Dentro de las buenas noticias que recibimos durante el 2020 (que -a decir verdad- no fueron muchas por lo que todos ya sabemos) podíamos -por aquí, por allá- encontrar el anuncio, cual oasis en medio del desierto, de alguna banda o algún artista que había lanzado algo nuevo, y no tenía necesariamente que ser un álbum totalmente inédito: con un sencillo bastaba para calmar la angustia de los tiempos de encierro e incertidumbre que estábamos viviendo. 

Mayor era la sorpresa cuando la banda que anunciaba un nuevo lanzamiento era  una como Grey Daze. Más que porque hace rato no lanzaban nada nuevo -lo cual era efectivo pues su último álbum había sido lanzado en 1997- era por quien estaba frente al micrófono en esta banda: el fallecido Chester Bennington de Linkin Park, quien antes de formar parte de los californianos responsables de hits como “In the End” o “Numb”, fue vocalista de esta agrupación y con ellos lanzó dos álbumes (“Wake Me” y “…No Sun Today”) antes de abandonarla.

El proyecto de revivir Grey Daze tiene su origen en febrero del año 2017 y, según el baterista Sean Dowell, fue idea del mismísimo Chester Bennington juntar a la banda con la intención de tocar en el vigésimo aniversario del Club Tattoo, un connotado taller estadounidense de tatuajes. Bennington confirmó la reunión de la banda en sus redes sociales mediante un anuncio de que en septiembre de ese año se estarían presentando en Tempe, Arizona. Lamentablemente esto no logró hacerse efectivo pues en julio el cantante se quitó la vida. Esto significó, entre otras cosas, que no sólo el concierto de reunión no se llevaría a cabo sino que también el proyecto de lanzar el nuevo álbum se vio abrupta pero entendiblemente truncado.

Tres años después, el proyecto vuelve a activarse con el beneplácito de la viuda del cantante Talinda Bennington, quien estableció como condición que no se alteraran las partes ya grabadas del cantante. Al respecto, el baterista Sean Dowdell señaló: “Quitamos toda la música, mantuvimos las pistas de voz y las letras que en ellas se encontraban eso era puro Chester. Mantuvimos la integridad y la intención de todas las voces, intactas desde su origen mismo. De hecho, reescribimos toda la música de cada una de las canciones desde cero”. Se trabajó en las voces de Chester Bennington por dos meses antes de enfocarse en la música. Escribir las partes instrumentales tomó alrededor de un año y medio, y grabar al menos casi otro año y medio. Además de las voces originales de “Wake Me” y de “…No Sun Today”, se usaron tomas alternativas que previamente no habían sido lanzadas en estas canciones.

Grabado en los estudios Salt Mine y NRG Recording, el álbum contó con la participación de un connotado desfile de músicos amigos o queridos por Chester Bennington, entre los cuales destacan Ryan Shuck (Orgy, Julien-K), Marcos Curiel (P.O.D.), Chris Traynor (Bush), Brian HeadWelch and James MunkyShaffer (Korn), entre otros. En junio de 2019, Grey Daze confirmó que ya habían concluído el trabajo y para agosto de ese año el álbum ya se había mezclado. Draven Bennington, hijo del fallecido cantante, también estaba contemplado para que cantara en el álbum, sin embargo, declinó su participación señalando que le era difícil escuchar la voz de su padre en aquel entonces. 

En lo que a las canciones que conforman “Amends” respecta, nos encontramos en primer término con “Sickness”, puntapié inicial de este trabajo y el segundo sencillo en darse a conocer. Musicalmente es una buena aproximación a lo que este disco es. Quienes busquen la rabia contenida propia de canciones de Linkin Park se hallarán aquí en el lugar incorrecto pues el sonido de este disco recorre sendas más cercanas al grunge y al rock alternativo. En esta canción, sin ir más lejos, participa como guitarrista invitado Page Hamilton (Helmet). En cuanto a las letras quizás hayan similitudes ya que tienden a ser reflexivas y a abordar temáticas como la depresión, el amor, el sentido de la vida y otros tópicos similares que en Linkin Park suelen ser aludidos. En cuanto a lo musical, la introducción de esta canción es simple pero con clase: una atmósfera sónica le abre lentamente la puerta al bajo para que en un breve pero sencillo riff marque la pauta sobre la cual se va construyendo la base de batería que, a punta de redobles y quiebres a lo largo del verso, construyen un perfecto y cómodo diván rítmico para que Bennington se sincere sobre sus sentimientos: (“I’m a whore and I’m feeling sorry for myself” es decir, “soy una perra y me doy pena” para luego agregar “In your arms I am drowning, like the child I was”, o sea, “me estoy ahogando en tus brazos como el niño que era”). 

