Noruega llega a ser muy helada en invierno. Las temperaturas promedio están bajo 0, pero en primavera comienzan a subir hasta llegar a un verano bastante caluroso, que muchos no imaginan. Con algo de sol y unos modestos 10° C, Simen Daniel Lindstad Borven, bajista de Leprous, nos recibe vía Zoom con polera y lentes de sol, camino a visitar a unos amigos junto a su mujer y su hija, en un momento de respiro luego de un fin de semana encerrado en un estudio grabando, y aprovechando las pocas ventanas que da la pandemia: “Las restricciones han estado bastante fuertes como en todos lados, políticas estrictas en términos de viajes, no ha habido conciertos por el momento”. Así, muy amablemente, comenzamos a conversar sobre él y sobre su banda, cada día más aplaudida y que, justamente, parece cambiar de estación en cada disco que sacan.

“Se ha puesto de moda que un músico de renombre haga videos mostrando equipos modernos y sus seguidores comiencen a usarlos”

Simen trae un gusto y bagaje ligado al jazz, y con Leprous se ha metido más en el mundo del rock y el metal, lo cual queda claro varias veces a lo largo de la conversación. Seguidor de Jaco Pastorius, no cambia sus bajos Fender: “mientras más antiguos mejor”, le he escuchado decir en otras entrevistas. Tiene claro el gran sonido que tienen los bajos y cabezales modernos, pero para él, no hay como Fender. “En todo existen referentes de calidad, si voy a una salida a la montaña por ejemplo, voy a usar Caterpillar”. Cómo no encontrarle razón.

RL: Respecto a tu equipamiento, en un principio me sorprendió que usaras Fender, ya que muchos bajistas modernos usan bajos modernos, pero a ti te gusta lo vintage. Cuéntame un poco de eso

Simen: Sí, la verdad es que para mí el sonido tiene que venir de la persona más que del instrumento. Se ha puesto de moda tener músicos famosos tocando equipos y luego todos lo quieren seguir y comienzan a usarlos, pero eso no es lo mío. Una vez fui a la Messe en Frankfurt (un lugar muy famoso en donde se organizan ferias enormes de distintos tipos, incluyendo de instrumentos musicales) enfocado toda una semana en equipos de bajo, pero fue demasiado para mí, estaba cansado antes del almuerzo del primer día. El músico siempre será más importante que el instrumento. Soy un gran seguidor de Jaco Pastorius, y tú podrías escucharlo a través de otro instrumento distinto al jazz bass porque su habilidad artística era muy fuerte. El instrumento es realmente el músico y el instrumento es la herramienta para hacer el trabajo, la extensión del músico. La gente aún haría música sin una industria de hacer instrumentos, con esto no quiero decir que no sean necesarios ¡Para nada! Es un trabajo que valoro mucho, pero fusionar el hacer música con el equipo que se usa, no siempre es lo mejor en mi opinión.

RL: Y respecto al resto del equipo que complementa tu sonido, ¿qué nos puedes comentar?

S: Respecto al equipamiento tengo algunas cosas simples. Dependiendo de la ocasión, hay distorsión, chorus, reverb, también un Compresor T-Rex pero no lo uso casi nunca. Para esta música la verdad es que necesitas mucha dinámica, no es bueno comprimir tanto el sonido, y le dejo la tarea de comprimir, según lo que necesita el tema, a nuestro sonidista, que ya conoce la música que hacemos muy bien y confío plenamente en él. A veces voy escuchando algo en mis audífonos y creo que no suena tan bien, pero después escucho lo que él ha mezclado y digo “¡wow, realmente suena increíble!”

Tenemos equipos Kemper Stage, que tienen buenísimas opciones para quien sabe setearlo bien, pero yo no soy ese tipo precisamente, por eso uso mis pedales. Toma tiempo conocer este tipo de equipos bien, y yo aún no me he tomado ese tiempo de aprendizaje.

