Recuerdo perfectamente cuando salió el álbum “Plays Metallica by Four Cellos”. Era la realización sonora de un mito urbano que decía que la música del cuarteto de San Francisco sonaba perfecta en una interpretación de música de cámara, y para qué negarlo, realmente era increíble. Apocalyptica abrió las puertas a un mundo nuevo. Incluso la banda de James les invitó a telonearlos y al poco tiempo estrenarían un sinfónico y en su presentación en vivo los invitados serían los finlandeses.
Han pasado casi 30 años de eso y Apocalyptica sigue viva, creciendo y evolucionando más allá del efecto comercial que, ojo, vendió más de un millón de álbumes y causó el impacto de convertir en realidad el sueño de cruzar la música metal con la clásica. Hoy tenemos de vuelta en nuestro país al cuarteto conformado por Eicca Toppinen, Paavo Lötjönen, Perttu Kivilaakso en cellos y Mikko Sirén en la batería. Y obviamente en Rock Legacy te vamos a contar los detalles de lo que fue la presentación de este jueves 27 de abril en el Teatro Coliseo.
La cita era en la entrada principal a las 19:30; la fila recorría Nathaniel Cox en dirección de ambos costados. Una fanaticada diversa, muy ordenada, esperaba ansiosa la apertura de las puertas. Rápidamente, la gente ingresó y nos acomodamos en las sillas a esperar el comienzo del show.
En esta ocasión, tuvimos el privilegio de degustar los más exquisitos manjares de la interpretación en toda la jornada. El encargado de calentar el ambiente fue nada menos que Jorge Campos, uno de los padres del bajo moderno en nuestro país. Aclamado en los ochenta y los noventa por sus proyectos Santiago del Nuevo Extremo, Congreso y Fulano, influenció a generaciones de bajistas que hasta el día de hoy lo admiran y lo respetan por su tremenda trayectoria.
Anoche lo vimos con su proyecto solista, acompañado por tres tremendos músicos, Maxi Alarcón en saxo, Alejandro Espinoza y José Burdiles en batería. Una aplanadora de la música experimental que nos transportó por bellísimos pasajes sonoros que conectan el jazz, la música mapuche, la psicodelia y la calidad interpretativa. Realmente fue un momento increíble toparse con una obertura tan intensa, con músicos de altas ligas de la escena nacional. Se lucieron y se hizo corto. Ahora sólo bastaba esperar muy poco y veríamos al cuarteto europeo en acción.
A eso de las 21 horas salió Apocalyptica a escena. “Ashes of the Modern World” fue la encargada de romper el silencio. La canción es la que abre su más reciente álbum de estudio y, obviamente, se prestó para saludar a los fans chilenos que esperaban ansiosos entregarse a la musicalidad del proyecto. Con unas visuales muy buenas y un excelente sonido, la banda fue recorriendo su historia melódica, tanto en sus piezas cantadas como en las instrumentales. Interpretaron “Path” (del tercer álbum de estudio “Cult“, donde comenzaron a crear principalmente material original), “Grace” (del álbum del 2007 “Worlds Collide“). Para su cuarta canción, “I’m Not Jesus“, entró en escena el vocalista de origen cubano Franky Perez, quien además de lucirse con su interpretación vocal y escénica, sirvió de puente lingüístico con la banda. Muy cercano y carismático, continuaron con “Not Strong Enough“.
Volviendo a lo instrumental, la banda nos transportó a sus pasajes más introspectivos y melancólicos con piezas como “Rise“, “Scream for the Silent” y “Route to Mayhem“, momentos mágicos en los que la audiencia, que desde el comienzo estuvo de pie, se entregó con fervor a los músicos. Con Franky de regreso, la banda continuó con el espectáculo: “Shadowmaker/Killing In The Name of” y “I Don’t Care“, donde el vocalista no sólo se dio el gusto de bromear y jugar con los músicos sino que además se subió a la batería, donde lució al nivel de Mikko. Realmente fue una performance muy lúdica por parte de Apocalyptica.
Llegó el momento de los clásicos y los cellistas nos transportaron a mediados de los noventa, deslumbrando con la interpretación de sus versiones de las afamadas canciones “Nothing Else Matters“, “Inquisition Symphony” y “Seek & Destroy” de Metallica y Sepultura, respectivamente. Con esas tres piezas, se despidieron momentáneamente para luego ser convocados por la audiencia con los coros tradicionales que someten a todos los artistas.
“Farewell” y “In the Hall of the Mountain King” fueron los temas con los que Eicca Toppinen, Paavo Lötjönen, Perttu Kivilaakso y Mikko Sirén se despidieron de los asistentes. Hubo fotos, gritos y el lanzamiento clásico de las baquetas, y debo decir que su servidor se quedó con una de ellas. Así que felices por el agasajo recibido y con un recuerdo del espectáculo, regresamos temprano a casa con un poco de nostalgia y una cerveza transitando por nuestra capital. Ya les contaremos más novedades aquí en Rock Legacy.
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