Alter Bridge finalmente concretó su debut en nuestro país en un Teatro Caupolicán a tablero vuelto. La jornada contó con la banda nacional A New Dawn como acto de apertura. 

Si pensamos en nombres de la primera línea del rock de las últimas décadas, cuesta encontrar uno que aún no haya pisado suelo nacional. Uno de ellos era -hasta antes de ayer- la banda estadounidense formada en 2004 por el guitarrista Mark Tremonti, el baterista Scott Phillips, el bajista Brian Marshall y el cantante Myles Kennedy. Si bien todos ellos ya habían visitado Chile (los tres primeros en 2012 con su banda madre Creed mientras que el vocalista acompañando a Slash en las cuatros visitas que ha hecho el guitarrista en modo solista), nunca se habían presentado como Alter Bridge. Las expectativas, como era de suponerse, estaban por las nubes.

A New Dawn: el potente aperitivo de la jornada

El cuarteto A New Dawn -conformado por los guitarristas Fernando Elizalde y Manuel Pizarro, el baterista Alfonso Faúndez y el vocalista Álvaro Baile- fue el encargado de dar el puntapié inicial a la velada. Con un set de aproximadamente treinta minutos, la banda encendió los fuegos con grandes muestras de hard rock como “Bitter Taste”, “Safe Frame” y “Authenticity”, las cuales formarán parte de su primer trabajo de estudio, que verá la luz -según anunciaron en el escenario- el 15 de noviembre. 

Foto: Miguel Fuentes

La potencia que desplegaron -que habían demostrado ya durante su participación en el Milenia Fest así como en su show de apertura a Candlebox en Club Amanda, con quienes incluso compartieron escenario- les permitió volver a deleitar a quienes ya les conocían y ciertamente pudieron también cautivar a nuevos fans. Se despidieron agradecidos por la recepción del público y también por la posibilidad de estar presentes en el debut de Alter Bridge en Chile, al mismo tiempo que admitieron estar probablemente igual de ansiosos que el público por ver a los estadounidenses, a quienes han esperado por prácticamente 20 años. 

“Este día, es tan real para mí”

El riff de “Silver Tongue”, de su más reciente trabajo Pawns & Kings y que emana de manera electrizante de la guitarra del cantante Myles Kennedy, es el encargado de poner fin a casi dos décadas de espera y -a su vez- de desatar el delirio de quienes se encontraban en el recinto de calle San Diego lleno hasta las masas. Inmediatamente después vino la vibrante “Addicted to Pain”, de su disco Fortress de 2013, y la reflexiva pero firme “Ghosts of Days Gone By”, de su álbum AB III de 2010.

Foto: Miguel Fuentes

No había transcurrido siquiera un cuarto de hora de presentación y Myles Kennedy se mostraba incrédulo ante la desaforada recepción del público, que ya tenía a la banda tapizada en vítores, gritos y cánticos. El cantante sin palabras a lo único que atinó fue a espetar un “what the f*ck?” (¿qué ch*cha?), como si no le cupiera en la cabeza lo enloquecida que se encontraba la audiencia, a lo cual agregó “You guys are the best”, (“Ustedes son los mejores”) y “We wanna keep playing if that’s alright with you” (“Queremos seguir tocando si es que a ustedes les parece bien”) como si la ovación fuese el show y ellos meros espectadores. 

“Esta se llama ‘Sin After Sin’”, señaló el vocalista para presentar otro corte de su más reciente trabajo Pawns & Kings y que le da nombre a la gira que los trajo finalmente a Chile. Luego siguen “Before Tomorrow Comes”, la primera del disco Blackbird en sonar durante la noche y una dupleta de su disco debut One Day Remains:  “Broken Wings”, un canto a la resiliencia, y “Burn It Down”, introspectiva canción que tuvo a Mark Tremonti haciéndose de la voz principal en lugar de Kennedy como en la versión de estudio.

Antes de seguir con otro tema de su disco Fortress, “Cry of Achilles”, el público entona el nombre de la banda a todo pulmón, lo que es seguido por Kennedy en la guitarra y luego por Phillips en la batería, a lo cual el cantante señala –satisfecho- dirigiéndose a la audiencia: “Hemos creado una nueva canción, ustedes y nosotros”, y luego activa el “modo fogata” para interpretar solo y con guitarra acústica un fragmento de la sentida “Wonderful Life” de su disco AB III y luego “Watch Over You”. Aprovechando el emotivo tenor que aún reinaba en el teatro, vuelve a escena el guitarrista Mark Tremonti para interpretar, junto a Myles Kennedy, la canción que le compuso a su madre luego de que ella falleciera en 2002: “In Loving Memory”. Y no era sólo el vocalista sino el teatro entero el que entonaba emocionado la frase “I sing tonight ‘cause it comforts me” (“Canto esta noche porque me consuela”). 

Foto: Miguel Fuentes

Con una introducción del icónico “Blackbird” de The Beatles, proceden a interpretar la canción del mismo nombre y que le da título al disco que la contiene (y que se llevó la tajada más grande de canciones dentro del setlist). Son ocho minutos de un épico viaje de un pájaro negro y que es usualmente citado como un punto de inflexión dentro del disco pero también dentro de la carrera de la banda. 

Come to Life” revitaliza el show en términos de energía y el público alcanza nuevos bríos para lo que sería el tramo final. ¡Y vaya que sería épico! Suena “Fable of the Silent Son” (Pawns & Kings, 2022) que ha destronado a la anteriormente mencionada “Blackbird” como la canción más larga dentro de toda su discografía, “Isolation” y “Metalingus”, acaso la canción más reconocida dentro de su repertorio y que -curiosamente- nunca fue lanzada como single y que Kennedy aprovechó para presentar al baterista Scott Phillips.

Foto: Miguel Fuentes

Momento del encore con “Open Your Eyes”, la primera canción que conocimos de la banda por allá por 2004 (y que junto a “Slither” de Velvet Revolver, otro “supergrupo” de aquel entonces se tomaron las radios y los canales de televisión de la época). 

Baja el telón de la función “Rise Today”, que si bien ya había sonado en este mismo recinto en el debut de Slash en solitario en 2011, suena muy diferente con la banda completa, por mucho que sea Kennedy quien haya estado en la voz en aquella ocasión. Porque de eso se trata: la unión de los palos que forman este puente. Y a propósito de maderos: carecerían de estos todos aquellos que señalen que lo de anoche fue otro show más en el Caupolicán. 

La noche del 13 de noviembre de 2023 fuimos testigos de cómo Mark Tremonti, Myles Kennedy, Scott Phillips y Brian Marshall, cuando se unen, consiguen algo único: configurar un puente sin igual que acerca a su fanaticada al mejor rock estadounidense de las últimas dos décadas.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply.