Corría el año 1982 cuando Toshimitsu Deyama (Toshi) y Yoshiki Hayashi (Yoshiki) forman la banda X (luego cambiaron a X Japan en 1992) y comenzaron a cimentar una revolución en Japón que sentó las bases para lo que conocemos actualmente como el estilo visual kei (aunque hay una discusión respecto a esto porque el concepto como tal se empezó a usar a mediados de los años noventa). Hablar de la banda en sí da para escribir una nota extensa, pero podríamos dejarlo para otra ocasión.

Luego de sacar varios sencillos lanzaron su primer disco “Vanishing Vision” en 1988, el cual marcó un antes y un después en la banda. Fue un debut que les abrió las puertas al estrellato. Frenético, cargado de elementos de speed/power metal, progresivo y hasta thrash, lograron imponer un estilo hasta entonces desconocido. No por algo firmaron un contrato con Sony Music para lanzar otro álbum, del cual hablaremos el día de hoy.

Luego de sellar el contrato con la discográfica se pusieron a trabajar en su segundo disco de estudio: “Blue Blood”, lanzado en 1989. Para ese entonces la banda estaba conformada por: Yoshiki (batería y piano), Toshi (voz), HitedoHideMatsumoto (guitarra), TomoakiPataIshuzuka (guitarra) y YasushuTaijiSawada (bajo). Con este disco vemos a la banda tomando “nuevos caminos” y riesgos, sin perder la creatividad y el virtuosismo mostrado en su debut, con el añadido de que está mucho mejor producido. Sin más preámbulos, vamos con el “Blue Blood”.

El disco abre con “Prologue ~World Anthem”. Esta es un cover a “World Anthem” de Frank Marino, así que no hay mucho que analizar. Sin duda destaca el ambiente más sinfónico y le agregan un pequeño texto al final que dice: “Todo el miedo y toda la tristeza se derrite / Nada queda aquí / Cerca, veo al amor tratando de tomar una forma / Cuando intento alcanzarlo / El amor se rompe frente a mis propios ojos / En todas partes fluye / Sangre azul”.

Así, luego de esta introducción y de manera inesperada quizás, parte la segunda canción: “Blue Blood”. Este tema no se guarda nada, parte con los integrantes dándolo todo: Yoshiki y un doble bombo brutal, Pata, Hide y Taiji destacando con riffs agresivos y rápidos y, finalmente, Toshi cantando en inglés y japonés, una mezcla que encaja de manera perfecta. Esta canción es como un puñetazo a la cara, ya que no se esperaba que los nipones partieran con tanta energía. Tremenda manera de abrir los fuegos.

La siguiente en la lista es “Week End”. Partiendo de manera bastante suave con las guitarras y un pequeño solo de bajo, el tema pasa a un medio tiempo muy disfrutable. La canción es bastante sólida en todas sus líneas y tiene un coro pegajoso que te dejará cantando “week end/week end” por un par de días. Además, es uno de los llamados “clásicos” del grupo. También recomendamos escuchar las versiones en vivo de dicha canción, donde Yoshiki hace un interludio en piano que queda muy bien.

Easy Fight Rambling” es el cuarto tema del disco. Aquí la banda va con una propuesta arriesgada donde se pueden apreciar una combinación de estilos que pasa por el rockabilly, el jazz y el blues, combinado con metal, claramente. El resultado es simplemente genial, y queremos destacar las líneas de bajo de Taiji, quien le da todo el estilo del rock de los años cincuenta y sesenta, combinados con el metal de los ochenta.

La quinta canción es “X”. Otro de los llamados “clásicos” de la banda. Volvemos a un tema rápido donde volvemos al doble bombo de Yoshiki, aunque no tan constante como en “Blue Blood”. Los solos de Hide y Pata son geniales y terminan en una doble armonía que dan pase al solo de bajo de Taiji. Por su parte Toshi hace un trabajo sólido y el coro en vivo funciona increíble. Es uno de los himnos del grupo e infaltable en los setlist cuando tocan en vivo.

