza, aderezado con un sonido que ensambla rock y ramas del metal como el doom o el heavy. Este flujo de temas de su más reciente álbum solo se vio interrumpido por un tema más clásico dentro de su repertorio: “Among The Trees”, de su disco “Spirits” (2002).
La noche comenzaba a llegar a su fin con “Amanecer de la Galaxia” y “El Llamado”, parte de su catálogo que data de las postrimerías de las dos décadas anteriores y que refrenda que Bitterdusk es un nombre legendario a la hora de hablar de estas vertientes sonoras que aún tiene mucho que decir en los lúgubres tiempos post-pandemicos que vivimos.