Puntualidad británica y emociones desbordantes marcaron el regreso de Keane a Chile el pasado 19 de noviembre en el Movistar Arena. A las 21:00 horas, con el recinto completamente lleno y una ovación eufórica, Tom Chaplin y compañía se apoderaron del escenario, dejando claro desde el primer instante que esta sería una noche para el recuerdo. En un gesto que conmovió al público, Chaplin apareció ondeando una bandera chilena, reforzando la conexión especial entre la banda y sus seguidores locales.
Formada en 1995 en Battle, East Sussex, Keane está integrada actualmente por Tom Chaplin (voz), Tim Rice-Oxley (piano y teclados), Richard Hughes (batería) y Jesse Quin (bajo). Su propuesta musical, caracterizada por la ausencia de guitarras y un enfoque melódico, los ha posicionado como una de las bandas más influyentes del rock melódico moderno. Hasta la fecha, la banda ha lanzado cinco álbumes de estudio, incluido el icónico Hopes and Fears (2004), que marcó su debut y los catapultó al estrellato.
Chile ocupa un lugar especial en la historia de Keane, siendo esta su quinta visita al país desde su primera presentación en 2007. Cada encuentro ha sido un éxito rotundo, consolidando a la banda como un favorito indiscutido entre los fans locales.
Con más de dos décadas de trayectoria, Keane sigue demostrando por qué su propuesta melódica ha logrado trascender. Hopes and Fears, su álbum debut, fue el núcleo de este show, y canciones como “Somewhere Only We Know” y “This Is the Last Time” transportaron a los asistentes a esos días en que el piano de Tim Rice-Oxley redefinió el sonido del rock alternativo.
El setlist fue un recorrido magistral por la discografía de Keane, con énfasis en sus grandes éxitos y algunas sorpresas que hicieron vibrar al público. La velada abrió con “Can’t Stop Now“, seguida de un saludo en español de Chaplin: “Esta noche vamos a aplaudir juntos, bailar juntos y cantar juntos”, marcando el tono de una noche íntima y participativa.
Entre los momentos más destacados estuvieron “Bend & Break”, acompañada por una explosión de confeti naranjo que llenó el recinto de colores, y “Everybody’s Changing”, interpretada con una versión renovada que incorporó sonidos electrónicos y nuevos arreglos, sorprendiendo gratamente a los asistentes. Uno de los momentos más emotivos llegó con “Hamburg Song”, donde Chaplin tocó el órgano junto a Tim Rice-Oxley en el piano, aprovechando para reflexionar: “Cómo el sueño de hacer música nos llevó a escenarios tan importantes como este”.
El público cantó al unísono himnos como “You Are Young” y “Somewhere Only We Know”, esta última coreada con tal fuerza que se convirtió en uno de los puntos más altos de la noche. El cierre del set principal dejó a los asistentes eufóricos, pero el regreso de la banda al escenario con un encore de seis canciones, entre ellas “Under Pressure” y “Bedshaped”, terminó de sellar una noche perfecta.
Un detalle que no pasó desapercibido fue la mención de Chaplin sobre el partido Chile-Venezuela, demostrando que la banda no solo se conecta musicalmente, sino que también muestra interés por lo que ocurre en el país que visita.
Los fans chilenos, que no veían a Keane desde 2019, respondieron con una energía arrolladora, demostrando que la conexión entre la banda y el público local sigue tan fuerte como siempre. La noche en Santiago no solo fue un recorrido por los grandes éxitos de la banda, sino también un emotivo reencuentro que reafirmó la magia y relevancia de Keane en la escena musical contemporánea. Siguen siendo una de las bandas más queridas por los chilenos, ofreciendo un espectáculo que combinó nostalgia, energía y una ejecución impecable. Fue una noche mágica que quedará grabada en la memoria de quienes tuvieron la suerte de vivirla.