En una fría tarde otoñal, se dio el vamos a una maratónica jornada de rock que prometía ser algo histórico por la cantidad de bandas de primer nivel reunidas en una sola jornada.

Los fuegos se iniciaron con los nacionales de Cleaver quienes partieron su presentación con los temas “Go Away” y “World” de su disco “The World Is Gone”, donde los locales demostraron su trayectoria y experiencia con una presentación sólida a lo largo de ocho canciones, destacando el final de ésta con la canción “Hear The Silence” y una gran ovación del público.

A continuación, fue el turno de los también chilenos Queenmilk. Aunque partieron con algunos problemas de sonido al inicio de su actuación,  mostraron una puesta en escena de muy buen nivel y un sonido hard rockero clásico de gran factura. A lo largo de las siete canciones mostradas, podemos mencionar como puntos altos las canciones “The World Is Yours” (nuevo single 2023), “Hold The Fire”  y “Sweet Love”. Sin duda alguna la banda santiaguina sacó adelante la tarea de manera impecable.

En tercer lugar se subió al escenario la banda norteamericana Skid Row, los cuales pese a que su icónico cantante Sebastian Bach ya no forma parte de la alineación desde 1996, han seguido su carrera editando discos y girando alrededor del mundo. El vocalista actual Erik Wrönwall tiene un gran desempeño sobre el escenario y se ve bien afiatado al resto del grupo compuesto por Dave “Snake” Sabo y Scotti Hill en guitarras, Rachel Bolan en bajo y Rob Hammersmith en batería. 

Skid Row presentó un show basado principalmente en los hits de la era de Bach perteneciente a sus cuatro primeros discos, siendo los puntos altos “Slave to the Grind”, “18 and Life”, “I Remember You” (la que debió ser interpretada de nuevo, ya que en la primera partida se cayó el sonido por completo a muy poco de empezar la canción) y “Youth Gone Wild”, todos ellos con buena rotación en las radios de nuestro país. Los americanos hicieron gala de su experiencia con un espectáculo redondo y sólido, logrando una gran recepción de los asistentes al concierto que ya llenaban el Estadio Santa Laura casi en su totalidad.

Posteriormente fue el turno de la banda alemana Helloween, quienes a las 16:26 hrs. salieron a escena, siendo recibidos con una gran ovación por parte de su fanaticada que cuenta con un gran número en nuestro país. 

El grupo presenta una formación con tres guitarristas y dos vocalistas en escena, lo que aporta dinamismo a la performance, siendo canciones como “Eagle Fly Free”, “If I Could Fly”, “Future World” y “I Want Out” los puntos más destacables de su presentación. Sorprendió, además, la interacción en un español bastante aceptable del vocalista Andy Deris con el público chileno, el cual elogió y arengó en varias oportunidades. Sobre el final, más de una decena de globos de gran tamaño con la imagen de la banda fueron lanzados al público, terminando un concierto que será recordado como uno de los mejores que ha realizado la banda en tierras chilenas.

Cuando comenzaba a ocultarse el sol en Santiago de Chile, sale a escena la legendaria banda inglesa Deep Purple, una de las bandas pioneras del hard rock y que ha influenciado a cientos de bandas a lo largo de la historia. Suenan los acordes de “Highway Star” y la locura es total. Un Ian Gillan cantando a gran nivel, el tecladista Don Airey y la guitarra de Simon McBride sorprendieron por lo pulcro y técnico de su sonido, siendo protagonistas del concierto en varios pasajes de éste.

Canciones como “Space Truckin’”, “Smoke on the Water” y ”Black Night” fueron algunos clásicos que hicieron cantar a todo el Estadio Santa Laura. Un punto emotivo fue la interpretación por parte de Airey de un fragmento de “Gracias a la vida” de Violeta Parra y otro del himno nacional chileno. Más de 50 años de carrera y una presentación majestuosa, que sin duda alguna quedará en la retina de los asistentes por mucho tiempo.

Ya instalada la noche y cuando el reloj marcaba las 20:26 hrs., correspondió el turno a los alemanes de Scorpions, quienes partieron el concierto con “Gas In A Tank” y la afición chilena los recibió con una gran ovación. Klaus Meine con una voz sólida, Mikkey Dee sonando como un tanque arrollador en la batería y los guitarristas Rudolf Schenker y Matias Jabs sincronizados a la perfección, serían la tónica de este concierto.

Los teutones se descargaron una batería de éxitos de discos antiguos y algunas canciones de su más reciente trabajo “Rock Believer”. El momento de mayor carga emocional de su presentación fue con la interpretación de “Wind of Changes”, a la cual le fue modificada su primera estrofa, para hacer una mención a la guerra de Ucrania. La despedida fue con “Rock You Like a Hurricane” y la ovación del público fue estruendosa, cerrando así una gran actuación.

Ya estamos llegando al fin de esta larga jornada, pero acá los ánimos no decaen, muy por el contrario la expectación crece a medida que se ven los movimientos de los técnicos en el escenario, preparando lo que será la actuación de Kiss, ¿quizás la última? No lo podríamos asegurar ya que Gene Simmons y Cía., siempre te pueden sorprender.

Ya sabemos que la espera terminó al escuchar el ya clásico “You wanna the best, you got the best, the hottest band in the world, Kiss” y el Estadio Santa Laura se vino abajo, a medida que sonaban los acordes de “Detroit Rock City”, y es que la pasión que despierta el cuarteto norteamericano en el público chileno es total. 

Si bien es cierto, que los años han ido dejando huella en Paul Stanley y Gene Simmons, y quizás la performance ya no es la misma que mostraron alguna vez en suelo nacional, a juicio de este redactor la prestancia y profesionalismo de estas leyendas vivientes del rock es a toda prueba. Estamos hablando de músicos que ya traspasaron la barrera de los 70 años y eso no es poca cosa cuando cargas semejantes trajes y botas, sumado al despliegue escénico que significa una actuación de Kiss.

En materia musical el concierto estuvo cargado de hits que recorrieron la dilatada carrera de la banda. El público coreó de principio a fin cada una de las canciones, transformando la velada en una fiesta que aglutinó al menos tres generaciones de fans. Lo cierto es que el set elegido fue potente, sólido y con cada detalle minuciosamente cuidado, no dejando espacio a la improvisación. 

Un espectáculo cargado de pirotecnia y teatralidad muy en el estilo de la banda. Gene Simmons escupiendo fuego y sangre, Paul Stanley coqueteando en todo momento con los fanáticos y también volando por encima de éstos en una tirolesa. Al sonar los riffs de “Rock And Roll All Nite”, que ya sabemos que es la última canción, el estadio completo cantó junto con la banda, sonando como un todo perfectamente amalgamado. Un final que atesoraremos en nuestros corazones para siempre. Sólo queda agradecer a Kiss tantos buenos momentos y tanta buena música a lo largo de su exitosa carrera.

Masters Of Rock pasó por Chile de manera impecable, la producción del evento estuvo 10 de 10, el público a la altura de las circunstancias y sin temor a equivocaciones este concierto sí o sí estará dentro de los tres mejores del 2023.

Fotografías: Miguel Fuentes

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