“Las nuevas canciones definitivamente tienen más guitarras”

Como en todas las bandas, en general los fans aman escuchar el material antiguo, pero en verdad es desde Coal, su tercer disco, cuando comienzan a cosechar los mayores elogios, evolucionando y agregando ideas sorprendentes a su música en cada trabajo lanzado. Justamente es Coal el primer disco que Simen escuchó de Leprous, y en donde, a su juicio (y el de muchos, hay que decir), la banda empezó a encontrar su verdadera identidad.

RL: ¿Eras fan de Leprous antes de unirte a la banda?

S: No (risas), la verdad es que tengo un background más jazzero, pero conocía a la banda y sabía que era un gran lugar en donde estar, vi que teníamos intereses comunes y sería una gran oportunidad para tocar, salir de gira y profesionalizarme. Mi hermano, que es baterista y está más metido en el mundo del rock y metal, siempre está buscando y escuchando bandas, y él me mostró el disco “Coal” en un viaje que hicimos, antes de unirme, así que ese fue mi primer acercamiento a su música.

RL: ¿Qué canción es tu favorita de antes y después de unirte a la banda?

S: Antes, “The Valley” (Coal, 2013), me gusta mucho y creo que ahí es donde la banda realmente comenzó a encontrar su identidad. Y desde que estoy en la banda, “Slave” (The Congregation, 2015), que la escojo porque es mi favorita de tocar. No me gusta escuchar los discos que grabo, porque el proceso en general es muy agotador y quiero alejarme un poco de eso. Pitfalls lo escuché completo antes de que se editara, pero después no lo volví a hacer. Escojo “Slave” porque es la que más disfruto tocando en vivo.

RL: ¿Cómo trabaja Leprous, tomando en cuenta que Einar es el principal creador? ¿Cuál es tu contribución?

S: Como bien dices, Einar es el principal compositor y además oficia de productor. Él llega con las ideas, y siempre está abierto a lo que se pueda aportar, pero los temas en lo grueso están listos. Yo creo mis líneas de bajo, pero me limito a eso en general, piensa que yo llegué a la banda el 2015, a la altura del cuarto disco, y no iba a llegar a cambiar toda la dinámica que ya tenía la banda, en absoluto. Y estoy conforme con mi rol, porque mi impulso creativo lo estoy dejando para mi proyecto personal.

RL: ¡Eso es genial! ¿Y en qué consiste ese proyecto? ¿Tiene más de ese jazz que te gusta?

S: Obviamente está dentro del estilo progresivo, pero muestro más ese lado jazzero que me gusta. La verdad es que aún no tiene nombre, y soy sólo yo jajaja… Aún no sé cómo avanzará y quizás simplemente le pondré algo simple de nombre, como “Simen”.

RL: Es difícil para mí ver donde estará Leprous de aquí en adelante ¿Cómo es lo que se viene? 

S: Los temas nuevos la verdad tienen más guitarras. En Pitfalls había muchos sonidos de sintetizadores, y lo nuevo tiene definitivamente más guitarras. Finalmente siento que los temas brillan más por sí solos en este caso. Creo que Pitfalls es un disco que destaca más como disco en su conjunto, y lo nuevo para mi destaca más por sus temas en particular. 

RL: ¿Qué recuerdas de los shows en Chile?

S: Uf, fueron tremendos, hace sólo unos días Baard posteó un recuerdo de eso (Baard Kolstad, el baterista, el 10 de marzo posteó en su cuenta de instagram un video en que destaca el gran ambiente vivido, recordando los dos años desde el doble show en Chile) y se me vino a la mente el increíble show en el Club Chocolate, así se llamaba, ¿no? Hubo una gran energía y definitivamente fue uno de los mejores shows de toda la gira y de todo ese año, sin lugar a dudas. Esperamos poder volver apenas podamos retomar las giras. 

La base de Leprous es precisa y potente, además de original. Baard y Simen, en batería y bajo respectivamente, son unas máquinas que afirman de manera robusta la música, en donde los riffs y las melodías danzan con libertad y seguridad, sabiendo que esa base está tan bien armada que siempre sostendrá la estructura sin fisura alguna. Simen es franco y directo, tiene claro su norte y sus convicciones, y es fiel a su estilo, pues sabe que, a pesar de cualquier contexto y variable, el sonido siempre está en sus manos.

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