Sometimes”, segundo track, comienza con una delicada y limpia introducción de guitarra a la que posteriormente se le unen todas los demás instrumentos a la vez con un Bennington que podemos dividir en dos: uno sumamente melódico en los versos, en los cuales se refiere a esos inesperados momentos de la vida en que todo se derrumba y quieres dejar todo atrás; el otro, más eufórico denotando un optimismo escéptico (“I don’t know what to think anymore / Maybe things will get better, maybe things will look brighter. Maybe, maybe, maybe” es decir “Ya no sé qué pensar / Quizás las cosas van a estar mejor, quizás las cosas se vean más positivas. Quizás, quizás, quizás”).

Luego tenemos “What’s in the Eye”, primer single del álbum, que en cuanto a sonido evoca a lo que solían hacer bandas como Incubus, Hoobastank o P.O.D. De hecho, justamente, es Marcos Curiel el guitarrista invitado de esta canción. Líricamente, es una advertencia -no queda claro si hacia sí mismo o alguien más- sobre los peligros que conlleva perder el control por ir muy rápido, ya sea metafórica o literalmente hablando es un buen consejo de vida sin dudas. 

Posteriormente tenemos una tripleta formada por las canciones “The Syndrome”, “In Time” y “Just Like Heroin”, todas -cada una a su manera- resultan ser nítidas demostraciones del sonido de esta banda, en donde prima la melodía y la fuerza vocal de Chester Bennington mientras que el bajo, la batería y la guitarra van creando la escenografía musical propicia para el instrumento estrella del sonido de esta banda: la voz del fallecido cantante.

De ahí en adelante destacan dos canciones: en primer lugar, “B12”, tema de la banda con más reproducciones en Spotify, que parte con una introducción de guitarras distorsionadas a la que se le suma un contenido pero potente riff -todo esto a cargo de Head y de Munky (Korn)- y la base rítmica de bajo y batería, en la que destaca el sonido del hihat en los versos y luego el redoble de la caja en el precoro. Todo esto resulta una notable mejora con respecto a cómo era la canción antes de ser regrabada para este álbum. Una inyección de vitaminas -si se quiere- no sólo con respecto a su versión original sino que para el álbum en su conjunto. 

Por otro lado, tenemos “Soul Song”, tema en el que participa el pianista francés Jean-Yves D’Angelo (al igual que en el siguiente) dándole un bello toque emotivo a una canción que con semejante título sin duda lo merece. Fue escrita en 1996, pero luego de la temprana partida de Chester Bennington hace resonar con más fuerza el verso “I will be waiting with a song in my soul” (“Estaré esperando con una canción en mi alma”).

Morei Sky”, la siguiente canción, formó parte del primer álbum “Wake Me” del año 1994. La inspiración para este tema, en palabras del baterista Sean Dowdell, proviene de una ocasión en la que él se encontraba junto a Chester en una playa mexicana: “Había un atardecer muy bacán y como yo solía ser serígrafo me evocó  a un patrón de muaré y le digo a Chester “oye, esto parece un patrón de muaré” y él me dice “oye, sí, es un cielo muaré”. El verso “If I had a second chance I’d make amends” es lo que le dio origen al título de este disco. Al respecto, Dowdell señala que mucha gente le ha preguntado si acaso se refiere a si ellos como banda están reparando el daño, haciendo las paces o arreglando las cosas (“amends”), por la pérdida de Chester pero él dice que, por el contrario, es Chester haciendo eso con quien escuche este disco. Agrega: “Realmente creo que él lamentaría la decisión de haber acabado con su vida en el momento en que lo hizo. Creo que si se hubiese despertado al día siguiente, me habría llamado y me habría dicho “Disculpa, no fue mi intención.”

She Shines” nos traga y nos escupe en un terreno en donde volvemos a oír más potencia, en particular en los riffs de guitarra con los que comienza la canción, en donde se nota cabalmente la mano de Brian “Head” Welch de Korn, además de Jasen Rauch, guitarrista de Breaking Benjamin.

Finaliza este viaje con la canción “Shouting Out”, que cuenta con la participación en voces de Laura Pergolizzi -más conocida como LP-, que resulta ser un final bien conmovedor: primero porque durante el coro se oye a un Chester Bennington, arrepentido, gritando: “I didn’t mean to let you down / I didn’t mean to run from you” (“no tuve la intención de decepcionarte / no tuve la intención de arrancar de ti”) y segundo porque hacia el final de la canción se oye la voz del malogrado cantante al teléfono diciendo “I love you, talk to you soon” (“Les amo, hablamos pronto”)

Amends”, lanzado hace dos años en pleno encierro por la pandemia del COVID-19, de modo alguno aspiró a ser el mejor disco de 2020 ni marcó ni va a marcar tendencia ni dictó ni dictará el camino que debe seguir el rock ni nada por el estilo. Simplemente funciona como lo que es: un tremendo legado que nos dejó el gran Chester Bennington que, sin saberlo, nos brindó con estas nuevas canciones grandes momentos de luz en esa oscuridad que estábamos viviendo como humanidad a nivel mundial en plena cuarentena.

Sencillamente emocionante volver a oírle.

Sigue descansando en paz, Chester.

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