Paulo Baron, de la agencia Top Link Music, decidió homenajear al vocalista de Angra, su también amigo y compañero, con una pieza audiovisual que recoge relatos de su círculo más cercano.

 

A principios de junio se cumplió un año desde que Andre Matos, virtuoso vocalista de Angra y Shaman, falleció. Una de las voces más importantes del rock metal de sudamérica se apagaba a causa de un ataque de corazón. 

Sin previo aviso los fanáticos debían acostumbrarse a la ausencia de Matos, pero también su círculo más cercano, especialmente el musical. Es que este hombre que dejó este mundo muy pronto caló hondo. Y sus huellas no podían quedar indiferentes. 

Paulo Baron, propietario de la agencia Top Link Music, que estuvo involucrado en la carrera del brasileño, decidió compartir en YouTube un documental que retrata el primer año sin Andre Matos. El productor se empecinó en mostrar su lado más íntimo en tres capítulos, que ya están disponibles en YouTube. 

“Preparé este documental para mostrar el lado más humano de mi inolvidable amigo Andre Matos, porque el ícono como músico todos sabemos que él era el mejor. Debemos demostrar que en su lado más íntimo también fue el mejor”, comentó Baron. 

Esa cercanía se logra: conocer a Matos bajo la lupa de amigos como Claudio Vicentin, Drico Mello, Alberto Rionda o Guilherme Canaes, termina convertido en un lujo. 

“Todos los que vivieron con él saben que era un tipo súper juguetón y generoso”, comenta Regis Tadeu en la presentación de la primera parte de la serie.

Por ejemplo Vicentin, editor de Roadie Crew, cuenta sobre la primera portada de Shaman en una revista e ir de gira junto a Matos. “Andre era muy inteligente y seguía diciéndome sus estrategias para Shaman”, recuerda. 

También aparece Drico Mello, el director que grabó el emblemático DVD RituAlive, entre otros, y también se hizo amigo de Andre. Alberto Rionda, guitarrista, fundador y líder de la banda Avalanch, cuenta sobre una canción para el músico que se encuentra en el primer disco de su carrera en solitario.

A pesar de que es un registro de formato más bien lánguido, lo que los entrevistados tienen para decir es lo que llena por completo la habitación. Afortunadamente los relatos son tan nutridos, que logra suplir lo sonsa que resulta la grabación.

Momentos como el que aparece Patrick Korb, camarógrafo que captó a Matos, y muestra un video en que el cantante dice “si tuviera que abandonar este mundo pronto sería feliz”, otorgan el brillo bruto de emoción. 

Otro es cuando Baron y Kiko Loureiro hablan sobre las conversaciones que mantuvieron para que Matos regresara a Angra para una gira especial. La idea ya se estaba resolviendo entre los músicos, pero desafortunadamente no alcanzó a suceder. Curiosamente, Baron tenía una cita para encontrarse con Andre el mismo día que murió.

El documental en algún sentido cumple el objetivo. Es que no se buscaba repasar la exitosa carrera de Matos ni sus mejores momentos sobre el escenario, se quería quitar un poco el vocalista de la vista y que apareciera el ser humano. Y en ese ámbito, escucharlo de las voces de sus conocidos provoca lo inicialmente propuesto. 

Los videos revelan un lado que sólo las personas más íntimas conocían, lo que ayuda a la fanaticada a ver un poco más a Andre Matos como cualquier otra persona, en su verdadera esencia, lejos del escenario. 

Las historias contadas por sus amigos más cercanos es un regalo para celebrar la vida del músico y consolar el anhelo de todos los fanáticos.

 

 

 

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