Luego de una buena dosis de metal puro y duro, llegamos a lo que es una de las baladas más icónicas de la banda: “Endless Rain”. Aquí Yoshiki deja la batería para deleitarnos con su virtuosismo detrás del piano. El tema está perfectamente compuesto para que la voz de Toshi brille por sí sola. El solo a dueto, nuevamente, es simplemente sublime y hermoso. “Endless Rain” es de esas canciones cargadas de emoción y que, valga la redundancia, va sí o sí en esos días grises en los que no deja de llover. Punto alto del disco, sin dudas.

Con una introducción bien parsimoniosa comienza la siguiente canción y quizás de los temas más famosos de la banda: “Kurenai”. En la primera parte Toshi y Hide generan un ambiente bien tranquilo y, luego de un pequeño silencio, el tema cambia en 180 grados. Entra la banda con todo: los dobles bombos de Yoshiki, los riffs de Pata y Hide, las geniales líneas de bajo de Taiji y la poderosa voz de Toshi. Los solos son espléndidos, el hecho que la parte “lenta” esté cantada en inglés y la “rápida” en japonés le da un toque distintivo y los arreglos orquestales del final dan el punto cúlmine a la que es, en mi humilde opinión, la mejor canción del disco. 

En el octavo tema está “Xclamation”. Es un corte instrumental que empieza con los guitarristas dando un ambiente medio “egipcio” que de manera abrupta cambia a Taiji, quien se luce y muestra todo su talento, especialmente con el slap. Poco a poco entran las guitarras y la batería, que hace un ritmo casi de batucada. Fácilmente podría haber sido la introducción o el cierre del disco, por lo que es raro encontrarlo en esta ubicación.

La locura se desata con la novena pieza: “Orgasm”. Con una introducción haciendo honor a su nombre, rápidamente los riffs y la batería entran descontroladas generando un ambiente mucho más de thrash metal. En esta canción Toshi pareciera que estuviera cantando con mucho enojo y rabia, y Yoshiki revienta sus bombos en el coro. A pesar que dura un poco menos de tres minutos, son suficientes para envolverte en un ambiente desenfrenado.

Con “Celebration”, la décima canción, la banda presenta un estilo mucho más hard rock de los años setenta u ochenta. Es un medio tiempo muy disfrutable. Nuevamente Toshi intercala el inglés y el japonés en la letra. El trabajo de Taiji en para destacar en esta canción porque sus líneas no pasan desapercibidas y le dan un plus extra a la canción. Un tema interesante y que, denota la versatilidad de la banda a la hora de componer.

Ya acercándonos al final, la penúltima canción es “Rose of Pain”. Este tema de casi doce minutos, dedicada a la reconocida aristócrata húngara Erzsébet Báthory, nos da la bienvenida con una introducción de órgano, seguido de los demás instrumentos. Toshi entra -nuevamente- cantando en inglés y japonés, mientras las guitarras y el bajo le dan un ambiente suave a la canción. De pronto, la velocidad sube, escuchamos los primeros dobles bombos de Yoshiki y la canción toma un corte más “progresivo”. La primera mitad de la canción termina con un solo impecable de Hide y Pata, más un remate de piano del mismo Yoshiki. Luego, el tempo y la velocidad suben, los riffs suenan más agresivos y hasta Taiji se luce con un tapping. Sin dudas es de las mejores del disco, debido a sus innumerables cambios de tempo, con combinaciones de secciones tranquilas y suaves que contrastan con el metal más duro de los nipones. Además, se dice que esta canción es el antecedente a “Art of Life”, de la cual podemos hablar en otra ocasión.

Para cerrar el disco tenemos a “Unfinished”. Cabe señalar que esta canción era la que cerraba “Vanishing Vision” y duraba menos de dos minutos. Ahora este corte dura casi cinco y le agregaron más letra. Es una balada donde el piano de Yoshiki y los arreglos orquestales son los grandes elementos. A eso, se suma que Toshi canta totalmente en inglés. Emoción pura para cerrar el disco.

En resumen “Blue Blood” no sólo es la prueba de que X Japan ya era una realidad en la escena musical japonesa, sino que también, comenzaba a sonar su nombre en occidente gracias al virtuosismo que los nipones desplegaron en este disco. Pasando por canciones de speed/thrash metal, las baladas más emocionantes y temas de larga duración bien estructurados. Este disco es, sin dudas, pieza clave para entender el éxito y fervor que X Japan generó en su país natal y cómo se potenció la escena visual kei poco a poco en todo el mundo.

 

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